Buenas,
hoy Esaú nos muestra la singladura de uno de los tres únicos sudafricanos que,
durante la Segunda Guerra Mundial, luchó en la Wehrmacht (Fuerzas Armadas Alemanas) llegando a enfrentarse a sus
compatriotas; se trata de Heinz Werner
Schmidt (Nota BHM: es el teniente de los prismáticos a la izquierda de la
imagen de portada) y, parte de sus aventuras, las recogió en un libro que
después fue un bestseller, Con Rommel en el desierto.
Vayamos
por partes.
Es
un hecho poco conocido que uno de los ayudantes de campo del Mariscal Erwin
Rommel (en su época de África era teniente general) y asesor personal era un
sudafricano. Muy pocos sudafricanos se unieron a los alemanes durante la
Segunda Guerra Mundial; en concreto, cierto número de éstos sudafricanos
provenían de la zona de la actual Namibia, y se unieron a la Wehrmacht, algo hasta cierta parte comprensible
dado que ésta había sido colonia alemana hasta la Primera Guerra Mundial (Nota BHM: os aconsejo este excelente libro sobre el Ejército Alemán en África en la Primera Guerra Mundial). Se
sabe que, incluso algunos prisioneros de guerra sudafricanos, se unieron (o
fueron obligados a unirse) a las Waffen SS durante la guerra.
Sin
embargo, llegado el momento, sólo hubo (oficialmente) tres ciudadanos
sudafricanos que se incorporaron a los ejércitos alemanes. A dos de ellos se
les permitió volver a establecerse en Sudáfrica después de la guerra, y ambos
disfrutaron de amnistía y prosperidad bajo el gobierno del “Partido Nacional”.
Debemos
decir, si no se adivina por los apellidos, que Schmidt nació en Sudáfrica de
padres alemanes, y a los pocos años salió de África en dirección a Alemania,
con lo que se convirtió en un ciudadano con la doble nacionalidad (alemana y sudafricana). Cuando estalló la guerra en 1939 tuvo que elegir
entre luchar por Sudáfrica y la causa de los Aliados o por Alemania, pero se
decantó por apoyar la causa nazi y se convirtió en un oficial del ejército
alemán.
Al
ser "nacido en Sudáfrica", fue considerado, por lo tanto, de acuerdo
con la lógica militar, un experto en África. Veterano de la campaña polaca,
Schmidt se unió a la “Compañía Motorizada
Voluntaria Alemana en Eritrea” (Compagnia
Autocarrata Tedesca o Deutsche
Motorisierte Kompanie) una unidad que, por sí sola, merece una larga
entrada, pero abreviaremos.
VESTIDOS A LA ITALIANA CON EL TOQUE ALEMÁN EN EL BRAZO
Entrenamiento de un pelotón de ametralladoras de Compagnia autocarrata tedesca.
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Surge
esta unidad de un proyecto conjunto de Italia y Alemania en julio de 1940, con
la intención de crear una unidad militar germana que se “empotrase” en el
Ejército Italiano que se encontraba en las colonias del África oriental. Se
formó mayoritariamente por voluntarios alemanes que ya vivían en Eritrea y
Somalia, así como marineros de buques que, con el inicio del conflicto, se
habían visto obligados a refugiar sus buques en dichas colonias para no ser
capturados, así como alemanes que huyeron de las colonias británicas de Kenia y
Tanzania.
Este
heterogéneo grupo (unos 133 hombres al mando del comandante italiano Clemente
Ferrero y el teniente alemán Gustav Hamel, un oficial de reserva que ya había
servido en la Primera Guerra Mundial) juraron lealtad a Víctor Manuel III a
primeros de octubre de este año. El bautismo de fuego les llegó un mes más
tarde cuando esta unidad repelió un ataque británico en Kasala (en el sur de
Sudán), una localidad que las fuerzas italianas habían conquistado en julio y
que suponía una afrenta para los ingleses. Pero ese fue el canto de cisne de
los italianos en este teatro, pues se fueron retirando al interior de Eritrea
durante los meses siguientes. En enero de 1941, el primer comandante de la
compañía, el teniente Hamel, fue reemplazado por el Alférez Schmidt, que había
volado desde Alemania, combatiendo en la Batalla de Agordat y, posteriormente,
en la localidad de Barentú. En las siguientes semanas esta unidad tuvo que
cubrir la retirada del Ejército Colonial italiano (Batalla de Keren) junto a
los camisas negras, con poco éxito debemos decir, aunque a decir verdad el
enemigo era muy superior en medios y hombres.
En
marzo de 1941, Heinz fue nombrado teniente y asignado al Afrika Korps, volando de Eritrea a Libia en el último Savoia que
despegó de esta colonia, formando parte al llegar del Estado Mayor del general como
su ayudante de campo.
(Como
curiosidad, según Schmidt, algunos hombres de la Compañía Motorizada Voluntaria Alemana estaban a bordo de los cuatro
submarinos italianos que salieron del África Oriental y llegaron a Burdeos en
mayo de 1941).
A
partir de aquí, nos basaremos en el libro mencionado anteriormente, que recoge
sus memorias a las órdenes de Rommel. Werner Schmidt admite que se sorprendió
de que el General lo aceptara como su asesor, ya que en realidad no tenía un
conocimiento profundo de África; sin embargo, al ser el único oficial con “una
pizca de sangre africana”, se encontró como el único hombre para el trabajo
(asesor), y lo aceptó con mucho gusto.
Schmidt
posteriormente fue trasladado y se puso al mando de una compañía de armas
pesadas, desempeñando un papel clave en la conquista de las posiciones
sudafricanas el 23 de noviembre de 1941 durante la batalla de Sidi Rezegh (de
ahí que dijéramos que luchó contra sus
compatriotas sudafricanos). Se encontraba en el 115ª Regimiento de Infantería que se alineó
para atacar el flanco de los sudafricanos y los superó. Heinz Werner describe
la escena de la siguiente manera:
"Nos dirigimos directamente a los tanques
enemigos. Miré hacia atrás. Detrás de mí había un abanico de nuestros vehículos
-un curioso surtido de todo tipo- que se extendía hasta donde alcanzaba la
vista. Había camiones blindados de transportes de tropas, coches de varios
tipos, auto-orugas que arrastraban cañones ligeros, pesados camiones con
infantería y unidades antiaéreas motorizadas. Todos rugimos hacia la barricada enemiga.
Yo miraba hacia delante
como fascinado, sin perder de vista la erguida figura del teniente coronel
jefe. A su izquierda y un poco más atrás, el coche del comandante. Los disparos
de los tanques silbaban en el aire. Los defensores vomitaban fuego por las
bocas de sus piezas, granadas de 25 libras y proyectiles antitanques de 2
libras. Impávidos, corríamos con velocidad suicida".
¿DÓNDE ESTARÁ MI SUDAFRICANO FAVORITO?
Rommel en la batalla de Sidi Resegh
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Volviendo
con nuestro protagonista, decir que ocupó diferentes puestos en el Africa Korps combatiendo en todos los
frentes, retirándose en 1943 hacia Túnez, donde lo encontramos a primeros de
mayo, donde la suerte volvió a acompañarle, pues le fue concedido un permiso
para volar a Alemania para casarse, algo que hizo el 5 de mayo de 1943... dos
días después, Túnez era ocupada por los ingleses, y el 13, todas las tropas del
Eje en África se rendían, terminando el libro.
Lo
que le pasó a Schmidt y en qué acciones participó después de la campaña en
África del Norte no está claro; vivió con Rommel e incluso estuvo presente en
su 50º cumpleaños, el 15 de noviembre de 1941. Posteriormente se sabe que Schmidt
sobrevivió a la guerra y, al igual que muchos oficiales de la Wehrmacht,
buscaron refugio fuera de Alemania.
Afortunadamente
para Heinz, el Partido Nacional (de ideología nacionalsocialista) llegó al
poder en Sudáfrica en 1948, tres años después del final de la Segunda Guerra
Mundial. Heinz eligió en este momento abrazar su ciudadanía sudafricana y
regresar a su lugar de nacimiento, Sudáfrica, para reiniciar su vida.
Se
mudó a una pequeña comunidad alemana en Natal llamada "Nueva
Alemania", ubicada justo al interior de Durban. Esta “isla” alemana en
Sudáfrica resultó ideal para que Heinz Schmidt volviera a empezar, y lo hizo
con gran éxito. Creó dos empresas que ahora son famosas en Sudáfrica por
fabricar electrodomésticos. Heinz Schmidt murió en Durban en 2007 tras una
corta enfermedad, a la edad de 90 años.
Es
interesante reflexionar que si en vez del Partido Nacional, hubiera gobernado
el Partido Unido (del famoso general Smuts), seguramente no hubiera aparecido
por allí, pues a los ojos del estado era culpable de la muerte de sudafricanos,
y con su doble nacionalidad, la norma en la época establecía que si la persona
no renunciaba a su ciudadanía del país contra el que fue a la guerra, se le
debía procesar por traición (en Reino Unido, EE.UU y Australia muchas personas
como Heinz se enfrentaron a la misma situación después de la guerra, siendo
condenados a penas de cárcel y multas y, en casos excepcionales, los culpables
de Alta Traición, fueron ejecutados o condenados a cadena perpetua).
Dejando
a un lado la cuestión de la traición, su libro es, sin embargo, un trabajo único
sobre el general Erwin Rommel, el "Zorro del Desierto", y ofrece una
visión histórica única y valiosa de alguien que podría decirse que es
considerado como uno de los mejores comandantes militares de la guerra. Heinz
Schmidt vivió y fue a la guerra con Rommel, su historia es interesante y única.
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“Schmidt, un sudafricano con Rommel
en el desierto” Esaú Rodríguez Delgado - Bellumartis
Historia Militar
Excelente reseña. Buen libro y lo mejor los relatos de primera mano, muchos anecdóticos y otros únicos. Gracias.
ResponderEliminarLa verdad que si lo es
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