Durante la Segunda Guerra Mundial,
España mantuvo una posición de neutralidad hasta el 12 de junio de 1940.
Posteriormente, pasó a ser un país no beligerante, ayudando a las fuerzas
navales del eje a guarecerse en sus puertos. En enero de 1942, un comando
británico capturó varios buques del Eje en la Guinea Española. Esta es la
historia de la Operación Postmaster desconocida
por casi todos los españoles que David
nos va a mostrar.
Puertos bajo control español, como Santa Isabel (Malabo) servían
de refugio a los barcos italianos y alemanes. Pues bien, el remolcador alemán
Likomba, la barcaza Bibundi y el mercante italiano Duchessa d’Aosta atrajeron
la atención de los aliados. Los británicos temían que estos buques abandonasen
el puerto y acudiesen para avituallar a los submarinos alemanes.
Santa Isabel de Fernando Poo (Guinea Ecuatorial), 1940. PaxAugusta |
Los británicos se encargaron de perfilar los detalles de la
misión en la ciudad de Lagos (Nigeria). La fuerza de asalto se dividió en dos
grupos. El plan era entrar en el puerto de Santa Isabel en una noche sin luna.
Dos remolcadores se encargarían de introducir a los británicos en Santa Isabel.
Uno de los grupos se encargaría del Duchessa d’Aosta, mientras que el segundo
equipo se ocuparía de los dos barcos alemanes.
Por su parte, las defensas españolas en Guinea estaban
completamente obsoletas y el armamento del que disponían era de lo más
variopinto y de dudosa fiabilidad.
El Duchessa d’Aosta fondeado en la bahía. Foto Col. Public Record Office. |
La noche del 14 al 15 de enero de 1942, los británicos
emprendieron la Operación Postmaster. El cañonero Dato y el vapor Gomera, ambos
de nacionalidad española, no se encontraban en Santa Isabel. En los tranquilos
muelles del puerto solo se hallaban los buques alemanes e italianos. La mayoría
de las tripulaciones no estaban en las embarcaciones, pues el republicano
español Agustín Zorrilla, colaborando con los británicos, les había invitado a
cenar. El propio Agustín Zorrilla huyó a Camerún esa misma noche.
El comando, retrasándose con respecto a lo previsto en el plan, logró
controlar a las tripulaciones y capturar las embarcaciones. La operación se
desarrolló con más lentitud de lo planeado y los comandos arrojaron gorras de
la marina francesa para sembrar dudas sobre la autoría de la incursión. Los
británicos tuvieron que emplear varias bombas para destruir las cadenas del
ancla, lo que alertó a los españoles. Para cuando se encendió el alumbrado, los
barcos ya no estaban amarrados.
Reconstrucción del secuestro. Dibujo de Fernando Álvarez Uribarri. |
Ante semejante situación, se ordenó formar en batería a los
cañones de fabricación rusa de 76,2 milímetros. Una vez las piezas de
artillería estaban en posición, descubrieron que los barcos habían logrado
escapar.
A la mañana siguiente,
las autoridades coloniales emitieron la orden de buscar los barcos. Un
solitario avión Dragon Rapide, provisto de una ametralladora y de granadas de
mano salió en una infructuosa búsqueda.
Las autoridades
españolas protestaron y afirmaron que la incursión era obra de los británicos.
Sospechaban acertadamente que la operación era de autoría británica, pero
carecían de pruebas sólidas para demostrarlo. Ante las acusaciones de los
españoles, los británicos respondieron que habían encontrado los buques en alta
mar. Por su parte, Alemania e Italia recriminaron duramente la actuación
española en Santa Isabel, pues los españoles no habían logrado custodiar el
puerto adecuadamente. Italia llegó a querellarse contra España.
Los españoles, en
respuesta, desplazaron un cuerpo de voluntarios para reforzar la seguridad en
sus colonias en Guinea. En el camino, los refuerzos españoles sucumbieron ante
la fiebre amarilla y para colmo de males no había médicos ni sanitarios a bordo
de los transportes. La mayoría de ellos perecieron ante la virulencia de la
fiebre amarilla.
El Reino Unido
aprovechó los buques capturados para emplearlos en labores de transporte. Con
la Segunda Guerra Mundial concluida, el buque Duchessa d’Aosta fue devuelto a
Italia.
“Operación Postmaster: comandos en
la Guinea española” David López Cabia – Bellumartis Historia
Militar
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