La batalla de Dieppe, también conocida como OperaciónJubileo, terminó en un rotundo fracaso.
Las cifras de muertos, heridos y prisioneros superaron los 4.300 hombres en las
filas aliadas, aunque la derrota permitió a los aliados aprender lecciones que
les serían de gran utilidad en futuros desembarcos.
Hoy
David
López Cabia nos va a mostrar las consecuencias de que los aliados
violasen una de las prohibiciones de la Convención de Ginebra en su ataque a
Dieppe provocó que Hitler tomase represalias hacia loscomandos. Estamos hablando de la denominada Orden de los Comandos, (en alemán: Kommandobefehl).
Desde ahora todos los
hombres que operen contra tropas alemanas en las llamadas incursiones de
comandos, incluso si visten uniforme, armados o desarmados, en combate o
huyendo, deben ser aniquilados hasta el último hombre... Incluso si dichos
individuos al ser descubiertos... proceden a entregarse como prisioneros, no
debe ser ofrecido cuartel en ningún caso.
El
19 de agosto de 1942, un oficial
canadiense llevó a la batalla una copia de las órdenes operativas para el
desembarco en Dieppe. El documento terminó cayendo en manos alemanas y
llegó hasta el cuartel general de Hitler. Las
órdenes daban instrucciones sobre cómo atar a los prisioneros, hecho que iba en
contra de la Convención de Ginebra. Enfurecido por esta orden, Hitler
ordenó que los comandos que fuesen capturados en Europa y África debían ser
ejecutados. Esta orden fue emitida el 18 de octubre de 1942 y establecía que
cualquier comando tenía que ser ejecutado incluso aunque se hubiese rendido y
vistiese su uniforme. Así pues, los comandos debían ser trasladados a las
dependencias del servicio de seguridad de las SS (denominado SD) para ser
ejecutados sin juicio previo.
Teniente Graeme Black.
Asesinado durante la Operación Musketoon
|
Esta
orden fue dictada en secreto para los altos mandos alemanes, de ahí que tan
solo se repartieron 12 copias de la misma. Era claramente contraria a la
Convención de Ginebra, que disponía que se debía dar cuartel a los prisioneros
de guerra y tratarlos humanitariamente. Al ser Alemania un país que había
suscrito la Convención, la Orden de los Comandos era una clara violación de la
Convención de Ginebra. Bien es cierto que la Convención sí que permitía la
ejecución de saboteadores y espías que vistiesen ropas civiles o uniformes
propios del enemigo, sin embargo no autorizaba la ejecución de aquellos
prisioneros que vistiesen sus propios uniformes.
Alfred Jodl fue un firme defensor de la Orden Commando Bundesarchiv Bild |
Por
otra parte, el legendario zorro del desierto, el general alemán Erwin Rommel,
actuó de acuerdo con lo establecido en la Convención de Ginebra y no aplicó la
llamada Orden de los Comandos. No todos los comandantes tuvieron el criterio de
Rommel y muchos tuvieron que hacer frente a sus responsabilidades en los
Juicios de Núremberg. Entre los hallados culpables se hallaba el general Jodl,
que fue responsable de aplicar la Kommandobefehl y de otros crímenes de guerra,
lo que le valió ser enviado a la horca en 1946.
Soldados canadienses capturados en Dieppe |
“La orden de los comandos, pena de muerte para las fuerzas especiales” David López Cabia
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