Hoy
Federico Romero Díaz creador de Historia y Roma Antigua nos hará cabalgar en la
joroba de los dromedarios del Ejercito Romano, no todo eran caballos y
elefantes en la antigüedad. Aprovecho para recordaros que en pleno siglo XX en el Ejército Español tuvimos nuestros dromedarios y os invito a leerlo cuando acabéis con este interesante artículo.
Si
por algo se han caracterizado las armas romanas es por su capacidad de
adaptación a los diferentes terrenos en los que actuaban y en su capacidad para
copiar y mejorar de otras culturas todo aquello que les pudiera ser útil. El
dromedario ofrecía numerosas ventajas como bestia de carga, animal de
transporte y combate, en especial en los entornos secos y áridos de Asia y
Norte de África.
A
pesar del rechazo que los romanos demostraron a ocupar terrenos áridos sí que
necesitaban “herramientas” para combatir y moverse con eficiencia por ellas,
siendo el dromedario el animal más adecuado para el correcto desempeño de esta
labor. Ahí radica el comienzo de la utilización por los romanos de un animal
que, debido a sus cualidades acabará siendo utilizado en Hispania y la Galia,
llegando a encontrarse restos de dromedarios por tgran parte de Europa y en
sitios tan alejados de su origen como las orillas del rio Rhin.
Esta expansión en el uso del dromedario, a pesar de sus numerosas ventajas, no fue brusca, fue por el contrario el final de un lento y largo camino desde sus lugares de origen.
Esta expansión en el uso del dromedario, a pesar de sus numerosas ventajas, no fue brusca, fue por el contrario el final de un lento y largo camino desde sus lugares de origen.
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Se
acepta como cierto que el dromedario fue introducido en Egipto por los persas
hacia el 525 a. C. Esta “oveja fiera”,
como la llamaba Plinio el Viejo, tenía gran utilidad como bestia de carga. El
propio Alejandro, tras la conquista de Egipto el 331 a. C., los utiliza con ese
fin en su viaje al oráculo de Amon-Ra en Siwa. La difusión del uso de este
animal hacia Poniente llevará su tiempo. Cesar menciona que hacia el 46 a. C
los romanos capturan en la batalla de Thapsus cierto número de camellos al
ejército de Juba.
Hay
múltiples certezas de que este animal fue utilizado con fines militares tanto
como bestia de transporte para la logística de las tropas como para el comercio
en el “Limes africanus”, tanto por
los romanos como por las diferentes tribus bereberes
Tal vez, y esto entra en el campo de la suposición,
el uso de esta bestia este detrás de algunos de los éxitos en las expediciones
romanas al corazón de África. Por ejemplo tras la rápida expedición de castigo
de Valerius Festus, legado de Vespasiano en el 69 a. C., que al mando de la III
Legión Augusta obligó a la tribu bereber de los garamantes a levantar el asedio
de Leptis Magna y a huir al interior del
Sahara, hasta donde fueron perseguidos y castigados por los romanos. El uso del
dromedario también explicaría el éxito de Septimio Flaco en el 86 d. C que en
solo tres meses alcanzó el “país de los negros” o la posterior expedición de
Julio Materno, en el 90 d.C, desde Leptis Magna hasta “el país de los Etíopes
donde se encuentra el rinoceronte.
Mosaico con dos niños sobre un dromedario encontrado en Estambul (Constantinopla) |
DROMEDARIOS EN HISPANIA Y GALIA.
El
investigador, Carlos Fernández Rodríguez de la Universidad de León, que ha
identificado dos vértebras de dromedario en la Domus del Mitreo, en Lugo.
Afirma que su función fundamental en las legiones romanas era servir como
bestias de carga, aunque también cumplían un importante papel en el comercio.
Centrándonos
en el aspecto militar, debemos pensar en los movimientos de tropas desde entre
el Norte de África y la Península Ibérica. Dentro del ejército había camelleros
que se encargaban de los animales, muy útiles para transportar aceites, cueros,
ánforas etc. En España otros investigadores han encontrado restos de dromedarios en Alcalá de Henares, Cartagena,
Linares, Astorga o Jaén. Por su tamaño, se supone que los animales eran
castrados para facilitar su manejo, algunas de las vertebras y falanges
encontradas parecen demostrar que recorrían largas distancias y que se les
cargaba de forma abusiva.
A
lo largo de la Edad Media se ha documentado su presencia también a lo largo de
toda la geografía hispana y en la Galia donde era bastante abundante al ser
utilizado por comerciantes Sirios y griegos allí establecidos. En la España
visigoda hay un precioso testimonio de Julián de Toledo que en su Historia Wambae nos narra al detalle el
regreso del victorioso monarca tras acabar con la rebelión de Paulo desde la
Galia y la celebración de su desfile triunfal en Toledo. Nos cuenta que :
"...alrededor del cuarto miliario desde la urbe regia(Toledo), Paulo, príncipe de la rebelión, con los demás incentores de la sedición, con las cabezas rapadas, las barbas afeitadas, los pies desnudos, vestidos con harapos, son puestos en carros tirados por camellos..."
Los
triunfos en época visigoda ya no tenían la finalidad primordial de exaltación
de la gloria del vencedor, sino la de la humillación del vencido que debía
servir de ejemplo disuasorio a otros posibles usurpadores y enemigos. Se les
quitaban las ropas a los vencidos y se les vestían con ropas sucias y ridículas,
se les rapaban los cabellos y las barbas a los vencidos y se les hacia desfilar
de esta guisa. El uso del camello en la Hispania visigoda en estos actos está
considerado como un factor más de humillación del vencido.
EJEMPLOS CONCRETOS DE DROMEDARIOS
EN EL EJÉRCITO ROMANO
A
las unidades dotadas de dromedarios se les denominaba “Alae dromedarii”. Son numerosos los ejemplos de su existencia a lo
largo de su dilatada historia. Narraremos algunos:
Oficial romano a la sombra en su dromedario. Aeroart |
El
famoso general Corbulón, muerto en tiempos de Nerón, fue el encargado de
acudir en el 62 d.C. a rescatar a Peto y a sus tropas a Armenia. Esta
registrado que este general utilizó una columna de dromedarios para transportar
el suministro de trigo.
Para
la famosa campaña de Trajano contra los partos, en el 114-116 d.C, se creó una
segunda ala de camellos. En el 135 d.C la Ulpia
Dromedarium Ala, una unidad miliaria o de mil hombres tenía su base en
Siria aunque estaba sirviendo en Arabia.
También
se conservan documentos que demuestran la existencia de algunos camellos integrados
en una cohorte auxiliar equitata que
estaba sirviendo en Egipto a principios del siglo II d. C.
Bajo
el reinado de Antonino Pío, en el 156 d.C, al sur de Tebas se encontraba la cohorte I Hispaniorum Veterana y por la relación
de efectivos de la tropa, sabemos que constaba de 505 hombres (seis
centuriones, tres decuriones, 114 jinetes, 19 soldados montados en dromedarios
y 363 infantes).
Auxiliar romano en dromedario. Aeroart |
EJEMPLOS DEL USO DE LOS CAMELLOS
POR LOS ENEMIGOS DE ROMA
Por
citar dos de los más conocidos citaremos:
En
la batalla de Carrae (53 a.C.):
Surena, el general parto, había traído consigo casi un millar de camellos
cargados de flechas que permitieron a los arqueros montados mantener una
continua lluvia de flechas sobre los romanos de Craso, que fueron masacrados.
En
la batalla de Nisibis, en el 217 d. C, los lanceros persas sobre dromedarios,
unidos a la caballería pesada persa, cargaron contra el frente romano, que para
defenderse, se fue retirando ordenadamente, dejando el suelo cubierto de
punzantes abrojos. Al ser pisados estos artefactos por las blandas pezuñas de
caballos y dromedarios provocaron la caída y la muerte por aplastamiento de
numerosos jinetes persas y el rompimiento del impulso de avance persa.
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BIBLIOGRAFÍA
- Introducción a la España visigoda.—Raul
González Salinero. UNED: Madrid, 2017.
- Legiones de Roma: la historia definitiva de todas las legiones imperiales.—Sthephen Dando
Collins.—Madrid: La Esfera de los Libros, 2012.
- Hispania y el ejército romano.Contribución a la historia Social de España Antigua.—José
Manuel Roldán Hervás. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1997.
- Nuevas evidencias arqueológicas de
la presencia de dromedarios en el Sur de la Península Ibérica
(revistaseug.ugr.es)
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