EL USO DE DROMEDARIOS EN EL EJÉRCITO ROMANO


"Dromedario Romano", Año 200 A.C. Esc 1/16 , By Josè Luis Carrodeguas
Hoy Federico Romero Díaz creador de Historia y Roma Antigua nos hará cabalgar en la joroba de los dromedarios del Ejercito Romano, no todo eran caballos y elefantes en la antigüedad. Aprovecho para recordaros que en pleno siglo XX en el Ejército Español tuvimos nuestros dromedarios y os invito a leerlo cuando acabéis con este interesante artículo. 
Si por algo se han caracterizado las armas romanas es por su capacidad de adaptación a los diferentes terrenos en los que actuaban y en su capacidad para copiar y mejorar de otras culturas todo aquello que les pudiera ser útil. El dromedario ofrecía numerosas ventajas como bestia de carga, animal de transporte y combate, en especial en los entornos secos y áridos de Asia y Norte de África.


A pesar del rechazo que los romanos demostraron a ocupar terrenos áridos sí que necesitaban “herramientas” para combatir y moverse con eficiencia por ellas, siendo el dromedario el animal más adecuado para el correcto desempeño de esta labor. Ahí radica el comienzo de la utilización por los romanos de un animal que, debido a sus cualidades acabará siendo utilizado en Hispania y la Galia, llegando a encontrarse restos de dromedarios por tgran parte de Europa y en sitios tan alejados de su origen como las orillas del rio Rhin.
Esta expansión en el uso del dromedario, a pesar de sus numerosas ventajas, no fue brusca, fue por el contrario el final de un lento y largo camino desde sus lugares de origen.
Mosaico romano del S II d.C. en Bosra, Siria. National Geographic

ANTECEDENTES.

Se acepta como cierto que el dromedario fue introducido en Egipto por los persas hacia el 525 a. C. Esta “oveja fiera”, como la llamaba Plinio el Viejo, tenía gran utilidad como bestia de carga. El propio Alejandro, tras la conquista de Egipto el 331 a. C., los utiliza con ese fin en su viaje al oráculo de Amon-Ra en Siwa. La difusión del uso de este animal hacia Poniente llevará su tiempo. Cesar menciona que hacia el 46 a. C los romanos capturan en la batalla de Thapsus cierto número de camellos al ejército de Juba.
Hay múltiples certezas de que este animal fue utilizado con fines militares tanto como bestia de transporte para la logística de las tropas como para el comercio en el “Limes africanus”, tanto por los romanos como por las diferentes tribus bereberes
Tal vez, y esto entra en el campo de la suposición, el uso de esta bestia este detrás de algunos de los éxitos en las expediciones romanas al corazón de África. Por ejemplo tras la rápida expedición de castigo de Valerius Festus, legado de Vespasiano en el 69 a. C., que al mando de la III Legión Augusta obligó a la tribu bereber de los garamantes a levantar el asedio de Leptis Magna y a  huir al interior del Sahara, hasta donde fueron perseguidos y castigados por los romanos. El uso del dromedario también explicaría el éxito de Septimio Flaco en el 86 d. C que en solo tres meses alcanzó el “país de los negros” o la posterior expedición de Julio Materno, en el 90 d.C, desde Leptis Magna hasta “el país de los Etíopes donde se encuentra el rinoceronte.
  Para saber más sobre estas expediciones os recomiendo “Expediciones romanas al corazón de África”
Mosaico con dos niños sobre un dromedario encontrado en Estambul (Constantinopla)

DROMEDARIOS EN HISPANIA Y GALIA.

El investigador, Carlos Fernández Rodríguez de la Universidad de León, que ha identificado dos vértebras de dromedario en la Domus del Mitreo, en Lugo. Afirma que su función fundamental en las legiones romanas era servir como bestias de carga, aunque también cumplían un importante papel en el comercio.
Centrándonos en el aspecto militar, debemos pensar en los movimientos de tropas desde entre el Norte de África y la Península Ibérica. Dentro del ejército había camelleros que se encargaban de los animales, muy útiles para transportar aceites, cueros, ánforas etc. En España otros investigadores han encontrado restos de  dromedarios en Alcalá de Henares, Cartagena, Linares, Astorga o Jaén. Por su tamaño, se supone que los animales eran castrados para facilitar su manejo, algunas de las vertebras y falanges encontradas parecen demostrar que recorrían largas distancias y que se les cargaba de forma abusiva.
A lo largo de la Edad Media se ha documentado su presencia también a lo largo de toda la geografía hispana y en la Galia donde era bastante abundante al ser utilizado por comerciantes Sirios y griegos allí establecidos. En la España visigoda hay un precioso testimonio de Julián de Toledo que en su Historia Wambae nos narra al detalle el regreso del victorioso monarca tras acabar con la rebelión de Paulo desde la Galia y la celebración de su desfile triunfal en Toledo. Nos cuenta que :
"...alrededor del cuarto miliario desde la urbe regia(Toledo), Paulo, príncipe de la rebelión, con los demás incentores de la sedición, con las cabezas rapadas, las barbas afeitadas, los pies desnudos, vestidos con harapos, son puestos en carros tirados por camellos..."
 
Los triunfos en época visigoda ya no tenían la finalidad primordial de exaltación de la gloria del vencedor, sino la de la humillación del vencido que debía servir de ejemplo disuasorio a otros posibles usurpadores y enemigos. Se les quitaban las ropas a los vencidos y se les vestían con ropas sucias y ridículas, se les rapaban los cabellos y las barbas a los vencidos y se les hacia desfilar de esta guisa. El uso del camello en la Hispania visigoda en estos actos está considerado como un factor más de humillación del vencido.

EJEMPLOS CONCRETOS DE DROMEDARIOS EN EL EJÉRCITO ROMANO

A las unidades dotadas de dromedarios se les denominaba “Alae dromedarii”. Son numerosos los ejemplos de su existencia a lo largo de su dilatada historia. Narraremos algunos: 
Oficial romano a la sombra en su dromedario. Aeroart
El famoso general Corbulón, muerto en tiempos de Nerón, fue el encargado de acudir en el 62 d.C. a rescatar a Peto y a sus tropas a Armenia. Esta registrado que este general utilizó una columna de dromedarios para transportar el suministro de trigo.
Para la famosa campaña de Trajano contra los partos, en el 114-116 d.C, se creó una segunda ala de camellos. En el 135 d.C la Ulpia Dromedarium Ala, una unidad miliaria o de mil hombres tenía su base en Siria aunque estaba sirviendo en Arabia.
También se conservan documentos que demuestran la existencia de algunos camellos integrados en una cohorte auxiliar equitata que estaba sirviendo en Egipto a principios del siglo II d. C.
Bajo el reinado de Antonino Pío, en el 156 d.C, al sur de Tebas se encontraba la cohorte I Hispaniorum Veterana y por la relación de efectivos de la tropa, sabemos que constaba de 505 hombres (seis centuriones, tres decuriones, 114 jinetes, 19 soldados montados en dromedarios y 363 infantes).
Auxiliar romano en dromedario. Aeroart

EJEMPLOS DEL USO DE LOS CAMELLOS POR LOS ENEMIGOS DE ROMA

Por citar dos de los más conocidos citaremos:
En la batalla de Carrae (53 a.C.): Surena, el general parto, había traído consigo casi un millar de camellos cargados de flechas que permitieron a los arqueros montados mantener una continua lluvia de flechas sobre los romanos de Craso, que fueron masacrados.
En la batalla de Nisibis, en el 217 d. C, los lanceros persas sobre dromedarios, unidos a la caballería pesada persa, cargaron contra el frente romano, que para defenderse, se fue retirando ordenadamente, dejando el suelo cubierto de punzantes abrojos. Al ser pisados estos artefactos por las blandas pezuñas de caballos y dromedarios provocaron la caída y la muerte por aplastamiento de numerosos jinetes persas y el rompimiento del impulso de avance persa.

                  Catafractas partos sobre dromedarios atacando a las legiones romanas. Autor Mariusz Kozik
BIBLIOGRAFÍA 
-       Introducción a la España visigoda.—Raul González Salinero. UNED: Madrid, 2017.
-    Legiones de Roma: la historia definitiva de todas las legiones imperiales.—Sthephen Dando Collins.—Madrid: La Esfera de los Libros, 2012.
-      Hispania y el ejército romano.Contribución a la historia Social de España Antigua.—José Manuel Roldán Hervás. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1997.
-      Nuevas evidencias arqueológicas de la presencia de dromedarios en el Sur de la Península Ibérica (revistaseug.ugr.es)

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