LA COLUMNA ALESSANDRI Y LA GRAN MARCHA LEGIONARIA EN INDOCHINA

A miles de kilómetros de la Francia ocupada por Alemania tras la rápida invasión y en teoría bajo el control del gobierno colaboracionista de Vichy, unos cientos de legionarios extranjeros eran los encargados de mantener el control de Indochina.
         Aislados y sin posibilidad de recibir refuerzos las autoridades francesas fieles al gobierno de Vichy se veían obligados a ceder a las solicitudes de los japoneses, aliados de sus “protectores” germanos. Decoux, gobernador de Indochina, tuvo que admitir el control japonés de las mercancías que llegan al puerto de Hai Phong para evitar el avituallamiento de los nacionalistas chinos de Chiang Kai-shek. Además les cedió a las tropas niponas la libre circulación por la zona de Tonkín para atacar el sur de China.
Parada del 5º REI en Hanoi. 1940
         La escasez de medios franceses para defender el territorio hizo que los esfuerzos se centrasen en los continuos ataques (de septiembre de 1940 a enero de 1941) de sus vecinos tailandeses que querían aprovechar la debilidad gala para apoderarse  de territorios en Camboya y Laos.  Los japoneses debido a la incapacidad gala de asegurar su territorio lograron que se les concediese el libre tránsito por el territorio. En Indochina había cerca de 50.000 soldados japoneses. Las aeronaves japonesas usaban varios del aeródromo de Indochina, para tener al alcance de sus aviones Singapur.
Soldados japoneses entrando en Saigon, 1 de agosto de 1941
         Las tropas francesas tras el ataque japonés a Tailandia y la unión de este reino a la alianza nipona, se dedicaron a la vigilancia de la frontera con china. En esta zona norte el mayor contingente era el 5º Regimiento Extranjero de Infantería de la Legión Extranjera con su cuartel general en Viet Tri al norte de Hanoi.  A comienzos de 1945 esta unidad estaba formada por unos 55 oficiales, 188 suboficiales europeos y 28 autóctonos, 1.835 legionarios y 2.829 tiradores.
         La situación se hizo cada vez más tensa con los japoneses debido a que ya desde el 29 de febrero de 1944 el general Mordant, comandante de las fuerzas francesas en la región, se unió a la Francia Libre tras la toma de contacto con de Gaulle sin el visto bueno del Almirante y gobernador Decoux. Aunque formalmente seguían en paz con Japón las tropas francesas comenzaron a colaborar con los aliados en sus acciones encubiertas protagonizadas por los OSS y comandos británicos.
         La calma tensa se rompió el 9 de marzo de 1945 cuando las tropas niponas, tras recibir los refuerzos de dos divisiones procedentes de china y otra de Birmania, sin previo aviso atacaron a las tropas francesas.. Por ejemplo en el acuartelamiento de Tong del III/4º Regimiento de Tiradores Tonquineses masacraron con sus katanas y bayonetas a todos los prisioneros. En pequeños destacamentos y aeródromos los legionarios resisten aislados los asaltos nipones.
Bandera regimental del 5 REI en Indochina.
         El general Alessandri el 11 de marzo reorganiza a los legionarios supervivientes, unos 3.000, en dos columnas que se dirigirán hacia el norte a la frontera China para unirse a las tropas de Chiang Kei Shek. Entre otras unidades destacan: el Agrupamiento Oeste Río Rojo llamado también Agrupamiento de Indochina Libre formado por el I/5° REI (340 hombres), II/5° REI (300 hombres) y el resto del III/5° REI (150 hombres). Aunque se dio licencia a las tropas nativas, tiradores tonquineses, gran parte de ellos permanecieron junto a sus hermanos de armas legionarios y se unieron a la columna. El relato del capitán Chaminadas del 5º REI nos da pistas de la fidelidad de los indochinos “No hubo ninguna diferencia entre los legionarios y los tiradores tonquineses, estos últimos que fueron perfectamente amalgamados. Se consideran legionarios destacados y son tratados como tales”.
Miembro del 5º REI en 1940.
Con la equipación que tendrían en 1945.
         El primer gran obstáculo al que se debieron enfrentar fue el paso del río Negro que al carecer de medios para cruzarlo tuvieron que abandonar todos sus vehículos y material pesado. Tras cruzarlo a bordo de las embarcaciones de los vecinos se introdujeron en la selva evitando los caminos que recorrían las tropas japoneses que salieron en su búsqueda. Debían avanzar a machetazos para abrirse paso en la densa vegetación tardando varias horas en recorrer un solo kilómetro. Mientras la vanguardia se iba relevando en sus tareas de limpieza en la retaguardia sucedía algo similar. Dos secciones se quedaban para frenar el avance de sus perseguidores hasta que se replegaban al amparo de otras unidades.

A corazón valiente nada es imposible
         Haciendo honor a uno de los lemas de la Legión, los legionarios y demás soldados avanzaron por la selva muchos de ellos descalzos y sus uniformes hechos trizas sin ningún tipo de apoyo aéreo salvo algunos envíos de suministros mediante paracaídas, que por cierto la mayor parte de ellos caían en la inmensidad de la selva. Es interesante mencionar que la mayor parte del apoyo “humanitario” fue de aviones británicos ya que la 148ª Air Force de los EE.UU. había recibido la orden de Roosevelt de no colaborar.
         Los combates en la retaguardia son continuados, el 20 de marzo el capitán Aspirot de la 3ª compañía con el apoyo de una sección frenan el avance nipón durante varios días en la carretera de RP41, punto kilométrico 141. También el puente de Ban Lot es defendido heroicamente por los hombres de la 6ª compañía a las órdenes del capitán Komaroff.
         Tras mes y medio de marchas y 800 kilómetros recorridos en 52 días (algunos hombres llevan más de 1.000) a traves de la jungla, llegan a la frontera china, en la provincia de Yunnan. Estas palabras del legionario español Roberto Pujol Gassó resumen lo que vivieron al llegar a la frontera:
Atravesamos la frontera derrengados de cansancio y enfermos. La mayoría padecíamos beriberi o paludismo, teníamos hambre y estábamos sucios y andrajosos.
         La llegada a China no fue el fin de su marcha ya que la región estaba dominada por los señores de la Guerra y no fueron bien recibidos. De los 1.500 legionarios que comenzaron la marcha solo llegaron unos 800 (por ejemplo el 5º REI  sufrio a 63 muertos, 108 heridos y 109 desaparecidos, sobre los 800 hombres que atravesaron el Río Negro el 10 de marzo) a la localidad de Kunming controlada por los EE.UU. que ahora si les había preparado un centro de acogida.
         Pese a todo lo que sufrieron, al cansancio, las enfermedades su deseo de volver a Indochina hizo que en pocas semanas se reorganizó un batallón de marcha. El 1 de julio tres compañías de fusileros y una compañía de mando, a las que se uniría más tarde una cuarta compañía, estaba lista para el combate. Eso si no sería contra los japoneses si no contra los rebeldes del Viet Minh.

Insignia del 5º REI creada por el general Alessandri.
A la izquierda el modelo de 1942 con el hacha fransciscana símbolo de Vichy
A la derecha el modelo de 1944-45 con la cruz de Lorena de la Francia Libre
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“La  columna Alessandri y la gran marcha legionaria en indochina” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar

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