Hoy
David nos lleva de viaje al extremo
norte de Europa a un escenario que los protagonistas de su novela Indeseables conocen a la perfección
gracias a una de las operaciones de asalto en la que participaron en plena
Segundan Guerra Mundial.
Corrían
malos tiempos para Gran Bretaña, que estaba acosada y luchaba en solitario
contra el Tercer Reich. La población británica necesitaba restañar su moral,
estaba ávida de victorias después de tantos sufrimientos. Los comandos tenían
que dar un golpe decisivo para insuflar ánimos en su pueblo y entre las filas
de su ejército.
El 4 de marzo de 1941 golpearon en
las islas Lofoten, en el norte de Noruega
Situación de las Islas Lofoten y plan de asalto británico |
El principal objetivo
de la operación Claymore era la destrucción de las plantas de procesado
de aceite de pescado, que se empleaba para obtener glicerina, que a su vez
era utilizada en la fabricación de explosivos. Pero más allá del objetivo de la
propia misión, la incursión buscaba el envío de tropas alemanas a frentes
secundarios, obtener información, capturar prisioneros y captar noruegos para
la causa aliada.
Alrededor
de 500 hombres, entre los que se encontraban comandos y voluntarios noruegos,
partieron del puerto de Scapa Flow (Escocia) el 1 de marzo de 1941. Ya el 4 de
marzo, a las 04:00 horas vislumbraron su objetivo. Los comandos
esperaron al alba para atacar y la operación comenzó poco antes de las 07:00
horas.
Comandos británicos sobre la nieve que contrasta con el humo de la factoría |
El
frío era intenso en las islas Lofoten. Los comandos se aproximaban a su
objetivo cargados de tensión. Al llegar a tierra no había ni rastro del
enemigo. La población civil salió a su encuentro y rápidamente apoyó a los británicos.
La
resistencia alemana vino de la mano de un pesquero armado. Los británicos se
las arreglaron para responder al fuego alemán y dañaron la nave. Antes de que
el barco se fuese a pique lograron abordarlo y hacerse con un sustancioso
botín: los rotores de la máquina de cifrado enigma y los libros de códigos.
Semejante captura suponía un importante paso para avanzar en el descifrado de
los códigos de guerra alemanes.
Vista desde el HMS Legion del incendio |
Contando
con el apoyo de la población local, avanzaron a través de la zona costera,
sorprendiendo al enemigo y capturando prisioneros. Sin grandes obstáculos en su
camino, procedieron a volar las plantas de procesamiento de aceite de pescado.
Los comandos acabaron con más de 3.600 toneladas de aceite de pescado,
glicerina y combustible. Las centrales telefónicas y de telégrafos también
fueron destruidas. Los británicos lograron hacer 228 prisioneros y unos 300
noruegos se unieron a la causa aliada.
Con
los objetivos cumplidos y un solo hombre herido por un disparo accidental, los
comandos regresaron a sus lanchas acompañados por los prisioneros y los
voluntarios. La operación Claymore
había sido todo un éxito y una inyección de moral para los británicos.
Para estos alemanes la guerra se acabó. ¿Tuvieron suerte? |
El
ataque en las islas Lofoten, entre otras incursiones realizadas en Noruega,
contribuyó a que Hitler decidiese reforzar las defensas en Noruega, desviando
valiosos recursos que le hubieran podido ser de gran utilidad en otros frentes.
ESTAS HISTORIAS DE BHM
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“Operación Claymore: el asalto a las Islas
Lofoten” David López Cabia – Bellumartis Historia Militar
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