Las calles de París, Londres, Moscú
y Nueva York y cientos de ciudades celebraron en 1945 el fin de una guerra que
había desangrado al mundo como nunca antes se había sufrido. Pero la alegría no
era la misma en otras ciudades que no sabían cuál iba a ser su futuro. Millones
de personas anónimas vivirán en 1945 un nuevo mundo que cambiará sus vidas y el
mapa mundial, millones de personas serán empujadas a un éxodo sin igual para cumplir
el deseo de los vencedores.
El autor Ian Buruma comienza el relato con la experiencia de su padre, un
joven holandés que fue trasladado a Berlín para servir como obrero forzado al
igual que miles de ciudadanos de países conquistados por los alemanes. Él viviría
la paradoja del triunfo rodeado de los perdedores pero su única preocupación
era regresar a su hogar. Así damos comienzo a un relato que huye de los grandes
líderes y se centra en la microhistoria, en como la Historia cambia nuestras
historias...
En Año Cero conoceréis el
mundo que surgió de los escombros de la Segunda Guerra Mundial donde la “Exultación”
por la victoria o la liberación ocultó por unos días el “hambre”. Miles de hombres y mujeres tras ver tan cerca
la muerte se dejaron llevar por el frenesí, una liberación sexual que sorprende
especialmente entre los supervivientes de los campos de concentración o entre
las mujeres que en Japón se unieron a los cientos de prostíbulos creados para
los soldados yankis. En unos casos la confraternización con el antiguo enemigo
era por conseguir comida para la familia pero en otros sólo por conseguir lujos
que únicamente los vencedores podían suministrar. Entre los datos que más me llamaron
la atención fue la creación en Japón de la Asociación de Ocio y Recreo para
apaciguar el ansia de los conquistadores.
Pero no todo era felicidad en el
regreso a casa de los soldados ya que la vuelta a la normalidad no era tan sencillo
como dejar las armas. En Japón se consideraba a los soldados como los culpables
de la humillación del país e incluso se les echaba en cara no haber muerto por
el emperador. Incluso los vencedores tuvieron que crear leyes para regular el
regreso a la vida civil de miles de jóvenes que habían abandonado sus trabajos
y estudios por defender su país a miles de kilómetros. En el caso de los
soldados soviéticos capturados pasarían de un infierno a otro en su propia
patria por rendirse y no haber muerto y ya no hablemos de lo que les esperaba a
los traidores. Tengo que destacar el caso de los cosacos que se habían unido a
la Wermacht y junto a sus familias se habían retirado hasta Italia, ahora
serían entregados a Stalin como se había pactado en Postdam.
La guerra abrió decenas de Cajas de
Pandora que darian rienda suelta a los odios que estaban latentes en muchos
países. En Polonia y Eslovaquia grupos de jóvenes nacionalistas se dedicaron a
asesinar a alemanes e incluso a los judíos supervivientes de los campos. En los Balcanes las guerrillas comunistas se
dedicaron a eliminar a los simpatizantes de los alemanes e incluso a los
conservadores y monárquicos que se habían enfretado a los nazis. El caso de
Grecia y la participación británica para instaurar la monarquía en un intento
de parar el avance comunista en ese
país. En el lejano Oriente los japoneses supieron predicar el mensaje de “Asia
para los Asiáticos” entre jóvenes nacionalistas como Suharto en Indonesia, que
vieron el momento de librarse de los blancos, en este caso de los Holandeses.
La guerra mostró la debilidad de los colonizadores y que podían ser vencidos por
lo que surgieron grupos armados que impedirán el regreso de los franceses,
británicos y holandeses a Vietnam, Indonesia, Camboya, Birmania… En el caso de
Argelia que nunca dejó de estar bajo dominación francesa fue el deseo de
igualdad de los musulmanes y la inmovilidad de París la causa de una revuelta
que causó más de 30.000 muertos.
Además del cambio de fronteras en Europa y el movimiento de millones de personas se le unió los refugiados que huían de los regímenes que
por motivos étnicos o religiosos no los querían en sus nuevas naciones. También
aquellos que buscaron lejos de sus hogares un nuevo porvenir en América, como los ciudadanos de los países bálticos,
ucranianos y polacos que desean huir del comunismo. También los jóvenes
sionistas supervivientes del Holacausto que desean a volver a vivir en el monte
Sión de Jerusalén.
En resumen un libro que os aportara
una visión esencial para comprender el mundo actual, ya que como bien dice el
autor fue una guerra que no acabó hasta la Caída del Muro de Berlín en 1989. No
todo en la Historia Militar son las batallas sino también tenemos que conocer
las consecuencias de estas para comprender mejor la dureza de la guerra.
El libro de Buruma está lleno de detalles espantosos...con la extrañeza que hay siempre en los hechos históricos cuando están vistos a través de los ojos de las personas comunes que los sufrieron. Pero hay un final que es esperanzador, porque apunta a la Europa reconciliada, igualadora y próspera que empezaría a surgir, contra todas las previsiones, al cabo de unos pocos años.
Antonio
Muñoz Molina
Ficha
Técnica:
Autor: Iam Buruma
Nº de páginas: 309 págs.
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788494212925
“Año cero. Historia de 1945” Francisco García
Campa – Bellumartis Historia Militar
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