El honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás
Así
comienza la Cartilla del Guardia Civil que reúne todas las reglas y
funciones de la Benemérita desde su fundación por el Duque de ahumada en 1844
por el II Duque de Ahumada, como os estamos contando en nuestra
serie de Bellumartis Podcast y en
numerosos artículos de BHM.
Pero
hoy, os voy a hablar de un magnífico libro sobre la vida de su fundador Francisco Javier Girón y Ezpeleta que nos sirve para comprender como
reflejo sus valores personales en el Instituto Armado que creó para poner fin a
la inseguridad en el campo. El título del libro de Eduardo Martínez Viqueira,
Coronel de la Guardia Civil y Doctor en Historia, Hombres de Honor refleja a la perfección la divisa fundamental de esta
unidad como deja bien claro el texto que da inicio a esta reseña.
Para
comprender el valor del Honor, el Orden, la Ley y la Disciplina para los miembros
del cuerpo durante los más de 175 años de historia, es esencial comprender la
infancia de su fundador junto a su abuelo, militar retirado y descendiente del
emperador Moctezuma durante la Guerra de Independencia mientras su padre combatía
al invasor. Al acabar la contienda comenzó su carrera militar con solo 12 años
como capitán de la Milicia Provincial de Sevilla. Donde aprendió la importancia
de la disciplina y el entrenamiento para el éxito de una unidad, además de
vestir un uniforme que le serviría de inspiración para el futuro. Cundo su padre
fue nombrado ministro de Guerra en el primer periodo del Trienio Liberal aprendería
como era la corte y la política, incluso el exilio político al caer en desgracia
su padre. Tras regresar a España fue ascendiendo en el escalafón de Milicias
hasta que pasó al Ejército Regular creando el Ejército de Reserva de Andalucía pero
sería durante la
Primera Guerra Carlista cuando por
méritos de guerra llegaría al rango de Mariscal de Campo.
A
mediados de siglo España no solo se enfrentaba a la división política entre
Carlistas e Isabelinos, conservadores y liberales, sino también a un problema
de orden público y de seguridad en los campos debido al fenómeno
del bandolerismo para lo que se vio necesario crear un cuerpo policial de
alcance nacional. Había habido intentos de renacer la
Santa Hermandad o extender instituciones locales como los
Somaten, e incluso en 1820 el I Duque de Ahumada, Pedro Agustín Girón, habría
presentado el proyecto de Legión de Salvaguardias Nacionales antes de su
exilio. Esta tarea incompleta de su padre sería una de las obsesiones de Francisco
Javier Girón Ezpeleta que completaría al fundar en 1844 la Guardia Civil.
Sin
entrar a contaros la historia de la Benemérita en esta reseña, que no es el
objetivo, si os tengo que decir que este libro no solo es una biografía del fundador
de la Benemérita sino un viaje por el alma de los Hombres de Honor que tras dos siglos llevando distintos uniformes y armas, sirviendo
a distintos gobiernos y regímenes políticos, comparten con
los primeros guardias que “El Honor es mi Divisa” como quería el II Duque de Ahumada.
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