LOS GUERREROS DEL MAHDI


LOS GUERREROS DEL MAHDI  por Giussepe Rava
Hace tiempo en BHM os hablamos de la Columna del Desierto formada por varias unidades británicas y egipcias montadas en Dromedario ascendieron el Nilo en ayuda del gobernador de Sudán al general Charles George Gordon. Hoy os vamos a hablar de sus adversarios los guerreros mahdistas.
         Al llamamiento a la Yihad proclamado por Muhammad Ahmad ibn as Sayyid abd Allah, conocido como el Mahdi, acudieron las distintas etnias y pueblos que habitaban las tierras del Sudán. No penséis en un ejército organizado bajo una bandera sino más bien en distintos ejércitos tribales que dejaban de lado sus diferencias, y en muchos casos conflictos seculares, para hacer frente a las autoridades británicas asentadas en Jartum, en la confluencia de Nilo Blanco con el Azul, que sustituían el vacío de poder dejado por los otomanos.
Muhammad Ahmad ibn as Sayyid abd Allah,
conocido como El Mahdi o
         El valle del Nilo, el centro de Sudán y la región de Kordofán es un complejo crisol de tribus que sobrevivieron a las complejas circunstancias geográficas y ecológicas creando un sistema social muy diferente al de su entorno. Es decir que unos pueblos tenían muy poco que ver con sus vecinos que en la mayoría de los casos eran vistos como una amenaza, más que una fuente de comercio y riqueza. Nombres como dongolawi, shayqiyya, jaaliyyin, ghodiat, hamar son algunas de esas tribus que el Mahdi logró unir bajo su yihad.

EL EJÉRCITO DE LOS DERVICHES, los seguidores o ánsares

Muhammad Ahmad ibn as Sayyid abd Allah, hijo de un carpintero de barcos del Nilo que se consideraba descendiente del Profeta, y que se convirtió en el líder de un grupo de  Derviches sunnitas, una especiede  monjes mendicantes. Bajo su autoridad religiosa se unieron los clanes de Baqqarah, especialmente los habitantes de Kardofán a los que habían quitado sus tierras para dárselas a emigrante egipcios,  para formar una alianza que pretendía establecer una república islámica como preludio a un estado islámico mundial.
         Tras la toma de El Obeid se le unieron grupos de las tribus de humr y miseriyya. Pero había un grupo de pastores de dromedarios situados al norte, en la frontera con Egipto, liderados por Alí Tom que prefirieron permanecer neutrales, protegidos por el terreno preferían ver como evolucionaba el conflicto para tomar partido.
         En abril de 1884 cuando el Ejército Mahdista sale de Kordofán hacia Jartum se dividía en cuatro grandes grupos cada uno con unas funciones especificas:
-         Los de sur de Gezeria, región al sur de Jartum entre los dos brazos del Nilo, bajo la bandera verde. Estas tribus de sudaneses negros servían como infantería.
-         Las huestes del Gran Nilo, al norte de Jartum, se agripaban en la bandera roja. Las danagla y jaalin eran expertos camelleros por lo que sirvieron en una enorme unidad movida en dromedarios. Os tengo que recordar que no se solía combatir sobre el dromedario y se empleaba al modo de dragones, es decir bajar a tierra para luchar.
-         Los grupos étnicos del Oeste del Sudán marchaban bajo la bandera negra. Las tribus Baggaras eran famosas por sus caballos por lo que conformaron la caballería.
-         Los soldados esclavos, jihadiyya, equipados con armas de fuego y que habían sido la guardia del gobernador otomano o de grandes comerciantes del Nilo. Sudaneses negros, aunque de origen étnico muy diversos, como los dinka, nuer y shilluk, estaban organizados en rubs, batallones, bajo el mando de un emir.
MAPA DE JARTUM
La mayor parte de los hombres estaban bajo la bandera negra, seguidos después por la bandera roja y verde. Siendo los jihadiyya una minoría dentro del ejército eran considerados una unidad de elite ya que eran los únicos entrenados para la guerra moderna. De hecho aunque al comienzo de la revuelta hubo un rechazo de las armas de fuego, al considerar que el combate cuerpo a cuerpo era el digno de un verdadero guerrero de Dios, se reservó su uso para estos soldados esclavos, no por motivos religiosos sino prácticos. De hecho se cree que para finales de 1884 tenían a su disposición más de 20.000 rifles y toneladas de munición que se obtuvieron en parte de la fracasada expedición de Hicks.
Cada parte del ejercito estaba divido en secciones con sus propios líderes tribales que trataban de lograr cierta disciplina en los movimientos, más para temas de desfile y marcha que para combate. Pero las innatas habilidades de los derviches en el combate cuerpo a cuerpo les hacían temibles como describió Rudyard Kipling:
“Nosotros luchamos con muchos hombres a través de los mares, algunos eran valientes y otros no; los paytahm, los sulues y los birmanios lo eran; pero los Fuzzy eran los mejores o muy valientes”
Los fuzzy-wuzzy era como denominaban los británicos a los guerreros bejas, por sus característicos peinados. De hecho este texto forma parte del libro Barrack room ballads de Kipling.
Guerrero beja
También  el relato Prisioner of the Khaleefa de Chares Neufeld, donde nos cuenta sus 12 años de cautiverio en Sudan, nos da una visión de sus habilidades guerreras: “A corta distancia la horda derviche era más que una prueba para el mejor entrenado ejército europeo. Rápido y silenciosos en su movimiento, cubriéndose en el territorio y cuatro o cinco veces más rápido que las tropas entrenadas, cada hombre, cada hombre en el momento del ataque lucha independientemente de las ordenes, agil, flexible, veloz como gatos y como tigres come hombres sedientos de sangre, completamente despreocupados de sus propias vidas”.
Estos guerreros, ya de por si valientes, estaban imbuidos por la fuerza que da la Guerra Santa, además de una dura disciplina que imponía el mahdi a su ejército. Esta disciplina como ya vimos no era en la forma de luchar sino en su vida diaria, fumar, beber alcohol, vestir ricas ropas, fiestas, danzas, y mal lenguaje estaban prohibidos en el campamentos con castigos de hasta 1.000 latigazos.
Los entre 70.000 y 80.000 guerreros que el mahdi logró unir para expulsar a Gordon de Jartum no eran una fuerza homogénea. Pese a su diversidad, rivalidades e incluso odios étnicos, la presencia del enemigo logró mantenerse tras la muerte del mahdi el 22 de junio de 1885. El siguiente califa Abdallahi, solo seis meses despues de la muerte evidencia las crecientes enemistades entre los seguidores de las distintas banderas.
Ilustración de Michael Roffe para Osprey Publishing
"The Sudan Campaigns 1881-1889"

ANÁLISIS DE LA PANOPLIA DE LOS GUERREROS MAHDISTAS

La indumentaria básica de los derviches era el jibbah, una blusa corta de algodón, alguna de ellas con unas finas rayas azules, con parches rectangulares negros, rojos, azules y amarillos en imitación del Mahdi, quien vestían con remiendos para demostrar su pobreza. Al comienzo eran empleadas como las típicas rodilleras  para cubrir los desgastes de la ropa pero luego fueron empleadas como simbólicas placas de identificación de los ansars o ayudantes del Mahdi. De hecho las fuentes confirman que este uso simbólico se empezó a generalizar tras la toma de Jartum.
La anterior ilustración del amigo Zvonimir Grbasic para el número 23 de Desperta Ferro sobre Jartum nos sirve para conocer mejor como eran los distintos guerreros mahdistas.
A la izquierda tenemos un ejemplo de un fusilero jihdiyya, uno de los soldados esclavos que se unió a la revuelta y que viste con un jibbeh parcheado mostrando que es un ansar, un fiel seguidor.  En su mano tiene un fusil Martini-Henri, posiblemente arrebatado a un soldado británico, al igual que el cinturón para la munición. Dos detalles muestran que su pobreza era solo simbólica, su collar de oro y la daga ricamente ornamentada.
Ansar mahdista
En el centro tenemos a un guerrero beja, los ya conocidos fuzzy-wuzzy, con su característico peinado y una sencilla vestimenta propia de su tribu, aunque parte de sus compañeros comenzaron a vestirse al estilo mahdista.  Su ligera equipación le permite lograr esas cualidades que vimos anteriormente en los relatos de dos testigos, y su lanza pesada junto a su espada, muy similar a la de su compañero de la derecha y no la cimitarra que muchos imaginaríais, le convertían en un enemigo difícil de abatir en el cuerpo a cuerpo donde el escudo seguía teniendo su valor frente a la bayoneta.
Para finalizar tenemos a un emir baggara, a la derecha, que sujeta las riendas de su caballo ya que era miembro de la bandera negra, unidad de caballería del mahdi. Está equipado con una armadura acolchada propia de las elites guerreras y que por razones obvias solo se llevaba en combate, ya que el calor no es muy amigo de ese tipo de indumentaria. Su casco con una protección extra de cota de malla, esta pieza era propia de los “hombres de hierro” la guardia del anterior jedive, fueron un regalo made in UK que fueron tomados como botín de guerra por los mahdis y repartidos entre los líderes tribales.  En sus manos tiene la característica espada tipo kaskara mientras que en su cintura tiene una daga sudanesa.
Noble baggara con cota de malla y espada kaskara
Espada kaskara sudanesa

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