“La victoria tiene un precio” que casi
siempre se olvida que es la sangre y el sufrimiento de los soldados tanto del
bando vencedor como el derrotado. En esta obra de Augusto Ferrer-Dalmau nos
lleva a la retaguardia de la batalla
de Bailen para ver un hospital de campaña de la época donde se prestaba la
primera atención sanitaria a los heridos, frecuentemente la amputación de una
extremidad para evitar la temida gangrena.
Os
propongo conocer la Sanidad Militar
durante el reinado de los primeros borbones, una institución casi desconocida
para los españoles y que representa un éxito de la Ilustración en nuestro país.
No solo se organizó la presencia médica en los nuevos regimientos, sino que se trató
de mejorar la formación de los “matasanos” creando instituciones formativas
tanto de los cirujanos como de farmacéuticos.
Con la llegada a España de Felipe V el ejército
sufrió una revolucionaria reorganización al estilo francés sustituyendo al
tradicional tercio por los regimientos. En el aspecto sanitario en 1702, antes
de la aparición de los regimientos, se asignó un cirujano a cada batallón
mientras que tras la Ordenanza de 1704 se hace referencia a los hospitales de ejército. Estando estos
formados por un doctor, un cirujano mayor, un boticario, dos ayudantes de
cirujano mayor, doce practicantes y treinta mulas para trasportar los equipos y
heridos. Y en 1710 en la Plana Mayor de cada Regimiento se incorpora un
cirujano mayor y un médico.
Siglo XVIII Cirujanos del ejército y de la Armada española. |
Pero también se regularon aspectos
administrativos y de profilaxis de estos puestos, mediante la “Instrucción que
se ha de observar para el buen gobierno de los hospitales” se establecieron
registros de los pacientes, visitas periódicas de los médicos a los yacientes “tanto
por la mañana como por la tarde tomando nota de la evolución del enfermo, y
prohibiendo salvo caso de excepción que se compartieran camas “por el daño que
se sigue de no estar separados”.
Por impulso de Juan Higgins que llego a
ser Protomédico (“el primero entre los de su clase y de quién todos recibían
órdenes”) y Primer Médico de Cámara del Rey se aprueba en 1721 las “Ordenanzas
de Hospitales” que para muchos expertos es el nacimiento de la Sanidad Militar
como Cuerpo. Pero será el “Reglamento y Ordenanzas que deben observar los ministros
y empleados de los hospitales que están establecidos y se establecieran en las
plazas y así mismo en los que se ofreciere formar el Ejército, cuyo método y régimen
manda su majestad se practique con la mayor observancia para el mejor desempeño
de su real servicio” de 1739, la que regularía tanto la organización y funcionamiento
de los hospitales fijos y de campaña como las funciones del director del
Hospital. El médico y el cirujano debían dedicarse solo a curar con los medios
que le facilitaban los administradores ayudados por un practicante de cirugía
por cada 100 enfermos. Un personaje interesante y algo siniestro de los
hospitales era el Asentista, que tenía el deber de proporcionar cama con
jergón, camisón, ropa, luz, lumbre, comida y medicación, además de pagar a un
enfermero cada 25 camas, a cambio tenía el derecho a no pagar ciertos impuestos
aduanas y se quedaban con la grasa humana para medicinas.
Pedro Martin Martinez. Demostraciones anatomicas en Anfiteatro del Hospital General de Madrid |
Según las descripciones de muchos contemporáneos
así eran los sanitarios de la época: “Hombres sin talento, educación ni cultura
que en la Armada y el Ejército hacían más estragos que el plomo y el acero del
enemigo”. Para pone fin a esto y aumentar la Formación Profesional el anterior Reglamento
establecía que estos hospitales tendrán un doble papel, asistencial y formativo
como los actuales hospitales-universitarios. Debiendo impartirse lecciones de Anatomía
y Cirugía, Materia Médica, Botánica, Química y farmacia Galénica además de lecciones
magistrales de Cirugía y disecciones Anatómicas por parte del cirujano mayor.
Con este propósito de aumentar la
formación de los sanitarios militares se crean los Reales Colegios de Cirugía. Fueron promovidos por Virgili,
cirujano de Tierra, y Lacombe de la Armada y el Protocirujano Perchet.
inaugurándose en Cádiz en 1748 El Real Colegio de cirugía de la Real armada,
siendo considerada esta la primera escuela formal de medicina en España. Más
tarde en Barcelona en 1764 para cirujanos del Ejército de Tierra y en 1787 el
San Carlos de Madrid para civiles. En 1752 se estableció un plan de estudios de
cuatro años para los estudiantes que ya estaban cursando los estudios mientras
que para los futuros alumnos seria de seis años. En estos Reales Colegios los alumnos,
setenta por curso, estaban internos, con disciplina militar, muchas horas de disección
y libros de texto modernos en vez de los tradicionales que se empleaban en las
universidades eclesiásticas. Esta frase de Pedro Virgili uno de sus fundadores
da muestra de la importancia de la practica frente a la teoría: Natura
ingenium disecta cadavera pandit; plus quan vitae more taciturna docet (la
disección de cadáveres manifiesta la sabiduría de la naturaleza; más que la
vida locuaz nos enseña la taciturna muerte).
"Institutiones Chirurgicas" una obra culmen de la medicina en castellano que seguro no faltaba en las Academias. Año 1747 |
Finalizando el siglo, en 1795, se puede
decir que ya existe un cuerpo de Cirugía Militar como el de la Armada con un funcionamiento
y moderno que sería el que aparece en la obra con la que damos comienzo a este
breve artículo. Os invito a leer el libro “El Ejército del Rey” que trata
sobre los
olvidados soldados de la Ilustración, que aunque muchos no lo sepan
tuvo en España uno de sus mejores focos de cultura y ciencia.
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La idea era que esta escena desapareciera de los nuevos hospitales Arolsen_Klebeband_Caricatura de cirujanos y barberos del siglo XVIII. |
“La Sanidad Militar Española en el Siglo XVIII”
Francisco
García Campa – Bellumartis Historia Militar
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