Gracias a esta ilustración de Francisco
Pinto nos adentraremos en una batalla que cambio el curso de la Guerra de
Independencia contra el francés.
Tras el Levantamiento del 2 de mayo de
1808 numerosas unidades de voluntarios acudieron a unirse al Ejército de Andalucía
comandado por el General Castaños. Entre estos destacarían unos pastores de toros conocidos como los garrochistas
que al grito de “¡España Jerez, a por ellos, como a las vacas!” pasarían a la
Historia.
La derrota de Trafalgar y la perdida
de la mayor parte de la Armada obligó a los marineros y a los infantes de marina a trasformarse en unidades regulares. Los infantes lejos de sus barcos y orgullosos de pertenecer a la más antigua unidad de infantería de marina del mundo, llevaron tierra adentro sus banderas navales. Esas banderas rojigualdas que Carlos III había elegido para sus navíos de guerra
y que por tanto eran la enseña de las unidades navales...
En Bailen, la primera gran batalla
librada por este nuevo ejercito formado por unos 27.000 hombres, la mayor parte
milicianos mal armados, se enfrentarían a los 21.000 soldados de Dupont. La
sorprendente derrota Francesa el 19 de julio de 1808 se debió a un exceso de
confianza por menospreciar a los voluntarios y su esfuerzo combativo. En la
victoria ondearon las banderas tradicionales del Ejercito Español, blancas con la cruz de Borgoña junto a las coloridas
rojigualdas de las unidades navales. Poco a poco esas banderas irían pasando al imaginario
nacional como la bandera
de la nación frente a las del ejército y la real. Pero eso es otra historia que ya contamos en BHM.
Cosas del destino entre los infantes de
marina que tras la pérdida de la Armada habían decido hacer la guerra contra el
francés estaba Pablo Portillo, futuro archienemigo de Simón Bolívar.
Tambien estaba José de San Martín, libertador de Chile, Perú y las Provincias Unidas (luego llamada Argentina)! Saludos
ResponderEliminarMuy cierto
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