En
BHM hace tiempo os mostramos la Guerra Florida en las tierras de Mesoamérica y
hoy gracias a Mario Tejada Bouscayrol
descubriremos el desarrollo de esta cultura bélica.
En Mesoamérica durante los tiempos prehispánicos las
guerras se dieron frecuentemente. Al igual que en otras partes del mundo su
objetivo era la expansión territorial, el control de recursos estratégicos y la
dominación geopolítica. Sin embargo, a diferencia de otras regiones del mundo
en Mesoamérica la guerra era enormemente ritualizada y se limitaba casi
exclusivamente a los señores, las elites y la nobleza. De acuerdo a la
cosmovisión mesoamericana, el Sol y su hermano gemelo el planeta Venus eran los
dioses de la guerra y debían recibir ofrendas de sangre para asegurar la
continuidad del universo.
Guerrero con cerbatana (las cerbatanas de Mesoamérica lanzaban generalmente bodoques sólidos en vez de dardos como en Sur América) |
Guerrero coyote, mural de Teotihucan, S. VI d,C. |
Las primeras evidencias conocidas de guerreros y
equipos de combate y lo que pudiera interpretarse como guerra
institucionalizada se remontan a los períodos Preclásico Tardío y Protoclásico
(300 a.C. – 200 d.C.). En el área maya y
la zona colindante del Istmo habitada por pueblos mixe.zoques de cultura
epiolmeca se pueden apreciar las primeras representaciones artísticas de
lanzas, escudos y macanas, además de capturas de prisioneros y presentación de
cabezas trofeos. Las evidencias arqueológicas de esta época muestran
expansiones territoriales y desplazamientos de poblaciones. El caso más
emblemático corresponde a la ocupación maya del oriente de Chiapas,
anteriormente habitado por poblaciones mixe.zoques. Esta penetración llegó en
el siglo III a. C. hasta el centro de Chiapas, de donde fueron expulsados un
par de siglos más tarde hasta la región de Los Altos, donde permanece hasta la
actualidad la frontera étnica entre mixe.zoques y mayas. Una de las tumbas reales excavada en Chiapa de Corzo correspondiente al
período de ocupación maya contiene entre las ofrendas una lanza ceremonial con
una punta de obsidiana en forma de navaja prismática de 40cm de largo,
incrustada en un mango de madera estucado con incrustaciones de dientes de
tiburón a manera de sierra que se extiende hasta llegar cerca de la empuñadura.
Desde esta época en adelante son frecuentes los
conflictos entre las distintas ciudades estado y estados mayas por la lucha
hegemónica por territorios y zonas de influencia.
Relieve de prisioneros en Monte Alban, Oaxaca. BELLUMARTIS |
El valle de
Oaxaca y las regiones circundantes también
evidencian en esta época actividades parecidas entre los zapotecas y el ejemplo
más significativo se encuentra en Monte Albán en las lápidas conocidas como
“danzantes” que adornan varios edificios de esta época y representan a
prisioneros sacrificados, con inscripciones que indican su rango señorial y las
ciudades conquistadas de donde provenían.
En el valle de
México la ciudad de Teotihuacán se convierte en
una gran urbe para el siglo III d.C. y se puede notar una expansión territorial
que va en aumento en el transcurso de los siguientes siglos, hasta llegar a
alcanzar una extensión mayor que la que tuvo posteriormente el imperio mexica,
llegando hasta la costa sur de Guatemala y occidente de El Salvador. Su penetración en el área maya llegó hasta el
centro de Petén, donde establecieron alianzas matrimoniales y establecieron una
dinastía gobernante en ciudades como Yaxhá y Tikal. La
alianza entre Teotihuacán y Tikal llevó a una expansión territorial de esta
ciudad que llegó a controlar un gran territorio del centro de Petén hasta que
colapsó Teotihuacán en el siglo VII d.C.
En el caso de Teotihuacán puede notarse un tipo de
armamento característico en el que sobresale el lanzadardos, conocido en el
antiguo México como “atlatl” y los
escudos cuadrados.
Chan Moan y Pájaro Jaguar sacrificando prisioneros. |
En el centro de México y otras regiones de
Mesoamérica el colapso de Teotihuacán trajo consigo desplazamientos de
poblaciones y la ocupación del centro de México por nuevos pobladores,
destacando los toltecas.
Guerreros mayas, figurillas del Clásico Tardío (ca. 600 - 900 d. C.). |
En el valle de Oaxaca y regiones circundantes los
mixtecos desplazaron a los pobladores zapotecas
en muchas partes y eventualmente ocuparon su ciudad principal de Monte
Albán y se establecieron en Mitla y Zachila.
La ciudad de
Tula, capital de los toltecas se vio inmersa en un conflicto
interno en el siglo X, debido a que sus gobernantes y sumos sacerdotes llevaron
al plano terrenal la lucha cósmica entre Quetzalcóatl, dios de la luz y
Tescatlipoca, señor de la oscuridad. El
señor Quetzalcóatl y sus partidarios fueron derrotados y expulsados de la
ciudad, por lo que se vieron obligados a
emigrar a Yucatán, donde fueron recibidos y se integraron a los mayas Itzaes de Chichén
Itzá. Para el siglo XII Tula había sido abandonada y destruida y nuevas oleadas
de toltecas se dispersaron por el centro de México y otras regiones del sur de
Mesoamérica.
Desde el abandono de Teotihuacán unos siglos antes
hasta que termina el período tolteca entre los siglos XII y XIII, numerosos
pueblos fueron desplazados por nuevos pobladores y se dieron grandes
migraciones de habitantes del centro de México hacia el sur. Entre estos están
los chiapanecas, los chorotegas, los mangues y pipiles nicaraos que ocuparon el
centro de Chiapas, el sur y centro de Honduras y la costa del Pacífico de
Nicaragua, llegando hasta la península de Nicoya en la actual Costa Rica.
Los chiapanecas,
uno de los pueblos más aguerridos de Mesoamérica invadieron y ocuparon el
centro de Chiapas, desplazando o conquistando a las poblaciones nativas zoques
o mayas. Siglos más tarde se
convirtieron en los peores enemigos que tuvieron los aztecas en el sur y una de
las peores amenazas a sus provincias sureñas.
Durante los siglos XIII y XIV llegaron al Valle de
México otros pueblos provenientes del norte, primero los chichimecas y por último los aztecas. Estos a su vez se integraron a la
civilización mesoamericana y adoptaron sus costumbres.
Páginas del Códice Mendoza con los rangos militares y las formas de ascender según el número de Prisioneros que capturaban. |
Los mexicas en un principio fueron vasallos del
señorío de Azcapotzalco, hasta que en el siglo XV se rebelaron. Formaron una
alianza con Texcoco, gobernada entonces por el rey (tlatoani) Netzahualcóyotl,
quien los ayudó a formar una coalición de pueblos entre los que se incluye a
los tlaxcaltecas, para derrotar a Azcapotzalco.
No está claro en las crónicas porqué después de ser sus aliados y venir
del mismo origen de Aztlán, los tlaxcaltecas se convirtieron en los peores
enemigos de los mexicas.
Códice Nuttall de la Mixteca, S.XIII d.C. |
Después de derrotar a Azcapotzalco, México, Texcoco
y Tlacopan de etnia otomí, formaron la Triple Alianza, con lo que surgió el
imperio más poderoso de su tiempo en Mesoamérica. Conocido también como imperio
mexica o azteca, se formó a partir de la conquista de pueblos vecinos, el
vasallaje de otros pueblos que se sometieron a su poder sin luchar y del
establecimiento de colonias en otros territorios.
La sociedad mexica fue una sociedad eminentemente
guerrera, desde que eran vasallos de Azcapotzalco, contribuían con guerreros.
Después de liberarse del yugo de este reino basaron la formación de su imperio
en el poderío militar. Sus guerreros estaban organizados en órdenes militares y
una manera en que un plebeyo podía ascender en la escala social y llegar a ser
señor era por medio de la guerra. Sus rangos militares estaban basados en el
número de prisioneros que había capturado un individuo. Mientras más
prisioneros capturara y el rango de estos, ascendía en la escala social hasta
llegar a las posiciones sociales más altas. Cada rango tenía un escudo y
atuendo distintivo y los de mayor rango estaban integrados en las dos órdenes
principales: los guerreros águila dedicados al dios Sol y los guerreros
jaguares, dedicados a su hermano gemelo el Señor de la Noche.
Si bien los aztecas eran el imperio más poderoso de
Mesoamérica, no llegaron a controlarla totalmente. En todas sus fronteras
estaban rodeados de reinos y señoríos hostiles, que se negaban a someterse a su
poder. Hacia el noroccidente se extendía el reino tarasco o purépecha, al
oriente el pequeño señorío tlaxcalteca, que aunque inferior en tamaño y poder
era uno de los más acérrimos enemigos de los mexicas; en el sur de la Costa del
Golfo había una coalición de pueblos nahuas, mixe.zoques y mayas chontales y
yucatecos independientes y hostiles al imperio mexica; en la costa del Pacífico
de Oaxaca se encontraba el reino mixteca de Tututepec y el reino zapoteca de
Juchitán y más al sur el peor enemigo de la región eran los Chiapanecas, que les
causaban verdaderos problemas en su colonia del Soconusco. En las Tierras Altas Mayas tenían señoríos
aliados y enemigos. Dependiendo de los conflictos locales, los amigos de sus
enemigos eran sus enemigos y viceversa.
Cuando llegaron los españoles esa era la situación
que imperaba en Mesoamérica y de eso se aprovecharon para consumar la conquista
de México. Los más importantes fueron los tlaxcaltecas, con quienes forjaron
una alianza permanente, que no solo los ayudó a derrotar a los mexicas sino que
después los guió y acompaño en la conquista del resto de Mesoamérica y más
allá, en el norte hasta los límites de lo que fue la Nueva España.
Guerreros mayas, primero Estela del Baúl, Guatemala, Siglo I d.C. segundo: figurilla de guerrero de Nebaj, Guatemala, ca. 600 -800 d.C. ; mural de Bonampak, Chiapas, ca. 800 d.C. ; guerrero olmeca xicalanca, mural de Cacaxtla, ca. 800 d.C. y guerrero del Códice de Dresden, S. XII d.C. |
“La
guerra en Mesoamérica durante la época prehispánica” Mario Tejada
Bouscayrol –Bellumartis Historia Militar
Comentarios
Publicar un comentario