Tras
las rápidas victorias alemanas en 1939 y 1940 gracias a la Bewegungskrieg (“guerra móvil operacional”), más popularmente
conocida como Blitzkrieg, las tropas panzer alemanas se enfrentaban a un nuevo
reto. En las campañas de 1941 la Wehrmacht se desplaza a zonas donde el
terreno, el clima y la falta de infraestructuras modernas supondría un mayor
reto que las defensas enemigas.
La revista comienza con un artículo de
Jonathan M. House, autor de la Tetralogía de Stalingrado, que rompe con
gran parte de los mitos sobre el empleo del arma acorazada en las campañas
polacas y francesa. “Tácticas panzer hasta 1941” nos da una visión de la concepción
táctica del carro de combate como elemento móvil para desorganizar e
interrumpir la retaguardia enemiga y no como elemento de choque. La mejor
prueba de esta concepción es que los cañones de 75 mm del panzer IV, el más
potente en esta época, tenía un cañón diseñado para fuego de supresión zonal y
no anticarro.
El 28 de febrero de 1941 da comienzo la
preparación de la Operación Marita,
la invasión alemana de Grecia. Entre los retos que se encontraron las tropas
panzer en su avance hacia el sur desde Bulgaria destacan los estrechos valles y
desfiladeros helenos. Peter Wood en “Panzer en las Termopilas” nos lleva
a las batallas de Platamon, el paso de la garganta de Peneo y la batalla de las
Termópilas donde de nuevo el invasor venció a las tropas defensoras, esta vez fusileros
del 25º batallón neozelandés.
Serían las inmensidades rusas el mayor desafío
a los panzer ya que la carencia de una red de carreteras modernas y la destrucción
de las vías de ferrocarril obligaron a alargar al límite las posibilidades logísticas de la Wehrmacht. En “La
derrota de Hitler en el este” de David Stahel además de este factor
analiza los errores estratégicos, los problemas en la sustitución y reparación de
las bajas en las unidades blindadas. Este último factor es tratado en
profundidad por Gregory Liedtke en “Comprender el desgaste” donde
analiza el sistema de reparación de carros en el frente de batalla, las compañías
taller, y sobre todo el problema de encontrar repuestos para la multitud de
modelos que conformaban las unidades blindadas, ya que pese a la visión popular
las unidades panzer eran un verdadero mix de vehículos alemanes y capturados.
Uno de los frentes que supuso un gran
reto a las unidades panzer fue el frente norteafricano debido a los contrastantes
térmicos en un mismo día pero sobre todo a la omnipresente arena. Dennis Oliver
nos muestra como los ingenieros alemanes hicieron frente a estos condicionantes,
o como superar los enormes cauces de los ríos rusos gracias a “transformaciones
para condiciones extremas”. Elementos que fueron empleados en las
unidades que se enfrentaron en “La batalla de río Vop” y en “Totensonntag.
La batalla de Sidi Rezegh” donde David Glantz, coautor de Choque de Tintanes, y Douglas Porch nos
muestran el empleo de este arma en el campo de batalla.
Además de todo esto el número especial
se completa con tres artículos sobre la evolución y características de los elementos
básicos de las unidades panzer en 1941, es decir: “Panzer IV primera evolución del
carro definitivo” donde Thomas Anderson analiza el panzer más potente
de las unidades alemanas; en “Panzerspähwagen, el reconocimiento táctico alemán”
de nuevo Anderson nos analiza el papel como punta de lanza y no solo como ojos
de la división. Para finalizar Paolo Battistelli nos muestra la organización y
papel de los “Schützen. La infantería de las divisiones Panzer” que sin su
presencia harían imposible el avance seguro de los carros.
ESTAS
HISTORIAS DE BHM OS PUEDEN INTERESAR:
“Panzer
volumen II (1941). De áfrica a Barbarroja. Número especial XVI Desperta Ferro”.
Reseña
de Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
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