Hace
un tiempo os recomendé El gran delirio de Norman Ohler, un
interesante libro sobre el uso de las drogas en la Alemania de la Segunda
Guerra Mundial y os había prometido un artículo sobre el Pervitin. Sera David
quien os muestre el empleo de esta droga en la Wehrmacht y dentro de poco os
contara el empleo de la Benzedrine por los británicos.
En
la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán era una maquinaria militar
implacable, prueba de ello fueron sus numerosas victorias en los primeros años
de la guerra. Sin embargo, más allá de sus novedosas tácticas y sus temibles panzers, la metanfetamina también jugó un importante papel entre
las tropas alemanas. Estamos hablando del Pervitin.
El
ejército alemán fue el primero en hacer uso extensivo de la metanfetamina. El
Pervitin hacía del soldado alemán un combatiente arrojado, obediente, tenaz y
capaz de resistirlo casi todo. No obstante, los nazis denostaban en público las
drogas. Es curioso que lo que les estaba prohibido a los civiles alemanes,
fuese ampliamente distribuido entre los soldados (nota BHM: realmente el
consumo era bastante normal en el día a día, incluso se fabricaron bombones con
el ingrediente mágico). Y es que, la droga, pese a ser censurada entre los civiles,
aportaba al soldado alemán todas las cualidades que el régimen nazi buscaba en
un auténtico guerrero germano.
A FALTA DE CAFÉ ME TOMO UN BOMBÓN CON PERVITIN Propaganda de la época de bombones con anfetam |
Ya
en 1938 comenzó a comercializarse la pervitina de tres miligramos. De la
producción de este fármaco, que era vendido a precios francamente baratos, se
encargaba la compañía farmacéutica
Temmler-Werke. La pervitina vendría a ser una especie de “cristal” menos
desarrollado que el de hoy en día.
Conviene
recordar que la metanfetamina tiene unos efectos mucho más prolongados e
intensos que los de la anfetamina. Quien consume esta sustancia muestra mayor
tolerancia al dolor, se siente capaz de exponerse al riesgo con mayor facilidad
y ve mitigadas o reducidas sensaciones como el hambre, la sed y el sueño.
Con
semejantes efectos, la pervitina pasó a ser una droga atractiva para el
ejército alemán. Gracias a ella, los mandos militares podían contar con
soldados capaces de tolerar un mayor nivel de sufrimiento.
Otto Ranke |
El
médico militar Otto Ranke, como
director del Instituto de Fisiología de
Defensa de la Academia Militar de Berlín se sintió atraído por las
propiedades de la metanfetamina. En consecuencia llevó a cabo experimentos en
estudiantes universitarios y concluyó que la pervitina podía influir
decisivamente en la guerra que estaba a punto de desencadenarse. Otros ensayos
llevados a cabo entre las tropas alemanas que invadieron Checoslovaquia
vinieron a confirmar las tesis de Ranke.
En
el periodo que va desde abril de 1939 a diciembre de 1939, la empresa Temmler-Werke proporcionó 29 millones de tabletas a las
tropas alemanas. De este modo, la pervitina pasó a conocerse entre los
soldados como la “píldora de asalto”.
El consumo de esta droga fue en aumento durante la invasión de Holanda,
Bélgica, Luxemburgo y Francia. Así pues, un total de 35 millones de pastillas
de pervitina y otra variante denominada Isophan fueron distribuidas entre los
soldados alemanes. Las formas en que se presentaba la metanfetamina eran muy
diversas. Podía consumirse en forma de tabletas de chocolate, a lo que el
personal de la Luftwaffe denominaba fliegerschokolade
o chocolate del aviador. Por el contrario, las dotaciones de los temibles panzers las bautizaron cono panzerschockolade o chocolate del
carrista.
En
cualquier caso, el consumo de pervitina alcanzó su zenit en 1940, con la guerra
relámpago en pleno apogeo. Sin embargo, no todo eran ventajas, pues la
metanfetamina generaba adicción. A falta de suministro de pervitina por parte
del ejército, los soldados alemanes podían conseguirla adquiriéndola como
fármaco. Otro de los inconvenientes era que cuando los efectos desaparecían, el
rendimiento de los soldados germanos caía en picado.
También
la pervitina, llevando a la máxima excitación a muchos soldados, terminaba por
impulsarles a actuar como auténticos salvajes. De ahí pueden explicarse parte
de las atrocidades perpetradas por las tropas alemanas durante la Segunda
Guerra Mundial.
Los
efectos adversos de esta droga provocaron una caída en su consumo a partir de
diciembre de 1940. El descenso del consumo se acentuaría en mayor medida
llegado el año 1942. Los médicos alemanes se estaban percatando de la adicción
y en ocasiones, de las insuficiencias circulatorias que podía causar la
pervitina.
ME DIJERON UNETE AL ARMA DE SUBMARINOS PARA CONOCER MUNDO Al final de la guerra los tripulantes de los minisubmarinos fueron cargados de Pervitin y otras sustancias |
Si
bien es cierto que se redujo notablemente el consumo de drogas en la Wehrmacht,
el ejército no dejó de proporcionar metanfetamina a sus soldados. En cambio, en
la rama aérea de las fuerzas alemanas, la Luftwaffe, el consumo de
metanfetamina era algo habitual.
En
vista de los efectos adversos de la pervitina, Leonardo Conti, médico y Líder
de Salud del Reich, optó por regular el consumo de esta droga. Por ello, la
pervitina quedó regulada por las leyes sobre el opio.
Pese
a su regulación, el consumo entre las fuerzas alemanas continuó. De hecho, la
tenaz resistencia de los soldados alemanes en la campaña de la Unión Soviética,
especialmente en el crudo invierno ruso, se debe al consumo de pervitina. Por
poner cifras a esta cuestión: durante los seis primeros meses de 1942 se
proporcionaron diez millones de tabletas de este estimulante.
Trabajadoras de la factoría de Temmler de Berlín produciendo las tabletas de 35mg de Pervitin para la Wehmarcht. Temmñmler Pharma Gmbh@Co KG. MarMarburg |
Para
su consumo, se daban las siguientes directrices al soldado alemán: “Dos tabletas suprimían las necesidades de
sueño de tres a ocho horas, por lo que los efectos de dos tabletas se
prolongaban durante periodo de veinticuatro horas”.
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