A
finales del siglo XIX la Armada Española necesitaba ser modernizada y ampliada
pero la escasez de fondos hizo que fuese precisa la ayuda voluntaria de los
españoles. En ayuda de su país acudieron los emigrantes españoles en América en el conocido como “Plan Patriótico”, que vimos recientemente en BHM. Hoy José Francisco Gil nos da a conocer a uno
de los navíos creados gracias a la ayuda de la colonia española en México.
Desde
comienzos de 1896 se rumoreaba que la colonia española en México estaba
organizando una suscripción para recaudar fondos destinados a la construcción
de un buque de guerra llamado "Colonia Española de Méjico". El nombre
del buque sufrió diferentes vicisitudes. Al inicial le sucedieron los de
"Méjico", "Patria" y, más tarde aún, "Puerto
Rico". Su nombre definitivo,"Extremadura", quiso ser un homenaje
al lugar de nacimiento de muchos de los emigrantes a América. El presidente de
la Junta Patriótica mejicana, entidad que apadrinaba la recaudación, era
Florencio Noriega y Noriega, quien había acompañado a su hermano Ignacio en la
participación en el astillero gaditano. Con tan buenos contactos, Ignacio
Noriega no tuvo empacho, en febrero de 1896, en asegurar públicamente que el
buque se ejecutaría en el astillero gaditano. A medida que la recaudación
aumentaba y se consolidaba la idea de construir el buque, las gestiones de la
dirección del astillero se incrementaron. La prensa local comenzó a dar
noticias sobre la próxima firma del contrato y de las entrevistas de la
directiva de la comisión en España (Castelar y el Marqués de Comillas) con
miembros del gobierno para encontrar la fórmula de adjudicación del contrato.
En el verano fue una comisión de los propios jefes y maestros del astillero la
que se dirigió a los diputados por el distrito para que presionaran con el fin
de que el barco se adjudicara a la factoría gaditana. Se trataba de conseguir
una obra que, terminándose los trabajos en el "Carlos V", evitara la
segura paralización de la factoría.
Durante
el otoño de 1896 fueron los trabajadores quienes también comenzaron a presionar
para que el buque se construyera en Cádiz. Ignacio Noriega afirmaba
públicamente que estaba seguro de que se podía construir en Cádiz el acorazado
en dos años y que saldría mas económico que en el extranjero porque la tonelada
del "Carlos V" había salido más barata que la del "Cristóbal
Colon" en Génova. Aseguraba que si no había nuevas construcciones cerraría
la factoría a pesar de que quedarían al desamparo unas 1.500 familias.
Las
campañas parecieron dar resultados porque en Noviembre de 1896, los delineantes
del astillero trabajaban en los planos de un crucero de 6.500 toneladas que
"había prometido el gobierno". Sin embargo todavía faltaba mucho para
que la quilla del buque fuera colocada en grada. En febrero de 1897 el
"Carlos V" estaba a punto de terminarse y comenzaron los despidos.
Mientras, no se sabía nada ni de la suscripción americana, ni mucho menos de la
firma del contrato. Durante los meses siguientes la situación no solo no
mejoró, sino que incluso empeoró. La muerte de Canovas paralizó todas las
gestiones en los ministerios.
Cuando
empezó Septiembre, Noriega decidió jugar su última carta y anunció el despido
de la práctica totalidad de los trabajadores del astillero. Durante los días
siguientes, el gerente del astillero se desplazó a Madrid para, en compañía de
los diputados por el distrito, visitar al ministro de Marina, Beránguer, para
pedirle que agilizará los tramites de la concesión del crucero. Mientras en
Cádiz se preparaba una manifestación apoyada por todas las fuerzas vivas. Con
motivo de la convocatoria de la manifestación se hizo público un manifiesto en
el que se pedía la solidaridad de todos los gaditanos. El despido de los
trabajadores del astillero, decía, perjudicaba a toda la ciudad. El 27 de
Octubre los más importantes centros comerciales e industriales cerraron y sus
trabajadores y directivos se incorporaron a la manifestación. A medio día miles
de gaditanos recorrieron las calles de la ciudad. Los obreros del astillero ya
no las abandonarían. Por las principales arterias, durante días, se
concentraron pacíficamente tanto para expresar su protesta como para comentar
noticias que se recibían. Finalmente, el 4 de Noviembre una comisión de
trabajadores y de importantes personajes de la industria y el comercio de la
ciudad se desplazaron a Madrid para lograr el compromiso definitivo del gobierno.
En Madrid se entrevistaron con el ministro de Marina, Bermejo, con la comisión
de Marina del Congreso y con la propia reina regente Maria Cristina. Ante todos
ellos dibujaron el pavoroso futuro que se le abría a la clase obrera gaditana
si el astillero no comenzaba de inmediato la construcción del crucero. Agitaron
el espectro de las convulsiones sociales que podrían suceder. La comisión
regresó a Cádiz con vagas promesas.
Botadura del Eztremadura en 1900 |
Por
fin el 23 de Abril 1898 el Consejo de Ministro autorizó la concesión del crucero
al astillero. La Gaceta de Madrid publicó un real decreto autorizando la
adjudicación directa del crucero. Cuatro días después, el 27, se firmó el
contrato. El buque sería un crucero protegido de unas 2.030 toneladas de
desplazamiento; un radio de acción de 6.000 millas; una velocidad mínima de
17,5 nudos y con máquinas de 4.500 C.V. de hélices gemelas. Lo recibiría la
Armada, completamente pertrechado, en 24 meses a partir del día siguiente al de
la inscripción de la escritura pública del contrato. Los 4.964.000 en que se
calculaba su coste las pagarían, en 12 plazos, las colonias españolas en
América. El astillero depositaría 300.000 pesetas de fianza. Se tuvo que
esperar un casi un año, hasta el 23 de febrero de 1899 para colocar la quilla
del "Extremadura", empezándose los trabajos en verano de 1899.
Las
obras se efectuaron con rapidez. A mediados de Enero de 1900 se terminó de
remachar el casco. La botadura se efectuó el 29 de Abril de 1900. Fue el primer
buque de guerra botado en España tras la destrucción de la escuadra hacía dos
años. El pueblo gaditano acudió en masa a la botadura. Según la prensa local
unas 30.000 personas abarrotaron las instalaciones. La madrina fue Ana María
Lacave, viuda de Lizaur, accionista del astillero. A las 13:35 horas el
"Extremadura" cayó al agua acompañado del flamear de los pañuelos,
saludos de sombreros, el sonido de las campanas de los buques surtos en la
Bahía y las campanas de la Catedral y el Ayuntamiento. Después en el almacén
general, se dio una merienda a los obreros y, en la sala de gálibos, un
banquete a las autoridades. Las celebraciones terminaron con una cena, en el
teatro del parque, a la que asistieron autoridades e invitados. El Crucero se
armó en algo más de dos años. Nuevas reformas en la artillería retrasaron su
entrega. A finales de 1901 se terminaron de montar los componentes de la
maquinaria. La entrega oficial se realizó en Agosto y el 7 de septiembre de
1902 el "Extremadura" zarpa del puerto gaditano.
A
los analistas navales, el nuevo crucero les pareció de concepción anticuada y
pequeño tamaño. Además, su principal defecto, tenía escasa protección. Sin
embargo, a pesar de las críticas, el "Extremadura" intervino
activamente en las operaciones en el Rif durante las décadas de los años diez y
veinte. Desde 1917 sirvió como buque nodriza de los primeros submarinos de los
que dispuso la Armada Española. Fue dado de baja en 1926.
Datos técnicos del Crucero Extremadura:
-
Botado: 29
de abril de 1900
-
Propulsión: Máquinas de 2.500 CV.
Autonomía de 2.500 Millas. Velocidad 20 Nudos
- Armamento: Dos cañones Hontoría de 12
Camotas. y cuatro de 42 mm. Dos ametralladoras de 11 mm y cuatro tubos lanza
torpederos fabricados por Vickers.
-
Baja: Venta para chatarra a la isla de
La Martinica en 1932.
El Extremadura bombardeando a la cabila rifeña de los Beni Said |
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