Amantes
de la historia militar os recomiendo leer el primer ensayo de Javier Yuste, un
amigo del Blog. El autor nos muestra la historia de un barco que refleja en su
periplo el Desatre de una nación y el
comienzo de un imperio, un barco dos pabellones en el cambio de siglo que
supuso el fin del poderío europeo y el comienzo del estadounidense.
En
1880 el Ministerio de Marina decidió construir tres cruceros con el objetivo de
modernizar la armada, dos de ellos se construirían en el Ferrol, el Maria Cristina y el Alfonso XII, mientras que sería en Cartagena donde se construiría nuestro
protagonista...
A
la hora de bautizar el barco se escogió el de la difunta reina María de las
Mercedes, que tras solo 6 meses de matrimonio dejo a su esposo Alfonso XII de
forma prematura, murió el 26 de Junio de 1873. Una elección que parece premonitoria
de la corta vida del buque para nuestra armada.
La
construcción del primer barco de metal en el astillero de Cartagena se prolongó
durante varios años tanto por problemas de Tesorería como burocráticos que retrasaron
su construcción como alteraron sus dimensiones frente a las del prototipo, María Cristina. el gran retraso de la
construcción ,desde la colocación de la quilla el 2 de julio de 1881 hasta su
botadura el 12 de septiembre de 1887, convirtió al nuevo barco en un dinosaurio
marino frente a los nuevos avances de la armada norteamericana.
CARACTERÍSTICAS DEL NAVIO | |
Clasificación | Crucero de segunda clase (no protegido) |
Botado | 12 de septiembre de 1887 |
Comisionado | 1892 |
Desplazamiento | 2.835 toneladas |
A plena carga | 3.900 toneladas |
Eslora | 84 metros |
Manga | 13 metros |
Calado | 6,70 metros |
Aparejo | Tres mástiles con velamen de schooner |
Propulsión | Una máquina alternativa de 4100 CV, una hélice, .5 m² de vela |
Velocidad | 13 a 15 nudos |
Blindaje | ninguno |
Armamento | 6 cañones Hontoriax160 mm, 3x105 mm, 2 Nordenfeltx 42 mm, 6 Hotchkissx37 mm, 2 ametralladoras, 5 tubos lanzatorpedos |
Tripulación | 380 |
Tras
recibir su bandera de combate de mano de los Duques de Montpensier, padres de
la difunta reina, a comienzos de 1888 y su armamento 1891. Fue destinado en
1893 a la guerra de África, destacando la misión de suministro de Mauser
Alemanes y su munición desde Hamburgo a Melilla.
En
febrero de 1895 es enviado a Cuba para reforzar la Flota tras el comienzo de la
insurrección cubana, Grito de Baire. Entre
sus actuaciones en la isla destaca el Incidente
del Valencia, un navío estadounidense que navegaba sin bandera en un acto típico
de filibusterismo, acciones de contrabando
y suministro a los rebeldes que durante años realizaron barcos norteamericanos.
En
febrero de 1898 tras la explosión del
Maine la armada decide concentrar la flota en una gran unidad pero libra al
Reina Mercedes debido al mal estado
de las calderas. Se le asigna la misión de fortalecer las defensas de Santiago
de Cuba como pontón y artillería flotante. En marzo se le refuerza la amura de
estribor con las cadenas de las anclas y se le desmontaron las vergas para
mejorar su defensa. Se desmontan cuatro de sus seis cañones Hontoria de 160mm
que se aprovechan en las baterías de tierra. Tras la derrota de la armada de
Cervera se decide hundir el navío en el canal de entrada al puerto, el
encargado de este “honor” es el Alférez Venancio Nárdiz, pero antes de llegar al
punto de hundimiento fue atacado lo que hizo que se hundiese cerca de la costa
y no lograse se objetivo de cerrar la bahía.
Cañones de 160 mm del crucero “Reina Mercedes” desmontados para artillar la batería alta de Socapa, en Santiago de Cuba |
Una
vez acaba da la Guerra los Estadounidenses deseaban llevarse un suvenir,
decidieron reflotar el Reina Mercedes
y enviarlo a reparar a Maine, Portsmounth Naval Shipyard el 25 de agosto de
1900. Tras varios proyectos se decide convertir en un “Buque de recepción no autopropulsado” en 1902, fue exhibido en
varios puertos como trofeo de caza.
Postal del “Reina Mercedes” como buque alojamiento |
Tras
añadirle barracones y mejorar los camarotes fue enviado a la Academia Naval de Annapolis
en 1912, donde sirvió de barracón prisión para los reclutas rebeldes y de alojamiento para los
marines e incluso para el comandante de la base hasta su desguace el 6 de
noviembre de 1957. Se debe destacar que en 1920 en una visita del Rey Alfonso
XIII volvió a ondear la rogigualda, también por paradojas de la historia en los
años treinta la nazi y la japonesa.
Si deseáis saber más de la historia de
este barco os recomiendo leer “Cucero Reina Mercedes, de la Armada
española a la US Navy” de Javier Yuste y consultar su interesante bibliografía
y apéndices, entre los que destaca un análisis de la Armada española de la época
e incluso el articulado del Tratado de París.
Editorial:
Tombooktu Historia
Páginas:
288
ISBN
papel: 978-84-15747-29-1
ISBN
ebook: 978-84-9967-488-9
Gracias por la reseña, amigo!
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