Ya sabéis que en BHM tenemos una serie de artículos sobre los subfusiles y hoy
toca el turno a un arma con un toque Mediterráneo. En la imagen de portada podéis ver a milicianos anarquistas de la Columna Fantasma portando en sus brazos varios subfusiles entre ellos el que será el protagonista de nuestro articulo: el MP-28
El
creador del arma que en España se conocería como “naranjero” fue Hugo
Schmeisser (1884-1953) hijo de Louis Schmeisser, uno de los armeros más
reconocidos de Alemania en el siglo XIX. Tras aprender con su padre y en la Theodor Bergmann Waffenfabrik de Suhl, desarrolló en 1916 el subfusil MP18 como
encargo de la Comisión alemana de pruebas de armas. Como ya vimos en la Historia del Subfusil su éxito limpiando trincheras le convertiría en un arma a imitar.
Soldado alemán con un subfusil MP28 en Varsovia |
En
el periodo de entreguerras Alemania tenia prohibida la fabricación de este tipo
de arma y pese a ello el país inventor del subfusil se negaría a prescindir de
ella. Pese a la prohibición Hugo Schmeisser comenzó el diseño de un nuevo
subfusil que mejorase las cualidades del MP18, para ello fundó junto a su
hermano Hans la Industriewerk Auhammer Koch und Co, a la vez que colaboraba con la Haenel Waffen und Fahrradfabrik. Las
dificultades económicas de la Republica de Weimar y sobre todo la limitada
demanda de armas llevó consigo el cierre de numerosos armeros y obligó a la
fusión de la empresa de los Schemeisser con la Haenel.
Schemeiser
diseño en este periodo un subfusil que sería conocido como Haenel-Schmeisser
MP28/II. ¿Por qué Haenel? La respuesta es que con la llegada al poder de
Hitler y la ruptura del Tratado de Versalles se decidió fabricar esta arma por
lo que C.G.Haenel de Suhl realizó
unas adaptaciones en el calibre adaptándolo al 9 x 19 Parabellum, el empleado por las pistolas Luger. El encargado de este rediseño fue Heinrich Vollmer, otro de los armeros
más reconocidos del momento.
Un maqui con un MP28 original, fijaros en la palanca de carga en forma de gancho |
El
fruto de los dos ingenieros fue un arma de alta calidad y un coste elevado que sería
la causa de su poca producción. Su culata de madera le convertía en un arma
robusta, pesaba unos 4 kg, y como ya vimos conel Lanchaster (la copia británica de esta arma) era bastante fácil de controlar. Con una cadencia de más de 500 balas por minuto y un alcance
efectivo era de unos 100-150 metros. El cargador recto que se situaba
horizontalmente tenía una capacidad de 20 y 32 balas. Aunque algunos modelos
tenían seguro, la mayor parte de las unidades carecían del mismo por lo que les
convertía en un arma insegura en caso de caída o golpe. De hecho, se dice que
el líder anarquista Durruti murió por un disparo accidental de esta arma en
1936. La verdad que la autopsia confirma que fue una bala de 9 mm largo que no
era la que empleaban los modelos alemanes como ya vimos.
En
los años treinta se había concedido licencias a la empresa Pieper para la fabricación en
Belgica, donde se denominó como Mitrailette Modele 1934, en 9 x 19
Parabellum. Además se exportó parte de la producción a varios países
suramericanos, Sudáfrica, Japón, China y España. De hecho este pedido de la República
Española fue el que se usó como modelos durante la Guerra Civil para fabricar
los conocidos como “naranjeros”. Cuyo
nombre no creo que venga como dicen algunos del pago en esta fruta al
exportador sino de algo tan sencillo como su lugar de fabricación.
La
Subsecretaría de Armamento decidió en 1938 comenzar la fabricación sin licencia
de patente en unos talleres de Alberique, Valencia, de estos subfusiles MP-28.
Aunque a simple vista salvo el color más oscuro de la madera frente a las más
clara del modelo alemán, realmente si se hicieron una serie de cambios como
también hicieron los británicos con su copia.
Se modificó la palanca de montar, que ahora tiene forma redondeada en vez de
forma de gancho. También el calibre original usado por los alemanes era el 9mm Parabellum, y en la copia nacional se
usó el 9 mm Largo con un cargador de 36 balas.
En la parte superior un MP28 original, color más claro y palanca en gancho Parte inferior un "naranjero" con color más oscuro y palanca circular Créditos: Historia y Guerra |
Durante
la guerra se llegaron a construir unas 2.000 armas que no tienen ninguna marca
de fabricación al contrario que las originales (es decir con licencia). El uso
táctico de este arma y otros subfusiles como el Labora Fontbernat M-1938 (del que hablaremos otro día) demostró el
verdadero papel de esta arma, dotar de potencia de fuego al pelotón sin reducir
la movilidad.
Tras
el fin de la guerra muchos de los “naranjeros”
fueron empleados por la Guardia Civil en la lucha contra los maquis. El mismo
uso le aguardaba a la versión original alemana con el que fueron dotados los
cuerpos policiales y antipartisanos dejando los nuevos modelos MP 39 y 40 para las unidades de
combate. Tras la guerra el “Gobierno Nacional” decidió comprar los derechos
del Erma
Vollmer MP35 que en España se conocería como subfusil Modelo C. Pero todavía quedaban MP-28 y naranjeros en los
arsenales y la última vez que se usaron en combate fue durante la Guerra
del Ifni en 1958.
Para finalizar tal fue el éxito del arma y de la palabra "naranjero" que se convirtió en sinónimo de subfusil durante el conflicto civil y la posguerra.
En en centro un "naranjero" en la Guerra del Ifni. No se aprecia si es el alemán o el español |
“El naranjero: el MP28 versión mediterránea”
Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
Un arma emblemática, sólo he conseguido de ella el guardamos y culata, pero además creo que es la original alemana
ResponderEliminar