En el anterior artículo de Ricardo Sánchez Calvo sobre las reformas que realizó Gustavo Adolfo II de Suecia en su ejército y su participación durante la Guerra de los 30 años, veremos ahora la
batalla que supuso el fin del Ejército Sueco, que parecía imbatible hasta el
momento.
Tras la batalla de Lützen, que le costó la vida al monarca, la frágil alianza
que unía al Ejército Sueco con los diferentes electores protestantes se volvió
más débil. Oxenstierna, el canciller de Gustavo Adolfo, trató de mantener el
sueño de unir a los estados protestantes alemanes bajo la tutela sueca, pero
fracasó; y solo consiguió retener a los estados más débiles, y por ello más
dependientes de él, bajo la llamada Liga
de Heilbronn.
La Monarquía Hispánica había mantenido una larga amistad con sus familiares del
Imperio, y durante los inicios del conflicto, España había ayudado al emperador
Fernando II a sofocar la revuelta de Bohemia, a cambio de un posible apoyo en
su guerra contra las Provincias Unidas, con las cuales tenía en esos momentos
una tregua que finalizaría en 1621.
Cardenal-Infante Fernando de Austria Óleo de Rubens |
Con los éxitos suecos de
los primeros años, el conflicto que hasta entonces había sido regional, se
extendió por todo el territorio alemán,
llegando hasta el sur. Allí los protestantes
entraron en Múnich en 1632 y amenazaron los intereses españoles en la zona. El Camino Español, la vértebra que
mantenía unido al Imperio se encontraba en peligro, especialmente por los
deseos de Francia y de Richelieu de frenar las comunicaciones entre las dos
ramas de los Habsburgo. Por ello, en 1633 los franceses conquistan Lorena y
amenazan la orilla del Rin. Ese mismo año, Gómez
IV Suárez de Figueroa – Duque de Feria-, debe entrar en Alemania y limpiar
la zona del Rin de enclaves enemigos, para facilitar el paso del Cardenal-Infante Fernando de Austria con un nuevo ejército
de 12.000 hombres desde Milán hasta Flandes. Sin embargo, el Duque de Feria no
puede cumplir su misión y el Camino Español permanecerá cerrado, por lo que se
debe buscar una ruta alternativa a través de Alemania.
Tras ponerse en marcha y
cruzar con grandes dificultades los Alpes, el Cardenal-Infante fue alcanzado
por los enviados del emperador, que le solicitaron ayuda para combatir a los
protestantes. Desde allí, se dirigen a la ciudad de Nördlingen, que está
sitiada por los imperiales, y defendida por 600 hombres. Durante el camino, el
comandante español recoge a las tropas del ejército del duque de Feria, la
mayoría de ellos veteranos reformados que se suman al contingente español.
Por su parte, los
protestantes deciden acudir en socorro de la plaza, ya que sus enemigos
deberían dividir sus fuerzas para mantener el asedio y enfrentarse al nuevo
ejército, por lo que los suecos al mando
de Gustav Horn y del duque de Sajonia-Weimar, se encontrarían en una
situación de superioridad numérica clara. Por
ello, marcharon hacia Nördlingen al mando de 16.300 hombres de
infantería, 9.300 de caballería y 54 cañones; con predominancia de los soldados
suecos sobre los alemanes. Para hacerles frente, los católicos disponían de
14.000 infantes, 3.000 caballos y 500 dragones al mando de Fernando de Austria-
el Cardenal Infante-, Fernando de Habsburgo -futuro emperador Fernando III- y
Matthias Gallas. En el ejército católico, los tercios españoles dominaban la situación
frente a sus aliados alemanes.
En el lugar de la batalla, existían dos zonas que dominaban todos los
alrededores. Eran tres colinas. Una,
la colina de Hesselberg, ocupada por
los protestantes y donde instalan su artillería. Las otras dos son Albuch
y Schönfeld, donde están asentados
los católicos. La colina de Albuch, será la zona donde recaiga casi todo el
peso de la batalla.
Los protestantes se
despliegan en dos alas, una al mando de Horn, con las tropas suecas que se
colocan en el flanco derecho. En el flanco izquierdo, Bernardo de Sajonia
-Weimar se despliega con una gran parte de la caballería.
Los católicos toman la
colina de Schönfeld. Los españoles se encontraban en el flanco izquierdo,
ocupando dicha posición. El ejército del Cardenal-Infante, estaba compuesto por
tres regimientos alemanes, dos tercios españoles; al mando de Martín de
Idiáquez y del Conde de Fuenclara, tres tercios de la Lombardía, cuatro
napolitanos y dos borgoñones. En el flanco derecho, el ejército imperial y de
la Liga Católica se encontraba desplegado con también la mayor parte de la
caballería.
Los movimientos comienzan el día 5 de septiembre de 1634, cuando los católicos envían una
manga de arcabuceros al mando de Francisco de Escobar, a un pequeño bosque que
se encuentra al pie de la colina de Albuch como avanzadilla para frenar los
avances suecos. A continuación, las caballerías situadas ambas una enfrente a
la otra, realizan un choque del que la más experimentada caballería sueca sale
victoriosa. Después se lanzan contra los arcabuceros del bosque, que tras
resistir durante varias horas son expulsados, y Francisco de Escobar cae
prisionero. Él es llevado ante Weimar, a quién le explica la cantidad de tropas
que poseen los católicos, pero el comandante protestante, ofendido por la
arrogancia con la que Escobar responde a las preguntas sobre los tercios
españoles, y por su mala opinión de los “desarrapados soldados españoles”,
convence a Horn para atacar a la mañana siguiente.
Durante la madrugada del 6 de septiembre, el flanco izquierdo católico, se
desplaza de la colina de Schönfeld a la de Albuch. A esta zona, también es
enviado el tercio de Idiáquez, como refuerzo a los regimientos alemanes que no
tienen mucha experiencia en combate.
El inicio del combate lo vuelve a protagonizar la caballería, en este caso la
caballería sueca carga contra el tercio napolitano de Toralto que resiste, pero
dos de los regimientos alemanes no consiguen aguantar y huyen. En el anterior artículo hablamos sobre el cambio de táctica creado por Gustavo Adolfo II.
Frente a un cuadro de picas, la caballería solía realizar la táctica de la
caracola para desgastar al enemigo, pero el monarca sueco cambió el modo de
combate, haciendo que las primeras filas disparasen a quemarropa, para
desorganizar el cuadro y que el resto de la caballería se lanzase cuerpo a
cuerpo. Como vemos, esta táctica era muy útil frente a tropas noveles como las
alemanas en Nördlingen, pero ineficaz si los soldados eran disciplinados y
aguantaban en sus posiciones; como hizo el tercio de Toralto.
Caracola sueca ante los piqueros del Tercio de Toralto. Mikel Olazabal MOR |
Para cubrir el hueco
dejado por los alemanes, se envía al tercio
de Idiáquez, que rápidamente restablece el frente, ayudado en parte por la
afortunada explosión del bagaje dejado por los alemanes, que desorganiza a los
protestantes. A continuación, Horn envía a las brigadas suecas contra los
españoles, que durante 6 horas aguantarán en sus posiciones las quince cargas
de los protestantes. Es conocido que frente a las masivas descargas suecas
creadas por Gustavo Adolfo II, los españoles recurren a la picaresca y se
agachan para evitar las balas, para luego disparar a corta distancia contra sus
enemigos.
Ante la imposibilidad de
derrotar a Idiáquez y su tercio, Horn lanza sus últimas tropas y los refuerzos
enviados por Weimar contra los napolitanos de Toralto, pero que con ayuda de
algunos refuerzos, consiguen igualmente aguantar el envite y poner en fuga a
los protestantes. En ese momento, cuando sus enemigos ya están exhaustos, los
católicos se lanzan colina abajo en un contraataque en todo el frente, que hace poner en fuga a
los alemanes y a los suecos. Bernardo de Sajonia-Weimar, escapa a duras penas,
pero Horn es capturado.
Los protestantes
perdieron a cerca de 6.000 soldados, junto con varios miles de prisioneros, 300
estandartes y toda la artillería. Los
católicos tuvieron unos 1.500 muertos y
2.000 heridos.
Como consecuencia de la
batalla, Suecia perdió la categoría de potencia y el prestigio ganado tras
Breintenfeld y Lützen. También se demostró que los tercios españoles, cuando
combatían sobre todo veteranos, seguían siendo las unidades de infantería de
referencia del momento.
EVOLUCIÓN DE LA BATALLA DE NÖRDLINGEN
“La
batalla de Nördlingen” Ricardo Sánchez Calvo – Bellumartis Historia Militar
No me parece mal que utiliceis la Wilipedia, en absoluto, pero no aportais nada, por lo menos subir cuadros en alta definicion de la batalla y no el mismo en baja de la wiki. Teneis que aportar cosas nuevas de lo contrario es como una invitacion a no volver mas por aqui ... que gano, perder el tiempo ?
ResponderEliminarHola todas vuestras criticas nos sirven para mejorar. el tema de las imágenes es compejo porque tratamos de cumplir las leyes de derechos de autor, citación de autores y en internet es difícil encontrar en algunos casos fotos adecuadas.Las imágenes libres sobre algunas batallas no son fáciles de encontrar y en la medida de lo posible empleamos sin derechos de autor por caducidad o de ilustradores amigos. En otros artículos es más fácil ya que hay libros antiguos con buenas imágenes integradas archivos en red pero de esta no encontramos mucho.
EliminarPero para mí es más importante el texto que la imagen aunque te invito a leer otros artículos con imágenes inéditas ya que están escaneadas de manuscritos, sacadas de archivos o realizadas en viajes e incluso dibujadas para BHM.