LA BATALLA DE NÖRDLINGEN, 1634

La Batalla de Nördlingen, por Jacques Courtois. Óleo sobre tela. - BELLUMARTIS HISTORIA MILITAR

En el anterior artículo de Ricardo Sánchez Calvo  sobre las reformas que realizó Gustavo Adolfo II de Suecia en su ejército y su participación durante la Guerra de los 30 años, veremos ahora la batalla que supuso el fin del Ejército Sueco, que parecía imbatible hasta el momento.
Tras la batalla de Lützen, que le costó la vida al monarca, la frágil alianza que unía al Ejército Sueco con los diferentes electores protestantes se volvió más débil.   Oxenstierna, el canciller de Gustavo Adolfo, trató de mantener el sueño de unir a los estados protestantes alemanes bajo la tutela sueca, pero fracasó; y solo consiguió retener a los estados más débiles, y por ello más dependientes de él, bajo la llamada Liga de Heilbronn.


La Monarquía Hispánica había mantenido una larga amistad con sus familiares del Imperio, y durante los inicios del conflicto, España había ayudado al emperador Fernando II a sofocar la revuelta de Bohemia, a cambio de un posible apoyo en su guerra contra las Provincias Unidas, con las cuales tenía en esos momentos una tregua que finalizaría en 1621.
Cardenal-Infante Fernando de Austria
Óleo de Rubens
Con los éxitos suecos de los primeros años, el conflicto que hasta entonces había sido regional, se extendió  por todo el territorio alemán, llegando hasta el sur. Allí los  protestantes entraron en Múnich en 1632 y amenazaron los intereses españoles en la zona. El Camino Español, la vértebra que mantenía unido al Imperio se encontraba en peligro, especialmente por los deseos de Francia y de Richelieu de frenar las comunicaciones entre las dos ramas de los Habsburgo. Por ello, en 1633 los franceses conquistan Lorena y amenazan la orilla del Rin. Ese mismo año, Gómez IV Suárez de Figueroa – Duque de Feria-, debe entrar en Alemania y limpiar la zona del Rin de enclaves enemigos, para facilitar el paso del Cardenal-Infante Fernando de Austria con un nuevo ejército de 12.000 hombres desde Milán hasta Flandes. Sin embargo, el Duque de Feria no puede cumplir su misión y el Camino Español permanecerá cerrado, por lo que se debe buscar una ruta alternativa a través de Alemania.
Tras ponerse en marcha y cruzar con grandes dificultades los Alpes, el Cardenal-Infante fue alcanzado por los enviados del emperador, que le solicitaron ayuda para combatir a los protestantes. Desde allí, se dirigen a la ciudad de Nördlingen, que está sitiada por los imperiales, y defendida por 600 hombres. Durante el camino, el comandante español recoge a las tropas del ejército del duque de Feria, la mayoría de ellos veteranos reformados que se suman al contingente español.
Por su parte, los protestantes deciden acudir en socorro de la plaza, ya que sus enemigos deberían dividir sus fuerzas para mantener el asedio y enfrentarse al nuevo ejército, por lo que los suecos al mando de Gustav Horn y del duque de Sajonia-Weimar, se encontrarían en una situación de superioridad numérica clara. Por  ello, marcharon hacia Nördlingen al mando de 16.300 hombres de infantería, 9.300 de caballería y 54 cañones; con predominancia de los soldados suecos sobre los alemanes. Para hacerles frente, los católicos disponían de 14.000 infantes, 3.000 caballos y 500 dragones al mando de Fernando de Austria- el Cardenal Infante-, Fernando de Habsburgo -futuro emperador Fernando III- y Matthias Gallas. En el ejército católico, los tercios españoles dominaban la situación frente a sus aliados alemanes.
En el lugar de la batalla, existían dos zonas que dominaban todos los alrededores. Eran tres colinas. Una, la colina de Hesselberg, ocupada por los protestantes y donde instalan su artillería. Las otras dos son  Albuch y Schönfeld, donde están asentados los católicos. La colina de Albuch, será la zona donde recaiga casi todo el peso de la batalla.
Los protestantes se despliegan en dos alas, una al mando de Horn, con las tropas suecas que se colocan en el flanco derecho. En el flanco izquierdo, Bernardo de Sajonia -Weimar se despliega con una gran parte de la caballería.
Los católicos toman la colina de Schönfeld. Los españoles se encontraban en el flanco izquierdo, ocupando dicha posición. El ejército del Cardenal-Infante, estaba compuesto por tres regimientos alemanes, dos tercios españoles; al mando de Martín de Idiáquez y del Conde de Fuenclara, tres tercios de la Lombardía, cuatro napolitanos y dos borgoñones. En el flanco derecho, el ejército imperial y de la Liga Católica se encontraba desplegado con también la mayor parte de la caballería.
Los movimientos comienzan el día 5 de septiembre de 1634, cuando los católicos envían una manga de arcabuceros al mando de Francisco de Escobar, a un pequeño bosque que se encuentra al pie de la colina de Albuch como avanzadilla para frenar los avances suecos. A continuación, las caballerías situadas ambas una enfrente a la otra, realizan un choque del que la más experimentada caballería sueca sale victoriosa. Después se lanzan contra los arcabuceros del bosque, que tras resistir durante varias horas son expulsados, y Francisco de Escobar cae prisionero. Él es llevado ante Weimar, a quién le explica la cantidad de tropas que poseen los católicos, pero el comandante protestante, ofendido por la arrogancia con la que Escobar responde a las preguntas sobre los tercios españoles, y por su mala opinión de los “desarrapados soldados españoles”, convence a Horn para atacar a la mañana siguiente.
Durante la madrugada del 6 de septiembre, el flanco izquierdo católico, se desplaza de la colina de Schönfeld a la de Albuch. A esta zona, también es enviado el tercio de Idiáquez, como refuerzo a los regimientos alemanes que no tienen mucha experiencia en combate.
El inicio del combate lo vuelve a protagonizar la caballería, en este caso la caballería sueca carga contra el tercio napolitano de Toralto que resiste, pero dos de los regimientos alemanes no consiguen aguantar y huyen. En el anterior artículo hablamos sobre el cambio de táctica creado por Gustavo Adolfo II. Frente a un cuadro de picas, la caballería solía realizar la táctica de la caracola para desgastar al enemigo, pero el monarca sueco cambió el modo de combate, haciendo que las primeras filas disparasen a quemarropa, para desorganizar el cuadro y que el resto de la caballería se lanzase cuerpo a cuerpo. Como vemos, esta táctica era muy útil frente a tropas noveles como las alemanas en Nördlingen, pero ineficaz si los soldados eran disciplinados y aguantaban en sus posiciones; como hizo el tercio de Toralto.
Caracola sueca ante los piqueros del Tercio de Toralto. Mikel Olazabal MOR
Para cubrir el hueco dejado por los alemanes, se envía al tercio de Idiáquez, que rápidamente restablece el frente, ayudado en parte por la afortunada explosión del bagaje dejado por los alemanes, que desorganiza a los protestantes. A continuación, Horn envía a las brigadas suecas contra los españoles, que durante 6 horas aguantarán en sus posiciones las quince cargas de los protestantes. Es conocido que frente a las masivas descargas suecas creadas por Gustavo Adolfo II, los españoles recurren a la picaresca y se agachan para evitar las balas, para luego disparar a corta distancia contra sus enemigos.
Ante la imposibilidad de derrotar a Idiáquez y su tercio, Horn lanza sus últimas tropas y los refuerzos enviados por Weimar contra los napolitanos de Toralto, pero que con ayuda de algunos refuerzos, consiguen igualmente aguantar el envite y poner en fuga a los protestantes. En ese momento, cuando sus enemigos ya están exhaustos, los católicos se lanzan colina abajo en un contraataque  en todo el frente, que hace poner en fuga a los alemanes y a los suecos. Bernardo de Sajonia-Weimar, escapa a duras penas, pero Horn es capturado.
Los protestantes perdieron a cerca de 6.000 soldados, junto con varios miles de prisioneros, 300 estandartes y toda la artillería.  Los católicos tuvieron  unos 1.500 muertos y 2.000 heridos.
Como consecuencia de la batalla, Suecia perdió la categoría de potencia y el prestigio ganado tras Breintenfeld y Lützen. También se demostró que los tercios españoles, cuando combatían sobre todo veteranos, seguían siendo las unidades de infantería de referencia del momento.
EVOLUCIÓN DE LA BATALLA DE NÖRDLINGEN
 



La batalla de Nördlingen” Ricardo Sánchez Calvo – Bellumartis Historia Militar 

Comentarios

  1. No me parece mal que utiliceis la Wilipedia, en absoluto, pero no aportais nada, por lo menos subir cuadros en alta definicion de la batalla y no el mismo en baja de la wiki. Teneis que aportar cosas nuevas de lo contrario es como una invitacion a no volver mas por aqui ... que gano, perder el tiempo ?

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    1. Hola todas vuestras criticas nos sirven para mejorar. el tema de las imágenes es compejo porque tratamos de cumplir las leyes de derechos de autor, citación de autores y en internet es difícil encontrar en algunos casos fotos adecuadas.Las imágenes libres sobre algunas batallas no son fáciles de encontrar y en la medida de lo posible empleamos sin derechos de autor por caducidad o de ilustradores amigos. En otros artículos es más fácil ya que hay libros antiguos con buenas imágenes integradas archivos en red pero de esta no encontramos mucho.
      Pero para mí es más importante el texto que la imagen aunque te invito a leer otros artículos con imágenes inéditas ya que están escaneadas de manuscritos, sacadas de archivos o realizadas en viajes e incluso dibujadas para BHM.

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