LA ESPADA DEL SOLDADO ESPAÑOL EN EL SIGLO DE ORO.

Este es el primer articulo de una nueva serie que nuestro maestro armero, Juan Molina, nos va a hacer sobre armas y armaduras de la época de los tercios como forma de generar un conocimiento base de los elementos más técnicos de los tercios, tanto para nuevos miembros como los antiguos. Bueno, empecemos aunque ya sabéis que realmente tenéis más artículos sobre armas de esta época en BHM.

La espada era el elemento indispensable en la época, no sólo para los soldados, sino para todo aquel que buscaba ennoblecerse. La espada, más que un arma, era un símbolo de estatus y de ciertos valores que, los tuviera o no su portador en la realidad, se les suponía por el mero hecho de llevar esta arma.

La espada del soldado era diferente a la del civil, y al igual que ésta, no permaneció inmune a la evolución técnica y táctica durante los siglos XVI y XVII. Cabe destacar y aclarar que el término "espada ropera" no puede aplicarse de ninguna forma a la espada militar, ya que la ropera, de por sí, es un arma de civil. Para el ojo poco entrenado, la espada ropera y la espada militar pueden parecer casi iguales, sin embargo, tienen unas diferencias técnicas importantes. La espada ropera, de civil, era sin lugar a duda mucho más larga (la militar raramente pasaba del metro de hoja, mientras la civil lo solía superar holgadamente a partir de finales del siglo XVI), aunque no necesariamente más ligera (la espada militar solía ser más ancha, al menos en la base, para ofrecer más resistencia y poder de corte) pues usaban la misma cantidad de material, aunque hubo espadas militares muy ligeras y civiles también muy ligeras.

Espada de pitones, usual desde finales del siglo XV hasta 1515-20

No había modelos únicos. La longitud de la espada militar se debía a que, si era mayor de un metro, era más un estorbo que una ayuda en el campo de batalla, ya que una mayor largura sólo es útil en las calles y salas de esgrima, no en el caos de la batalla, con un manejo mucho más violento e instintivo. Cabe añadir, que, por lo general, el guardamanos y adornos defensivos de esta época solían ser más complejos en las espadas civiles que en las militares (según la época y uso del arma), ya que en estas últimas solía ser más beneficioso la ligereza que otorgaba unas defensas de la mano más simples.

------------- DE RE SPATHA. Audio -------------

En cuanto a su evolución en el tiempo, evolucionaron tanto las hojas como las protecciones y enmangues, según modas y avances tecnológicos. Las primeras espadas usadas por los soldados españoles a inicios del siglo XVI ya eran usadas en las dos o tres últimas décadas del siglo XV: hablamos de la famosa espada de pitones o de horquillas, según nomenclatura. Esta espada era fundamentalmente un modelo tardomedieval al que se añadían elementos defensivos varios, pero especialmente dos anillas sobre el recazo para insertar el dedo índice y aplicar la esgrima que era más común en el mundo mediterráneo, que ya tendía grandemente al uso de la punta, permitiendo este agarre mayor control de la hoja a coste de una ligera y relativa pérdida de alcance y poder de corte (relativa porque se podía compensar alargando la hoja o ensanchándola, según gustos).

Espada colhona portuguesa, 1480-1515-20

Otro modelo de espada muy utilizada es la variante portuguesa colhona o la espada tajadora de origen veneciano, esta última a veces reconvirtiendo la cruceta delantera en un guardamanos. Además, las espadas simples, con una simple cruceta y de aspecto medieval, aún era muy utilizadas y se siguieron fabricando hasta inicios del siglo XVII, si bien no eran las más populares, pero sí baratas. Existían otros modelos de espadas usadas por españoles en esta primera época, como el alfanje, el machete o el terciado, pero hablaremos de esas otras hojas, al ser más secundarias, en otro post.

La siguiente fase evolutiva de las espadas, comunes a partir de 1520, fue el cerrado completo de las anillas para el dedo índice y el añadido de aros y anillos y pitones extra sobre las anillas del índice para otorgar más protección a la mano, a la vez que empieza a ser más común una gran angulación de la hoja para destacar en la estocada, si bien mantienen siempre un buen poder de corte. Hay en esta época diversos grados de complejidad en las guardas, existiendo hojas con guardamanos y sin guardamanos, con anillas simples cerradas o complejas a ambos lados, etc... Esta variedad de modelos de espada será predominante en modas hasta el primer tercio del siglo XVII, cambiando pequeños detalles según el paso del tiempo (por ejemplo, en el último tercio del siglo XVI las espadas españolas tienden a perder el guardamanos, que vuelven a recuperar a finales del siglo).

Espada simple, mitad del siglo XVI.

A partir de la era de la guerra de los treinta años, las espadas militares comienzan a acomplejar sus protecciones y, o bien tienden a afinar más la hoja aún, o tienden a engrosarla, siendo el primer caso el más común en las usadas por españoles, aparentemente. Es en esta hoja en la que las anillas y protecciones cubren cada vez más la mano. A partir del siglo XVII comienzan a verse los primeros ejemplares con conchas en el ámbito militar (en el civil ya se empezaron a ver a finales del siglo XVI en unos cuantos ejemplares) y a partir de 1640-50 comienzan a verse las famosas espadas de taza primero en el ámbito civil, y posteriormente en el ámbito militar, si bien versiones adaptadas a las necesidades militares fueron más comunes las espadas que en el siglo XVIII será llamadas por los ingleses "espadas bilbo" al ser fabricadas en grandes números en Bilbao.

Espada bilbo, siglo XVIII.

Otras espadas, como las schiavonas, las espadas de farol, los espadines y similares también aparecen en esta época, pero se dejarán para otro post, puesto que la mayoría son, o bien utilizadas por caballería fundamentalmente, o por gentes de otras naciones, o porque son más comunes en el ámbito civil.