José Ferre Clauzel, óleo |
Os
invito a conocer los versos del poeta cordobés Marcos Rafael Blanco-Belmonte (1871-1936) dedicado a la heroica hazaña del regimiento Alcántara que se
sacrificó para que sobrevivieran todos aquellos que estaban en retirada de Annual. Hoy ya casi olvidados por la mayoría, no podemos dejar de recordar las hazañas de
héroes, como los Cazadores de Alcántara, que sacrificaron su vida por su gente y
por España...
En el momento trágico de la jornada roja,
en la feroz congoja
de la traición horrible,
brotó la flor altiva que nunca se deshoja.
la flor de lo imposible.
¡Lanzaron los clarines magníficos clamores!
¡Llegó el momento trágico!
Los sables refulgieron con rayos cegadores.
Jinetes y caballos se irguieron voladores
ante el conjuro mágico.
¡Y allá fue la epopeya!, jinete sin adarga
para la empresa loca.
Alcántara es un grito que el corazón embarga.
Alcántara es delirio que va de roca en roca,
lanzándose: ¡A la carga!
Hermanos y rebeldes son carne destrozada
por ansia de conquista.
¡Adelante, mientras hiera la espada!.
¡Mientras el clarín vibre!.
¡Mientras la Patria exista!
Se estrellan los caballos en la muralla viva
de la morisca fiera.
Vibra el clarín agudo. Nadie el mandato esquiva.
Embisten conteniendo la tropa fugitiva…
¡Baldón al que se rinda! ¡Laurel para el que muera!
Hermanos y rebeldes son carne destrozada
por ansia de conquista.
El Escuadrón avanza. La tromba ensangrentada
prosigue batallando con fiebre redoblada…
¡mientras el clarín vibre!, ¡mientras la Patria exista.
Se doblan los caballos y ruedan jadeantes…
¡Alcántara no cede!
Los sables se mellaron, son dientes de gigantes…
Repiten los clarines sus notas arrogante…
¡Hay que seguir la lucha mientras un hombre quede!
¡Al paso!, ... los corceles no pueden ya ni al trote.
¡Al paso!, ... la jornada su horror sublime alarga.
¡Al paso!, ... como nietos del loco Don Quijote.
¡Así van los de Alcántara! Su gloria eterna flote.
¡Al paso!, ¡lo imposible!, ... tal fue la última carga.
Busquemos las lecciones grabadas en la Historia
con lauro inmarcesible,
y arriba, muy arriba, cual gigantesca gloria,
escúlpase, de Alcántara, la trágica victoria,
diciendo: ¡con su arrojo, lograron lo imposible!
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