Corría
el año 1918 y la
Primera Guerra Mundial entraba en su etapa final. En el frente de
Palestina, el ejército del general Allenby se preparaba para dar el golpe de
gracia a las fuerzas otomanas. El lugar había
sido el escenario de una
de las batallas más importantes de la Antigüedad , de nuevo un
imperio vería cercano su fin tras la derrota en esta tierras de Oriente Próximo.
EJÉRCITOS ENFRENTADOS
Así,
Allenby, contaba con 57.000 soldados
de infantería y 12.000 hombres de caballería frente a los 32.000 soldados de
infantería turcos y sus 2.000 soldados de caballería. A todo ello hay que
añadir que, para esta campaña, Allenby contaba con las fuerzas árabes del rey Faisal, magistralmente dirigidos por el
famoso oficial británico T.E. Lawrence, también conocido como Lawrence de
Arabia. Por su parte, el domino de los cielos también era británico.
Los
turcos tenían que defender un frente que se extendía desde la costa de Arsuf
hasta el valle del río Jordán. Para tal propósito contaban con los ejércitos
4º, 7º y 8º. De esta manera, el 8º
ejército de Djeud Bajá era responsable de la defensa de la costa hasta 30
kilómetros tierra adentro, en Furkah. Desde Furkah hasta el Jordán se
encontraba apostado el 7º Ejército de
Mustafá Kemal y en la retaguardia se encontraba el 4º Ejército, comandado por el alemán Otto Liman Von Sanders, quien
ya había derrotado a los aliados en Gallípoli.
Entrada de Allenby en Jerusalem. 11 diciembre 1917 |
EL PLAN ALIADO ERA EL ENGAÑO
Pues
bien, los aliados se disponían a atacar la única línea de comunicaciones de los
turcos. Se trataba de cortar la línea ferroviaria en poder de los turcos que
marchaba desde Deráa hasta la ciudad costera de Haifa. Para ello, los soldados
de Allenby debían conquistar las poblaciones clave por las que discurría la vía
férrea.
Las
intenciones de Allenby consistían en engañar a los turcos, haciéndoles creer
que la ofensiva se produciría en el valle del Jordán. Su verdadero plan
consistía en avanzar por la costa, girar y situarse a espaldas de los ejércitos
otomanos para hacerse con el control de sus centros neurálgicos.
La
caballería tenía a su alcance las localidades de El Afufe y Beisán. Sin
embargo, para no someter a su caballería a un esfuerzo excesivo, Allenby había
decidido caer con su infantería, masivamente respaldada por artillería,
atacando el flanco derecho de los otomanos. Para esconder sus verdaderas
intenciones, la aviación británica se encargó de acabar con cualquier aparato
turco que se atreviese a surcar los cielos. Por otro lado, los guerrilleros
árabes de Lawrence de Arabia atacaron la vía férrea en distintos puntos,
logrando cortar el tráfico ferroviario.
Mapa de la campaña en el Norte de Palestina |
Allenby
no dejaba de desconcertar a los turcos con sus ardides, erigiendo falsos
campamentos y con falsas concentraciones de caballos. También los soldados se
desplazaban de un lado a otro, sumándose a la estrategia de engaño de Allenby.
Incluso las mulas acarreando trineos lograron provocar tal polvareda que los
turcos creyeron que estaban ante una ofensiva inminente. Mordiendo el anzuelo,
los otomanos dejaron unos 8.000 soldados para defender un frente de 25
kilómetros, puesto que creían que el verdadero ataque provendría desde el valle
del Jordán. Una vez más, Allenby había actuado como un auténtico maestro del
engaño.
El
ataque fue precedido por un bombardeo que castigó los puntos clave de los centros
de comunicación turcos en Afule, Nablus y Tul Keram. Los otomanos no podían
disponer de comunicaciones telefónicas ni telegráficas.
La
noche del 18 al 19 de septiembre de 1918 la 53ª División, colocada en el flanco
derecho de Allenby, recibió la orden de avanzar. Pero el enfrentamiento más
importante tuvo lugar sobre las 04:30 horas del 19 de septiembre. Tropas
francesas, británicas e indias arrollaron a los turcos. Se había abierto una
brecha por la que podía internarse la caballería aliada. Todo ello permitió un
importante avance del Cuerpo Montado del Desierto, consistente en las 4ª y 5ª
Divisiones de Caballería y una División Montada australiana. Así, la caballería
alcanzó Abu Shumseh y Nazaret.
Tan
apurada era la situación de las tropas turcas que Otto Liman Von Sanders logró
huir por muy poco de su cuartel general en la ciudad de Nazaret. Uno tras otro
los principales puntos de la línea ferroviaria iban cayendo en manos de la
caballería de Allenby, pues los aliados conquistaron El Afufe y Beisan. Por su
parte, la
División Montada de Australia se desplazó hasta Jenin para tratar de cortar
la retirada de los otomanos.
LOS TURCO SE RETIRAN AL NORTE DEL JORDÁN
Un grupo de prisioneros alemanes capturados durante la lucha en Semakh en el Mar de Galilea. |
Todo
lo que les quedaba a los turcos era retirarse a través del río Jordán. Sin
embargo, la huida estuvo marcada por el constante acoso de la aviación
británica.
A
pesar de las cuantiosas pérdidas sufridas por los turcos, su 4º Ejército no
había sufrido la fortísima ofensiva de Allenby. Sin embargo, esta fuerza de
combate no empezó a retirarse hasta el 22 de septiembre. El problema era que
para cuando se procedió a la retirada del 4º Ejército, el ferrocarril había
sido atacado en Heyaz. La suerte del 4º Ejército estaba echada y sus tropas se
rindieron en las proximidades de las ciudades de Ammán y cerca de Damasco, que
cayó en manos de las fuerzas árabes y del Cuerpo Montado del Desierto un 1 de
octubre de 1918.
Con el triunfo aliado en la batalla de Megido, la victoria británica en
Palestina era incontestable. El Imperio Otomano había recibido una herida de
muerte, sus ejércitos en Palestina habían sido destruidos. Por el contrario,
las pérdidas de Allenby no llegaban a los 5.000 hombres.
Las
ciudades de Damasco, Beirut, Homs y Aleppo fueron cayendo una detrás de otra.
El Imperio Otomano se desangraba irremediablemente y todo lo que le quedaba era
pedir la paz. El 30 de octubre se acordó un armisticio en Mudros.
Caravana de suministros del Grupo del Ejército Yildirim destruida por un ataque aéreo británico |
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