Hace tiempo en BHM descubrimos la vida
del astur Gaio
Sulpicio Ursulo y hoy gracias a Legion
Novena Hispana descubriremos a un contemporáneo suyo con una vida de película .
Os dejo con el relato de este hispano que pudo ser emperador.
Cónsul,
tribuno militar de la legio XIV Gemina, pretor
con los emperadores Vespasiano y Tito, legado augusto de la legio
VIII Augusta, propretor de la Provincia Aquitania, legado
propretor de la provincia de Moesia. Recibió por la guerra en
la Dacia dos coronas murales, dos coronas vallares, dos coronas
navales, dos coronas aureas, ocho astas puras y ocho estandartes. Alcanzó el
Legado del augusto propretor en la provincia de Siria y, finalmente..., fue
olvidado, borrado de la Historia y del recuerdo; la damnatio memoriae
había cumplido su cometido. El único error, su incuestionable fidelidad a la
familia Flavia...
A
finales del siglo XIX, y con motivo de unas obras que se estaban realizando en
una vivienda de la localidad valenciana de Llíria, salió a la
luz una lápida correspondiente al siglo I d.C. No se trataba de una inscripción
epigráfica cualquiera, en ella se daba viva cuenta del nombre de un
general romano completamente desconocido hasta el momento, Marcus
Cornelius Nigrinus Curiatus Maternus, su cursus honorum o
carrera política y, además, el detalle de todas las condecoraciones recibidas a
lo largo de su vida militar. Con la información aportada en el fortuito
hallazgo se pudo concluir que muy pocos personajes de la antigua Roma,
incluidos sus emperadores, habían conseguido tantos logros como los
que en ella se detallaban, siendo este individuo un verdadero desconocido.
¿Quién fue realmente Marco Cornelio Nigrino? ¿Por qué su
historia no ha trascendido hasta nuestros días y su vida no ha embriagado los
libros de texto? Con la ayuda de la epigrafía recogida en las distintas lápidas
erigidas a su nombre, encontradas todas en la misma localidad, se ha podido
reconstruir, a groso modo, la impresionante carrera de este general
hispano. Esta es ¿su historia?:
Inscripción
honorífica: "A Marco Cornelio Nigrino, hijo de Marco, hijo."
Museo Arqueológico
de Llíria, Valencia.
|
Parece
ser que Nigrino fue un hispano originario de la ciudad de Edeta,
provincia romana de la Tarraconense y actual
Llíria en Valencia, adscrito a la tribu Galeria
e hijo de una familia rica dedicada a la explotación de lapis
specularis o vidrio espejuelo en las minas próximas a la
ciudad de Segóbriga. Su padre, de origen indígena y
también edetano, Marco Cornelio Nigrino, recibiría el cognomen Cornelius y
la correspondiente ciudadanía en tiempos de Augusto cuando Edeta
promocionara al estatuto de Municipium Civium Romanorum.
Este último
se habría casado con Curiacia Materna, quien podría haber sido hermana
de uno de los oradores de origen itálico más importantes e influyentes de la Baetica
en ese periodo, Curiacio Materno. Con la unión de ambas familias se
constituiría una de las gens hispanorromanas más poderosas de ese tiempo.
Se desconoce
cuándo Marco Cornelio hijo ingresa en el ejército. ¿El motivo de tal decisión?
Cabe suponer que con objeto de acrecentar aún más el poder de su familia a
través de los distintos cargos públicos que con la carrera militar vendrían
derivados. La cuestión fue que en el año 67 d.C., finalizando el gobierno
del emperador Nerón, el edetano es destinado a Britannia junto
a su Legio XIV Gemina, también conocida como Martia Victrix, de
la que era tribuno desde el año 63. Es en las islas donde iniciará su meteórica
carrera. A continuación, será enviado a la frontera del Danubio junto a
su Legio para, nuevamente, regresar a Britannia al año siguiente.
Así llegamos
al año 69 d.C., año convulso donde los haya en la antigua Roma. Tras la
muerte de Nerón en el año 68, se sucedieron una serie de guerras civiles
las cuales derivaron a que, en un mismo año, el gobierno de la gran ciudad
pasara a manos de cuatro emperadores distintos: Galba, quién sería
asesinado por Otón. Este, a su vez, es derrotado por Vitelio,
que, finalmente, sería vencido por el ejército de Vespasiano.
En este
contexto de conjuras y luchas internas se desarrolla la primera etapa militar
de relevancia de nuestro general hispano, quien se mantiene alejado tanto de
las conspiraciones palaciegas que se producen en la Urbe - algo
que venía sucediendo con normalidad desde los últimos años de gobierno del
extravagante y tirano Nerón -, como de los distintos focos bélicos que han dado
pie esta inestabilidad en el Imperio. Roma estaba dividida y, por ende, sus
militares también. La inseguridad política trasciende a las esferas más altas
del ejército donde se vacila sobre quién posicionarse. Este hecho se verá
reflejado en las dos legiones destinadas en Britannia: la XIV Gemina,
donde continúa como tribuno Marco Cornelio Nigrino, y la XX Valeria Victrix.
Al respecto, la posición adoptada por Nigrino fue clara y contundente, lo
haría a favor de Vespasiano. Esta elección, difícil y delicada donde las
haya, acabaría reportándole en el futuro grandes recompensas. Pero lo
que desconocía el legado en esos momentos era que, con su apoyo incondicional a
los Flavios, estaba sellando a su vez el final de su carrera, tal y como
veremos.
El edetano entró
en la orden senatorial de la mano de Vespasiano y Tito, de
los cuales se ganó su total confianza. La promoción de ascenso al poder
quedó manifestada a modo de “adlectus inter praetorius”,
convirtiéndose en Pretor entre los años 73-74 hasta alcanzar el 83
d.C. Entre el 75 y 78 fue Legado en la Legio VIII Augusta, una de
las que intervinieron a favor de Vitelio y acabó siendo desplazada a la
frontera del Rin donde permanecería acuartelada en Aregentorate. En el
año 80 se convirtió en propetor de la provincia Gallia
Aquitania y en el 83 nombrado por el Senado como cónsul sustituto o consul
suffectus bajo el gobierno de Domiciano. La carrera militar
de Nigrino quedaba plenamente consolidada.
Durante el
invierno del 85 los dacios cruzaron el Danubio sembrando el caos a su
paso y ejecutando incursiones sistemáticas dentro de las fronteras romanas. La
provincia de Moesia fue una de las más perjudicadas por estos
ataques, hasta el punto que acabaron con la muerte del legado Gaius Oppius
Sabinus en una emboscada.
A principios
del año 86, el praefectus Cornelius Fucus se embarcaba en
una campaña de castigo sobre el territorio dacio, la cual acabaría
resultando funesta y humillante para la Historia de Roma: la completa
destrucción de la Legio V Alaudae en Tapae, el asesinato de Cornelius
Fuscus y capturado el águila de la Guardia Praetoriana. Domiciano se
vería obligado a regresar a Moesia en Agosto del 86, trasladando con él tres
nuevas legiones hasta la frontera del Danubio.
El
emperador, forzado a hacer frente a los continuos ataques dacios, y con idea de
organizar mejor sus campañas, decidió dividir la provincia de
Moesia en dos: la Inferior y la Superior. Marco Cornelio Nigrino que había
sido enviado por orden expresa de Domiciano para suceder al recién
asesinado Sabinus, será nombrado gobernador de la provincia Inferior
de Moesia.
De esta
forma, entre los años 86 y 88 d.C., el general hispano al mando de sus legiones
se muestra especialmente activo y eficiente contra las tropas dacias, llegando a
convertirse en una especie de héroe entre sus hombres. Fue en este periodo
de guerras cuando recibe las más altas condecoraciones y distinciones militares
otorgadas a un soldado hasta la fecha: dos Coronae Murales,
coronas de oro que se concedían al hombre que primero encumbrara una muralla
enemiga; dos Coronae Vallares, coronas de oro que se otorgaban al
soldado que primero asaltara una trinchera enemiga; dos Coronae
Classicae o Navali, coronas entregadas al hombre tras
demostrar su valor en una batalla naval; dos Coronae Aureae,
coronas fabricadas en oro que se entregaban al soldado que hubiese matado a un
enemigo en singular combate y conservara el terreno conquistado durante el
resto de la batalla; ocho Hasta Purae o lanzas de plata
honoríficas otorgadas a quien salvara la vida de un compañero; y ocho Vexilla
o estandartes. Subrayar que muy pocos hombres igualaron este
impresionante palmarés de condecoraciones militares a lo largo de la historia
del Imperio. Marco Cornelio Nigrino fue uno de los pocos en lograrlo y, además,
de los primeros.
Durante el
transcurso de las guerras en Dacia, los romanos volvieron a invadirla en el 87.
En esta ocasión, liderados
por Lucio Tetio Juliano lograron la victoria en el mismo campo de
batalla donde fue derrotado y dado muerte su antecesor Cornelius Fuscus.
Pero un nuevo triunfo aplastante de los dacios y la devastación germana de su
frontera obligaron a Domiciano a firmar un tratado de paz con sus
enemigos a fin de evitar un conflicto en dos frentes a la vez. Las cláusulas
de este acuerdo, humillante para los romanos y su Senado, consistirían
en permitir el libre acceso de efectivos itálicos a través del territorio dacio
a cambio de una retribución anual de ocho millones de sestercios; compromisos estos que no impidieron a los
dacios continuar con sus campañas de pillaje y saqueo contra comerciantes y
poblaciones fronterizas, aunque en líneas generales se mantuviera relativamente
pacíficada la zona. Sin embargo, y para desconocimiento de Roma, la Dacia
invertiría el dinero romano en la construcción de nuevas defensas, por lo que
en un futuro acabarían desafiando nuevamente al Imperio.
Los dacios se habían convertido en
un peligroso enemigo y el tratado de paz, papel mojado y vergonzoso para los
romanos, en una de las dagas entre las muchas que acabarán asesinando a Domiciano.
A partir de esas fechas, el emperador se vuelve más
paranoico, desconfiado, sus periodos de aislamiento son mayores. Anulará
totalmente el poder del Senado y de los aristócratas que lo componían. Sus
decisiones se basarán en consejos de pequeños grupos de asesores y caballeros a
los que les otorgará el control de importantes magistraturas. Valora,
ante todo, la lealtad y rehúye de los senadores o sus familiares contra
los que inicia una escalada de persecuciones entre los años 89 y 93. Al final
de su reinado, el emperador sitúa sólo a hombres de confianza como máximos
responsables de las provincias más importantes. En el caso del general edetano,
será nombrado gobernador de Siria en el 93.
Santuario Oracular de Mura. Acceso al Apodhyterium y al resto del complejo termal. Las termas eran dobles, una para mujeres y la otra para hombres. Llíria, Valencia. |
Y la
conspiración para acabar con Domiciano no se hizo esperar; en el año 96
sería asesinado. Ese mismo día el Senado proclamó a Nerva como nuevo
emperador de Roma. Tras su nombramiento, fue emitida públicamente la
condena de memoria sobre Domiciano, la damnatio memoriae.
Y aunque la sucesión se llevara a cabo de forma rápida y urgente, fue
palpable el apoyo continuado del ejército romano sobre su emperador recién
asesinado.
En el año
del asesinato de Domiciano, Marco Cornelio Nigrino aún conservaba el
cargo de gobernador en la provincia de Siria. Según nos relata Plinio el Viejo,
y debemos considerar esta mención como la única realizada en los textos
clásicos, “un heroico gobernador de una provincia oriental reunió un
poderoso ejército para oponerse al nombramiento de Nerva”. Aunque no se
indica su nombre, este gobernador no podía ser otro que Nigrino. Para
dar solución y respuesta a la nueva crisis abierta, se utilizaron todas las
vías diplomáticas con el fin de evitar la sublevación. Esta nunca llegaría
a producirse, pero la imagen del general hispano quedó dañada para los restos
de sus días.
Marco
Cornelio Nigrino cesará de sus funciones como gobernador en el año 97 cuando se
anuncia la adopción de Trajano y su nombramiento como legítimo sucesor
al trono. Sin pretenderlo, el carisma del edetano dentro de las legiones junto
a su enorme palmarés militar se convertirán, irremediablemente, en una
verdadera amenaza para el propuesto candidato; unos logros difíciles de superar
y que podían hacer sombra a un recién elegido Trajano.
Tal vez se
debieron evitar las comparativas y posibles rivalidades, por lo que nada se
sabe de él a partir de entonces. Su brillante carrera militar ya no le
permitirá ostentar nuevos cargos públicos, su nombre no es recogido en ningún
texto y no se realiza ninguna dedicatoria en Roma para ensalzar sus éxitos
durante el reinado de los Flavios. Su recuerdo es borrado conscientemente de la
memoria del pueblo romano. Puede entonces que Marco Cornelio Nigrino sufriera
una nueva damnatio memoria, en este caso no pública, en favor de quien
llegara a ser el nuevo emperador: Marco Ulpio Trajano.
Puede,
entonces, que Nigrino abandonara su carrera militar después del nombramiento
del nuevo emperador y regresara a su ciudad natal. Allí, en Edeta-Lauro
y tras su fallecimiento, se le rendirá homenaje de forma privada donde, en
este caso, sí se quiso dejar constancia de quien era el general Marcus
Cornelius Nigrinus Curiatus Maternus para los edetanos, lejos de las
conspiraciones de Roma.
Desde mi punto
de vista, fue una verdadera fortuna encontrar estas inscripciones epigráficas
en Llíria. La verdadera historia de Roma no la forjaron únicamente sus
emperadores, ¿cierto?
"El general Marco Cornelio Nigrino" Legion Novena Hispana - Bellumartis Historia Militar
Excelente reportaje sobre uno de los grandes hombres y nombres de Roma. Importante también que hallazgos casuales como el que nos acontece, hagan que la historia del pasado siga viva en el presente y para el futuro. A Ti, agradecerte que nos ilustres con estas historias. Un abrazo.
ResponderEliminarUn pedacito de la historia que vuelve a surgir, muchas gracias por ilustrarnos una vez más.
ResponderEliminarGracias. Muy interesante biografia. Se me ocurre que deben de existir otros personajes no muy conocidos en estos días, que si fueron importantes en la historia de Roma.
ResponderEliminartienes toda la razón la damnatio memoriae, es decir borrar todo rastro de un enemigo hizo mucho daño a la Historia.
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