Busto de Domiciano en el Museo del Louvre |
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Marcos
Uyá Esteban, un nuevo colaborador de BHM, nos adentra en la desconocida Guerra de los Catos para que descubráis que
ya en la antigüedad una invasión era una buena cortina de humo para ocultar los
defectos de los gobernantes. Os dejo con su artículo:
En
septiembre del año 81 d. C., la muerte inesperada del emperador Tito, qué solo
gobernó durante dos años, dejó vía libre para el ascenso de Domiciano, hermano
menor del primero. Por desgracia, Domiciano no tenía las cualidades necesarias
para ser un gobernante justo y equilibrado y tampoco había heredado de su
hermano y de su padre Vespasiano, que también había sido emperador, las dotes
militares necesarias para salvaguardar la estabilidad del Imperio Romano.
No
obstante, al poco de comenzar su reinado, y como no era demasiado querido por
el pueblo y por el Senado debido a su carácter taciturno, rencoroso, dubitativo
y envidioso, ideó que la mejor manera de ganarse la confianza de los romanos
era realizar una campaña militar para obtener una rápida victoria, como hizo en
su momento el emperador Claudio cuando decidió invadir la isla de Britania en el 43 d. C., pero el
problema que se encontró fue que en aquel momento sus mejores generales (se les
conocían con el nombre de legados)
estaban ya inmersos en campañas de las que él mismo no podía liderar...
Por
ello, la mejor manera fue, mediante un pretexto, declarar la guerra contra unos
aliados de Roma, la tribu germana de los catos (Chatti o Catti en latín).
El pretexto era hacer un censo en las provincias galas y desde allí,
aprovechando que los catos no sospechaban nada, lanzar un ataque por sorpresa,
iniciando así una guerra de repente y sin previo aviso.
Mapa de las campañas romanas en los Campos Decumanos entre ellas la de Domiciano |
Los
catos eran una tribu germánica que vivían al este del río Rin, en el centro de
la actual Alemania, concretamente entre las regiones de Hesse y la Baja Sajonia
y cuya existencia es recogida por autores latinos como Julio César, Plinio el
Viejo, Suetonio, Marcial, Frontino y Tácito e incluso por el geógrafo griego
Estrabón. Sin duda, el testimonio más completo nos lo proporciona Tácito en su
obra Germania, en cuyos capítulos 30
al 32 nos habla de la fuerza de su infantería, que llevaban herramientas para
excavar trincheras y portaban provisiones y suministros, al igual que los romanos
y que a la hora de atacar sabían mantener la formación y desplegaban sus
tropas, en especial la primera línea a lo largo de un ancho frente, imitando en
parte, la manera romana de entablar batalla.
Por
desgracia, el desarrollo de la campaña no nos es demasiado conocido y lo poco
que se sabe se lo debemos al testimonio de Frontino recogido en su obra Strategemata (Estratagemas) en su libro primero. Justo antes de comenzar la
campaña, Domiciano, que ya preveía su ataque sorpresa, creó y reclutó una nueva
legión, que se llamaría Legio I Minervia,
en honor la diosa Minerva, deidad favorita del emperador que, entre otras
cualidades, era la diosa de las técnicas de guerra. Estableció la nueva legión
en Bonna (Bonn, Alemania), justo al
otro lado de la tierra natal de los catos y desde allí, en el año 83 d. C., el
emperador lanzaría su ataque sorpresa contando además con vexilaciones
(destacamentos) compuestos por varias cohortes de cada una de las cuatro
legiones que en ese momento disponía el general Agrícola, que estaba por entonces
sometiendo el norte de Britania, la
actual Escocia, que fueron transportadas en barco hasta territorio galo. Todas
estas fuerzas, junto a las ya presentes en Germania,
debían de ser suficientes para obtener una cómoda, rápida y fácil victoria.
Recosntrucción de Atalaya del Limes Germanico |
Frontino
nos habla que la estrategia de Domiciano surtió efecto, aunque los resultados
se hicieron esperar, ya que los catos al principio fueron tomados de manera tan
sorpresiva qué ellos mismos dudaron en contraatacar a los romanos. Finalmente lo
hicieron mediante escaramuzas y ataques sorpresa saliendo de escondites para
atacar los campamentos romanos y después replegarse en la profundidad de los
bosques. Ante ese tipo de ataque en el cual los romanos aunque respondían pero
no conseguían llevar la iniciativa, el emperador, impaciente por otro lado, ordenó
avanzar hasta poder sacar a los catos de sus bosques y presentar batalla
aunque, en realidad, no hubo batalla decisiva sino una serie de escaramuzas en
la que los romanos salieron victoriosos.
La
campaña finalizó una vez llegado el otoño, pero el emperador tenía un severo
contratiempo y es que, a pesar de la victoria obtenida, apenas había hecho
prisioneros, con lo que tuvo que ingeniárselas para conseguir una cantidad
suficiente de ellos de cara al desfile triunfal en Roma que él mismo
organizaría. La manera, desde luego, no fue ni la más lícita ni ética, ya que
los catos que sufrieron heridas en la campaña fueron atendidos antes que los
legionarios romanos, para evitar pérdidas humanas de cara al desfile, pero como
tampoco resultó suficiente esta medida, ordenó, según Tácito, vestir a algunos
esclavos del mercado de Roma con ropas y atuendos germánicos y que se dejaran
crecer el pelo y la barba para hacerlos pasar como prisioneros de guerra catos.
Las
consecuencias de esta campaña fueron la ampliación de la frontera este del Rin,
incluyendo zonas como parte de la actual Baviera y la Selva Negra, que
formarían los llamados Campos Decumanos (Agri
Decumates en latín) situados entre
los nacimientos del Rin y el Danubio. Pocos años después el mismo emperador
Domiciano erigiría un limes o muro
para proteger la nueva frontera.
Por
último destacar que uno de los generales que participó en esta campaña fue el
padre del emperador hispano Marco Ulpio Trajano, que llevaba el mismo nombre
que su hijo.
Moneda de oro, un aureo, conmemorando la campaña contra los catos en Germania. |
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BIBLIOGRAFÍA:
Dando-Collins,
S.: Legiones de Roma: la historia
definitiva de todas las legiones imperiales romanas. Madrid: la Esfera de
los Libros, 2012.
Frontino,
S. J.: Estratagemas. Editorial
Silabo, 2006.
Tácito,
C.: Germania. Buenos Aires: Losada,
2007.
Todd, M.: The
Early Germans. Oxford: Backwell Publishing, 2004.
“La campaña de
Domiciano contra los Catos: una guerra innecesaria” Marcos Uyá Esteban –
Bellumartis Historia Militar
Fue Trajano padre o su hijo?
ResponderEliminarAntes de subir al trono imperial, Trajano fue tribuno militar con su padre, en Siria, durante los años 76-77. La guerra judaica fue la gran escuela militar de Trajano. Desempeñó después la pretura entre los años 83-85. Fue cónsul en el año 91. La formación militar del futuro emperador se completó en Mogontiacum (Mainz, Alemania), ciudad que desempeñó un papel importante en la guerra contra los catos en el año 83, bajo Domiciano.
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