Silbervogel. Wikipedia |
En
diciembre de 1941 Dr. Eugen Sänger envió al RLM, Reichsluftfahrtministerium un informe con la propuesta de construir
un bombardero sub-orbital, el Silbervogel,
“el pájaro de plata”.
Por
entonces, tras el fracaso de la Operación Barbarroja y ante la perspectiva de
una guerra larga, el gobierno de Hitler había decidido priorizar los proyectos
de investigación y desarrollo con tecnología comprobada y que pudiesen dar
resultados a corto plazo. Uno de los programas afectados fue el del Silbervogel. El Ministerio del Aire
decidió archivarlo al ver su enorme complejidad y la gran cantidad de recursos
que habría requerido. El doctor Sänger abandonó los trabajos sobre su avión
espacial y hasta el final de la guerra se centró en el diseño de pulso-jets
para el Deutsche Forschungsanstalt für
Segelflug (o DFS, "Instituto Alemán de Investigación en
Planeadores")…
Aunque
el RLM había prohibido a Sänger la publicación de los resultados de sus
investigaciones, algunas copias de un informe que escribió en 1944 con la
colaboración de la matemática Irene Bredt (con la que se casaría poco después)
se filtraron al finalizar la guerra. El informe Sänger-Bredt fue publicado por
la US Navy y despertó el interés de varias potencias. El doctor Sänger rechazó
las propuestas estadounidenses y británicas y en 1946 aceptó trabajar para el
Ministerio del Aire francés. Pero donde mayor impacto tuvo su obra fue en la
URSS.
Intrigados
por los informes que habían recibido sobre el Sirbelvogel, los soviéticos enviaron a Francia una delegación
encabezada por Vasily Dzhugashvili, hijo de Stalin y en aquella época teniente
general de la VVS, para tratar de convencerle de que continuase sus estudios en
la URSS. Se dice que en 1947, después de rechazar la oferta soviética, Sangër
fue víctima de un intento de secuestro por parte de agentes del NKVD. No parece
una historia muy creíble, aunque es cierto que los soviéticos iniciaron a
finales de 1946 un proyecto de investigación sobre el bombardero sub-orbital.
Abandonaron los trabajos pocos años después, en 1950, al encontrarse con
dificultades técnicas insuperables.
Lo
cierto es que el Sirbelvogel no
tenía ningún futuro. Estaba muy adelantado a las posibilidades tecnológicas de
su época, como demostró el fracaso del Proyecto
Keldish, el intento soviético de desarrollar un bombardero basado en el
trabajo de Sänger. Pero incluso en el hipotético caso de que los alemanes
hubiesen logrado solucionar todas las dificultades técnicas y hubiesen
conseguido completar la construcción de una flota de bombarderos sub-orbitales,
su impacto militar habría sido despreciable. Con una carga de cuatro a seis
toneladas de bombas por avión (en comparación, un B-29 Superfortress podía cargar hasta nueve toneladas), habrían sido
necesarios centenares de ellos para conseguir efectos significativos, y más
teniendo en cuenta que con las enormes velocidades que alcanzaban en su vuelo
la precisión del bombardeo habría sido prácticamente nula.
En
resumen, era un proyecto antieconómico, que de haber seguido adelante habría
supuesto el desperdicio de una enorme cantidad de recursos para conseguir en el
mejor de los casos unos resultados insignificantes.
“El bombardero
sub-orbital Silbervogel” Cesc Cesc – Bellumartis
Historia Militar
Comentarios
Publicar un comentario