"Baluarte de San Pedro, a la izquierda se aprecia la torre riginal con modificaciones |
Carlos Reyes Monter |
Desde las tierras del Virreinato de Nueva España nuestro
amigo poblano Carlos Reyes Monter nos
invita a conocer un momento único de nuestro pasado común.
Aunque oficialmente en paz, España e
Inglaterra vivían una especie de “guerra fría”, un frágil equilibrio que
parecía en cualquier momento romperse para pasar una guerra abierta. Entre
otros factores, debido al contrabando ilegal y la piratería que bajo el
auspicio de la reina Isabel realizaban
los corsarios ingleses. Esta es la historia de uno de sus detonantes.Era septiembre del año de 1568 y en Nueva España se esperaba el
arribo del nuevo Virrey, Martín Enríquez de Almansa, a la sazón de 60 años.
Muro de Cadenas y amarre |
Carlos Reyes Monter |
En aquellos días en lo que hoy es la
ciudad y puerto de Veracruz existía un asentamiento que se conocía como “La
ciudad de las tablas”, donde Hernán Cortés había fundado el primer ayuntamiento
de la América continental. La ciudad propiamente dicha, conocida como “La
Antigua”, se había trasladado hacia unos años tierra adentro, a orillas del río
canoas (Hutzilapan), para tener mejor protección de los vientos del mar. Sin embargo en el asentamiento
original, la ciudad de las tablas, continuaba una actividad comercial
relacionada con los barcos que llegaban y salían del puerto-fortaleza de San
Juan de Ulúa, situado en el islote frente a la costa. La “ciudad” de las tablas
consistía en una serie de sencillas edificaciones de tablas y techos de palma con
parasoles hechos de telas de colores donde los comerciantes ofrecían todo tipo de mercancías en medio de
un clima, soleado, las más de las veces caluroso y húmedo, donde los aromas, colores
y sonidos de la vieja y la nueva España se entremezclaban.
En el momento de la batalla la fortaleza
de San Juan de Ulúa consistía en lo que se conoce como el Baluarte de San Pedro
que contaba con una gran torre con troneras para artillería y una plataforma
para armas de fuego en la parte superior, un muro de piedra, que actualmente
forma parte de la fortificación, de unos 90 metros de longitud a lo largo de la
orilla. Los barcos eran amarrados a la
pared por medio de enormes anillos de hierro con un extremo anclado fuera de la
pared. Es interesante comentar que gran parte de la construcción de la
fortaleza está hecha con piedra de coral.
Planta del "Baluarte de San Pedro". Plano de Cristobal de Eraso,1570 |
Carlos Reyes Monter |
El día 14 de septiembre se avistó la
llegada de una flota de 6 naves con banderas hispanas, que los lugareños y los
oficiales reales del puerto suponían era la flota de don Francisco Luján que
escoltaba al nuevo virrey, así que los funcionarios reales, se apresuraron a
recibir a la flota. Sin embargo se trataba de un ardid: era la flota inglesa comandada por John Hawkins y
Francis Drake que llegaban con los barcos llenos de diversas mercancías
valiosas producto de casi un año de contrabandear y saquear haciendas
(que eran los enclaves atacados con mayor frecuencia por los piratas), barcos
mercantes y puertos españoles en el mar Caribe, donde además del saqueo,
aprovecharon para traficar con esclavos, muchas veces obligando a la venta por
medio de la fuerza, amenazando con disparar sobre las poblaciones si no se cerraba “el trato”.
La flota pirata que había
sido azotada por un fuerte temporal cerca de Cuba, buscaba refugio para reparar
algunos daños y sobre todo avituallarse para regresar a Inglaterra.
Como mencionábamos, los
funcionarios reales y algunos comerciantes locales salieron a recibir a la que
creían “flota amiga”, pero fueron hechos rehenes por los ingleses. Entre los
funcionarios hispanos apresados figuraba
el tesorero real. Hawkins prometió salvaguardar la vida de los rehenes y no
hacer destrozos en el puerto, incluso pagar por los víveres y reparaciones,
siempre y cuando se le permitiera avituallarse. Desde esta posición de
fuerza los piratas se dieron el lujo de
apoderarse de algunas baterías de artillería en las afueras de la fortaleza y
todavía aprovecharon para vender algunos esclavos más. Pero su suerte pronto
terminaría.
Azotea del "Baluarte de San Pedro" |
Carlos Reyes Monter |
Apenas 3 días después, el 17 de septiembre arribaba
la flota española, la flota anual de indias, que transportaba al nuevo virrey
bajo el mando de Don Francisco Luján. La flota española estaba compuesta 4
naves de escolta: 2 galeones, una urca y una pinaza.
Estas 4 naves también escoltaban a 9 barcos que
transportaban mercancías y pasajeros.
En este estado de cosas, los piratas, temiendo a la
potencia y precisión de tiro de los galeones de la armada española, negociaban
con el recién llegado Virrey Enríquez, argumentando que su presencia en el
puerto novohispano obedecía a
refugiarse de los feroces vientos del
norte del golfo en esas épocas del año.
Solicitaban que se les dejara reabastecerse sin
represalia alguna y amparándose en la posesión de rehenes invocaron la tregua
que oficialmente existía entre ambos reinos, pese a que una y otra vez ellos habían roto la paz y dejado en letra
muerta dicho acuerdo.
Sin embargo, para desgracia de los
piratas, las autoridades de la Vera
Cruz y desde luego Francisco Luján, fueron informados de las tropelías
cometidas por los ingleses. Durante los siguientes días todavía hubo algunos
intentos infructuosos de negociación para que los ingleses entregaran los
rehenes y se marcharan de inmediato, pero ante su negativa a ambas cosas, Don
Francisco Lujan convoco a consejo de guerra, en el cual participó el nuevo Virrey Enríquez de Almansa, y se
decidió atacar a los invasores. Al amanecer del 23 de septiembre la armada
española desató un fulminante ataque coordinando las baterías de tierra con los
cañones de los 4 barcos españoles.
Perfil del "Baluarte de San Pedro". Plano de Cristobal Eraso, 1570 |
Carlos Reyes Monter |
Aquello fue el infierno para los ingleses, que
veían saltar por los aires pedazos de madera y como sus naves quedaban
desarboladas ante la mayor potencia de
fuego de la artillería española, cuyos infantes de marina abordaron los buques
ingleses enzarzándose en un cuerpo a cuerpo donde los ingleses no tenían
oportunidad, además los piratas sufrieron también el ataque de algunos civiles
armados (criollos y mestizos) que se unieron a la refriega.
En una relampagueante acción de asalto un comando
al mando del capitán Delgadillo recapturó algunas baterías en la isla que
habían caído en manos inglesas, esas baterías protegían a la nave insignia de
Hawkins, el Jesus of Lubeck (por cierto, propiedad personal de la reina Elizabeth de Inglaterra).
Hawkins al ver perdido su barco insignia dio la orden de abandonar la nave y se
trasladó al Minion. Casualmente
solo el Minion (este también
perteneciente a la reina inglesa) al mando de Hawkins y el Judith de Francis
Drake escaparon de ser hundidos, abandonando tras de sí a la mayoría de sus
hombres, lo cual a los ojos de los españoles fue un acto de cobardía.
La lucha, pese a la inferioridad numérica, fue favorable para los hispanos y novohispanos dejando como saldo para los ingleses la pérdida de 4 de los seis barcos y de unos 500 hombres. Además prácticamente todo el botín, consistente en grandes cantidades de ropa, plata, unos 50 esclavos (que aún no habían sido vendidos por los piratas), ricas telas y algo de oro, fue recapturado por las fuerzas españolas. La flota española también sufrió algunos daños: 1 galeón hundido (el Santa Clara) y la pérdida de 20 hombres.
La lucha, pese a la inferioridad numérica, fue favorable para los hispanos y novohispanos dejando como saldo para los ingleses la pérdida de 4 de los seis barcos y de unos 500 hombres. Además prácticamente todo el botín, consistente en grandes cantidades de ropa, plata, unos 50 esclavos (que aún no habían sido vendidos por los piratas), ricas telas y algo de oro, fue recapturado por las fuerzas españolas. La flota española también sufrió algunos daños: 1 galeón hundido (el Santa Clara) y la pérdida de 20 hombres.
Durante su retirada y probablemente debido al hacinamiento,
Hawkins dejó a 110 de sus hombres en la costa donde serían arrestados por los
españoles. Drake hizo lo mismo al dejar abandonados entre la desembocadura del
río Pánuco y la actual costa de Texas a
muchos de sus hombres, prometiéndoles regresar por ellos a la brevedad posible,
cosa que el pirata por supuesto no haría.
La suerte de estos infelices al enfrentarse a los
indios de la región fue tan terrible, que los 77 sobrevivientes se entregaron
voluntariamente a Don Luis de Carvajal y de la Cueva, alcalde de Tampico y
futuro fundador de Monterrey.
Drake alcanzo el puerto de Plymouth el 20 de enero
de 1569 en miserables condiciones. Informó
a la reina fantasiosamente sobre su increíble “victoria” en Ulúa y sobre
la muerte de Hawkins. Para sorpresa de todos, Hawkins arribó a Inglaterra en febrero de 1569 con apenas 15 sobrevivientes. Drake fue encarcelado
acusado entre otras cosas de esconder las riquezas acumuladas durante la
expedición de saqueo. Poco después recuperaría el favor de la corona.
La mayoría de los ingleses capturados fueron
juzgados y ejecutados o bien condenados a las galeras, aunque queda el dato anecdótico
de un chico de 14 años capturado en Tampico, David Alexander, que pasó a ser
por un tiempo paje del virrey y después migró a Guanajuato dónde trabajó como
arriero.
Sorprende lo poco conocida
que es, al menos en México, esta importante batalla de repercusión
transatlántica. Ni siquiera hay en la fortaleza alguna placa conmemorando la
victoria de los antiguos veracruzanos sobre los ingleses.
Algunos datos extras:
-La flota inglesa estaba compuesta
por 6 naves de las cuales las 2 más importantes, Jesus of Lubeck y Minion,
eran propiedad privada de la reina Elizabeth, quién, junto a otros accionistas,
participaba como socia en el negocio del contrabando y venta ilegal de
esclavos.
"Jesus de Lübeck" de Drake |
Wikicommons |
-Durante su viaje desde
Plymouth, los ingleses capturaron un barco esclavista portugués que fue
incorporado a la flota, llegando en un momento a ser 7 barcos. Sin
embargo, uno de ellos, el William y John hubo de regresar por
averías apenas iban alejándose de las
costas de Ghana (donde capturaban esclavos) y zozobró en Irlanda.
-Flota inglesa compuesta
por: Las carracas Jesus of Lubeck
(alquilada a la reina Isabel), Minion
(alquilada a la reina Isabel), las barcas Judith,
Angel y Swallow,
una carabela portuguesa rebautizada como Grace
of god y la barca William y Jhon que
como decíamos no participo en la batalla zozobrando en Irlanda.
-Flota Española compuesta
por: los galeones Santa Clara y San Pedro, la Urca San Salvador y la pinaza San
Juan. Además de 11 baterías de la
fortaleza de San Juan de Ulúa. Las 9 naves que transportaban mercancías y
pasajeros, desde luego, se mantuvieron al margen de la batalla.
-A raíz de este incidente
se aceleraron las obras de ampliación de la fortaleza.
-La artimaña de las “banderas
amigas” la emplearía de nuevo Drake en su ataque a Cádiz de 1587, en esa
ocasión con banderas flamencas.
-La batalla fue un
preámbulo de la guerra anglo-española que duraría casi 20 años (1585-1604) y
que culminaría, después de enormes pérdidas de ambos bandos, con el
reconocimiento inglés de la supremacía española plasmada en el tratado de
Londres de 1604.
Como nota final, diremos que el
gobierno de 12 años del Virrey Enríquez de Almansa daría al nuevo reino-pues eso era la Nueva
España- estabilidad y un creciente
dinamismo. Y que cumplió en la medida de las posibilidades de la época, el
encargo que El rey Felipe II le transmitió en las instrucciones para el virrey
firmadas el 7 de junio en Aranjuez, entre otras: que diera una especial
atención a fundar nuevos monasterios,
hospitales y sobretodo colegios para la
educación de las niñas mestizas e indígenas.
En 1580 Don Martín Enríquez de Almansa sería enviado al Perú para cumplir nuevamente la labor de virrey donde moriría en 1583.
En 1580 Don Martín Enríquez de Almansa sería enviado al Perú para cumplir nuevamente la labor de virrey donde moriría en 1583.
“La Batalla de San Juan de Ulúa” Carlos Reyes Monter –
Bellumartis Historia Militar
Excelente relato. Muy documentado.
ResponderEliminarBuenísimo relato que me era por completo desconocido. Siempre alegra leer como la pérfida Albion recibía su merecido en aquella época por más que los autores anglófilos pintan las cosas de otra manera.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog, grán descubrimiento el mío.
Un saludo!
Me alegro que te haya gustado el articulo. Yo y mis colaboradores seguiremos dando luz al pasado de la forma más amena.
Eliminar