“Sicilia
es la clave de todo” estas palabras de Goethe nos reflejan el valor
geoestratégico de la mayor isla del Mediterráneo que sirve de puente entre
África y Europa y de puerta entre Oriente y Occidente. Esta situación
estratégica ha hecho que todos los grandes imperios lucharan por su control
pero su valor pasa casi desapercibida en los anales de la Historia.
Personalmente
tengo una gran atracción por la historia de esta isla triangular, Trinacria como
la llamaban los romanos, cuya población vio pasando distintas culturas, reinos
que le fueron configurando una forma de ser única en un sociedad isleña que
suelen ser más endogámicas que los territorios continentales. Distintas
culturas se unen en un crisol único que iremos viendo a lo largo del libro Sicilia de John Julius Norwich en el que
el gran especialista en el Mediterráneo
nos muestra con su característico estilo una
breve historia desde los griegos hasta la cosa nostra.
Comenzamos
con la llegada de los colonos de las polis griegas que comienzan a asimilar
rápidamente a la población nativa, de la que poco se sabe. La vinculación de Sikelia fue tal que se convirtió en
campo de batalla de la Guerra
del Peloponeso que sangró a Grecia duran tres décadas debido
a su papel como granero y eje comercial. Este valor seria la causa del interés
de los cartagineses y de los romanos por la isla que llevaría al estallido de
la Primera Guerra Púnica. Durante siglos se convirtió en el “Granero de Roma”
donde miles de esclavos trabajaron las tierras y a pesar del paso del tiempo el
griego era la lengua más hablada en vez del latín. Con la caída del Imperio
Romano de Occidente la isla paso de mano en mano tras la llegada de los
vándalos, bizantinos y musulmanes hasta que los mercenarios normandos de Roger
I contratados por el imperio Romano de Oriente en teoría para recuperar la isla
para Bizancio se quedasen con ella dando lugar a la familia real de Hauteville.
El periodo de los normandos en Sicilia lo trata en profundidad Norwich en su
obra Normandos
en Sicilia donde veremos la mezcla de elementos cristianos y musulmanes
pese a que será con esta dinastía cuando
se cristianice y se latinice completamente.
La
llegada al poder de los Hohenstaufen, más concretamente con Federico II, esta
dinastía llegaría a su máximo esplendor
pero también a su fin dando lugar a una
corta dominación francesa que
acabo con las llamadas vísperas
sicilianas. Tras la unión con Pedro III de Aragón de la isla a
la corona Aragonesa comienza un largo periodo de paz y cierta prosperidad bajo
los monarcas españoles. Pese al
tratado de Utrecht que separo estos territorios de la
monarquía española uniéndola al Ducado de Saboya, pronto regreso a a manos de Felipe
V con sus exitosas campañas militares. El siglo XIX con el surgimiento del
nacionalismo italiano y de las numerosas revoluciones dieron lugar a un rechazo
de los isleños a los extranjeros y a los procesos de unificación. De hecho en
este ambiente sociopolítico surge la Mafia que marcó más el destino de los
isleños que los funcionarios y políticos de los dos últimos años, como veréis a
lo largo de los capítulos finales de Sicilia.
PÁGINA OFICIAL DEL LIBRO
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