LOS DOS OFICIOS MÁS ANTIGUOS, MERCENARIO Y PROSTITUTA

César Logares nos acerca a los dos oficios más antiguos del mundo según dicen, el guerrero y la prostituta, con uno de sus característicos análisis. Ambos protagonistas alquilan sus cuerpos y ofrecen sus mejores habilidades uno para la Muerte y el otro para el Amor.
Esta hermosa lámina de Cabrera Peña para Desperta Ferro, representa el descanso de un mercenario galo (ver artículo sobre los Gesatas, mercenarios desnudos), en un burdel de algún punto del Mediterráneo de influencia helénica, tal vez la Magna Grecia o alguna otra colonia griega, probablemente en los siglos IV-III a.C.

El guerrero aparece en compañía de una pornae helénica, una prostituta. No confundir el significado de pornae con el de hetaira, estas últimas resultaban una suerte de cortesanas o prostitutas de las élites, con competencias más amplias que las pornae que podríamos definir como trabajadoras del sexo al uso.
El soldado muestra el aspecto propio de un guerrero gálico, con los cabellos encrespados y desteñidos concienzudamente, una tradición típica del primer periodo lateniense que en las islas británicas se mantuvo hasta la conquista romana. Se especula que el cabello y el vello facial se trataban con productos como la cal, los orines de animales, la ceniza, o combinaciones de todos ellos, hasta conseguir el aspecto desteñido y casi blanco que describen los cronistas en numerosas ocasiones, con el fin de potenciar el aspecto fiero del guerrero. Luce además un pesado torque de oro en el cuello, un adorno omnipresente entre los pueblos galos (y entre muchos otros), relacionado con el espíritu guerrero.
"El galata moribundo" una de mis estatuas helenisticas favorita. Clara inspiración de la lamina de Cabrera Peña
 Tanto el torque como su rica panoplia nos indican que se trata de un guerrero acaudalado, tal vez un noble o un mercenario veterano.
Su equipo reposa junto a él. Se trata de un escudo de tipo thureos, con un refuerzo longitudinal llamado spina y en este caso con un proto-umbo metálico, predecesor del conocido umbo metálico de aletas que adoptarían posteriormente los romanos.
Junto al escudo vemos el ástil de una lanza, que de seguir la moda gálica, tendrían una larga moharra de hierro, tal vez con forma foliacea.
La espada larga, de tipo lateniense (Tené A), descansa en una elaboradísima vaina de madera y bronce en la que se aprecia la cadena de suspensión, un invento propiamente galo que disponía la vaina en posición diagonal, impidiendo así que molestase al combatir o correr.
Espadas celtas: 1, 2 y 3 espadas y vainas de la zona del Marne (Francia) durante la Tené A; 4 y 4a espada y vaina de la Tené B en Suiza ; 5 y 5a espada de la Tené C en Suiza, 6 vaina del Tamesis; 7, 7a y 7b espada y vaina de Cumberlad; 12 y 12a espada y vaina de Yorkshire. Autor Peter Connolly. Desperta Ferro
 El casco, así mismo de exquisita manufactura, es un modelo en hierro con adiciones de bronce, una evolución de los cascos gálicos de tipo Berru, en el que el cono cenital se ha ido atrofiando hasta resultar una suerte de botón, que posiblemente se emplearía como soporte de ornamentos. Tanto estos cascos como sus sucesores italo-gálicos presentan esas características carrilleras trilobuladas.
El mundo Mediterráneo en la Antigüedad no puede entenderse sin el mercenariado, un fenómeno que movilizó grandes contingentes de guerreros con los respectivos seguimientos por parte de comerciantes, prostitutas y otros profesionales. Esto sirvió en considerable medida como nexo cultural entre los pueblos de las orillas de esa gran autopista arcaica que fue el mar Mediterráneo.
A la derecha cultura La Tené A siglo V AC: 1 guerrero con pectoral y yelmo cónico tipo Marte, 2 lleva un yelmo tipo Negau (Croacia), 3 guerrero tribal. Autor Angus McBride

“Los dos oficios más antiguos, mercenario y prostituta” César Logares – Bellumartis Historia Militar

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