“La guerra es cosa
de hombres” una frase que a lo largo de los tiempos se repitió de ejército
en ejército de un lado al otro del globo, pero en la Segunda Guerra Mundial miles
de mujeres demostraron que el mundo estaba cambiando.
En todos
los los bandos enfrentados se enrolaron como auxiliares, oficinistas,
enfermeras y personal de servicios pero sería en el Ejército Rojo, donde
tendrían un verdadero papel de combatientes, tanto como tanquistas,
francotiradoras, artilleras o en la más moderna de las armas, la aviación. En
el ideario revolucionario soviético la igualdad de género era uno de los
objetivos más difícil de lograr, en una
sociedad tan machista como la rusa una cosa era acabar con las clases sociales
y otra que las mujeres fuesen igual que los hombres...
Casi un
millón de mujeres de todos los orígenes: campo, ciudad, universitarias,
huérfanas sin estudios, acudieron a la llamada de Stalin de defender a la
Revolución y a la Rodina, La Madre Rusia.
En este excelente trabajo de la Lyuba Vinográdova, colaboradora habitual de Anthony Beavor, descubriremos a
las heroínas soviéticas que a bordo de sus cazas y bombarderos demostraron que
su valor era mayor que el de muchos hombres.
Muchas de
estas aviadoras se habían formado en los numerosos clubs aeronáuticos que se
crearon a lo largo de la década de los treinta. Muchas jóvenes querían emular
las gestas de las primeras pioneras soviéticas, siendo Marina Mijáilovna Raskova una de las más populares. Aprovechándose
de su fama, la Heroína de la Unión Soviética propuso a Stalin la creación de
una unidad de combate formado por mujeres, aunque no exclusivamente. La nueva
unidad en su periodo de entrenamiento fue conocida como Grupo de Aviación 122,
aunque en su despliegue se dividió en tres regimientos: el 586 Regimiento de Combate Aéreo (586 IAP/PVO); el 125º Regimiento de Bombarderos; mientras
que el 588 Regimiento de Bombardeo
Nocturno, comandada por Yevdokía
Bershánskaya estaría formado en exclusiva por féminas.
Sería este
último regimiento el que recibiría el apodo de las Brujas de la Noche. Los
alemanes les denominaron así debido a una de las habilidades más destacada de sus sencillos
biplanos, Polikarpov Po-2, que era
su silencioso planeo en ralentí que les hacía aparecer en plena oscuridad como
si volasen en una escoba mágica.
Lídiya Litviak. Wikicommons |
Pero el relato de Lyuba Vinográdova no se centra en
exclusiva en la vida y experiencias de esta unidad, sino que surca los
distintos frentes de guerra en búsqueda de las unidades aéreas femeninas
soviéticas. En la dura batalla de Stalingrado nos unimos al 586 Regimiento de Caza donde
descubriremos a la bella heroína Lídiya
Litviak, con sus doce victorias en solitario.
En cuanto
al estilo del libro, solo os digo que si os gusta Anthony Beevor no os va a
defraudar. La autora se basa además de en los archivos militares soviéticos en
los relatos de pilotos, mecánicos supervivientes que nos dan una visión más
humana de esas heroínas que no olvidaban su feminidad ni en lo más duro de la
guerra, haciéndose su ropa interior con la seda de los paracaidistas o
maquillándose antes de salir hacia su posible última misión.
·
Autor: Lyuba Vinogradova
·
Nº de páginas: 448 págs.
·
Encuadernación: Tapa dura y digital
· ISBN: 9788494427299
“Brujas
de la Noche. Defensoras de la Madre Rusia. Libro” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
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