“HISTORIAS DE GRANDES TESOROS DE LA II GUERRA MUNDIAL”, libro



          Recientemente, los medios de comunicación nos han mostrado los actos de barbarie perpetrados por los terroristas del DAESH contra el Patrimonio de la Humanidad, especialmente en Palmira. Por desgracia estos actos son algo habitual en los conflictos bélicos, ya sea por motivos religiosos (ver “El Herem”) o por el simple pillaje (ver “Saqueo del Templo de Jerusalén”).
         En este libro de Kenneth D. Alford descubriremos alguno de los mayores saqueos y colecciones de arte recolectadas durante la SGM. Entre las grandes colecciones destaca la de Hermann Göring con unas 1.375 pinturas entre ellas algunas de Rubens, Cranach, aunque a mí lo que más me llamó la atención, fue una interesante anécdota sobre una obra de Veermer. Entre los grandes tesoros destaca la inmensa colección de la llamada cueva de Alibaba, en la casa alpina de Hitler en Berchtesgaden, donde miles de piezas de arte y joyas permanecían protegidas en un Bunker hasta la llegada de la 101º Airborne...

Sala de Ambar, 1931
Foto coloreada, Wikicommons
         Entre los distintos tesoros que aparecen en el libro, el que más interés tenía en leer era la Sala de Ámbar. Desde que hace unos años tuve la oportunidad de ver la impresionante replica de esta sala, en el Palacio de Pushkin a las afueras San Petersburgo, me ha intrigado mucho su historia. Recientemente los medios de comunicación hablaron de que se podía encontrar en un tren enterrado en Polonia, pero esto es otra historia.
En la memoria colectiva cuando se trata el tema del pillaje o del saqueo durante el gobierno nazi en Alemania a todos nos viene a la mente el Holocausto, la rapiña de las joyas y dientes de oro de las miles de víctimas de los campos de concentración, entre ellos el de Buchenwald. También el autor nos muestra los intentos de devolver a los supervivientes y a sus gobiernos los miles de joyas y obras de arte sacro hebreo encontradas en los almacenes nazis.
Tropas EE.UU con la "Dama del Armiño" de L. da Vinci
Pero no solo se robaron joyas y cuadros, también espadas  y armaduras antiguas, ya que según las leyes militares el pueblo alemán debía entregar todas sus armas, hasta un tragasables tuvo que entregar sus herramientas de trabajo. Estas leyes permitieron saquear legalmente parte del patrimonio histórico alemán, como fue el caso de una colección de soldaditos de plomo de Hersbruck o cientos de caballos de pura raza, ya hablaremos un día sobre esto en BHM.
Os invito a leer este libro de laEditorial San Martín, para descubrir, que por desgracia, la Historia está condenada a repetirse ya que el hombre se mueve por la codicia y el afán de poseer los bienes del vencido. Se me olvidaba entre las piezas de saqueo más apreciadas estaban todas las insignias, emblemas y joyas o cuadros que tuviesen una esvástica, lo que se dice un recuerdo de guerra. 

Ficha Técnica:
Nº de páginas: 245 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 84-7140-298-X


Historias de grandes tesoros de la II Guerra Mundial, libro” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar

Comentarios

  1. Aunque los vencedores no se molestaron en ello, convendría distinguir la enorme colección de arte de Adolf Hitler, adquirida pagando por ella y el botín de guerra de otros jerifaltes del III Reich, más que nada porque al pan, pan y al vino, vino....

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    Respuestas
    1. Hola, en en el libro se hace mención a que parte de las obras fueron pagadas pero los aliados dijeron que las obras compradas a partir del 36 (creo) eran fruto de amenazas y saqueo por lo que tambien las consideraron parte de las coleciones robadas. Esto se menciona en el capitulo de la coleccion de Goerieng

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