LA PANZERWURFMINE, la granada anticarro con paracaídas

El final del III Reich supuso para la ingeniería militar uno de los momentos de más prodigalidad con inventos que a primera vista parecen descabellados pero que eran armas sencillas, baratas y sobre todo eficaces incluso en manos de soldados poco entrenados como los miembros del Volkssturm. En esta primera entrega de Armas Raras de la Segunda Guerra Mundial nos fijamos en una arma anticarro que parece a primer vista un  juguete de niños, exactamente un tipo de dardo de esos que se rellenan de agua, pero en el fondo es una mortífera aplicación del principio de carga hueca.


Este efecto se consigue disponiendo el explosivo en forma cóncava (forma de tazón vacío) o cónica alrededor de un cono, generalmente de cobre. Al producirse la explosión,la onda explosiva rebota en el interior del cono, desviándose de forma perpendicular a las paredes de este. El efecto resultante es una suma de las componentes normales en el centro del cono, convirtiéndose en un chorro de gases a alta presión y temperatura conocido como plasma, que arrastra al metal fundido del propio cono y lo proyecta hacia el punto de impacto del proyectil.
Para que cualquier mina o granada antitanque de carga hueca de alto poder explosivo sea efectiva contra la armadura, ésta debe estar directamente sobre el blindaje del objetivo, de modo que el chorro de metal de alta velocidad lo en un ángulo de noventa grados. La manera más correcta de asegurar esta colocación es posicionarla a mano como en el caso del Hafthohlladung que se adhiere magnéticamente o como en el caso de los “locos” japoneses con el sistema de pértiga anticarro del que ya os hable hace tiempo. Sin embargo, esto pone al infante anticarro a la merced del  fuego defensivo del tanque o de la infantería de apoyo por lo que una versión lanzada de esta carga explosiva sería más versátil, pero sería difícil asegurar el ángulo de noventa grados en el momento del impacto. La solución aparentemente sencilla una vez vista, consiste en asegurar que la granada en su fase de descenso controle la caída permitiendo el impacto en ese ángulo perfecto.
Componentes de una Panzerwurfmine
El resultado fue la La granada Panzerwurfmine L.(larga)  que aprovechaba la ojiva de  Panzerfaust unida a un un tubo con unas finas varillas que estaban unidas a una tela de forma similar a un paraguas. Las varillas estaban unidas por un tapón en la base del arma, de forma que permanecían plegadas para su transporte hasta que fuera lanzada contra el objetivo. Para activar el arma, había que quitar la tapa que liberaba las varillas provocando que se abriera la tela como un paraguas para estabilizar el vuelo a la carga hueca. La espoleta que permitía la detonación, sólo se activaba una vez que  estaba desplegado en vuelo, por lo que el arma era completamente inofensiva hasta el lanzamiento.
Estas granadas empleadas por las Fuerzas de tierra de la Luftwaffe desde mayo de 1943, las más de 200.000 unidades no fueron entregadas a todas la unidades, ya que requerían cierta habilidad y entrenamiento, siendo distribuidas entre los pelotones de especialistas cazacarros cuyas técnicas se fueron perfeccionando a lo largo de la Guerra como ya os mostramos. La Panzerwurfmine era lanzada sobre el blanco de una forma muy especial ,el tirador sostenía esta empuñadura y la llevaba hacia atrás con la cabeza apuntando verticalmente hacia arriba. Ya preparado, el tirador lanzaba su brazo hacia adelante y soltaba la empuñadura. Tan pronto como la granada estaba en vuelo en parábola, se le desplegaba la tela que servía para la estabilización y la guía de la granada. El mayor inconveniente era el escaso alcance que dependía de la fuerza del lanzador, generalmente entre 15 y 25 metros frente a los 30 que como minimo tenia el Panzerfaust (del que ya os hablaré) que llegaría a desplazar a este arma en los últimos combates en la defensa del Reich.
Secuencia de lanzamiento
La primera versión de la PWM fue el Panzerwurfmine Lang (“larga”). Tenia un peso de 1,36 kg y una longitud total de 53,3 cm fue sustituida por la  Panzerwurfmine Kurz (“corto”), que se estabiliza mediante una tira de lona en vez del paraguas que se pone en marcha cuando el dispositivo es lanzado. Ambos diseños tenian ojivas con un diámetro de 11,4 cm, que transportaban una carga hueca de 500g que podrían penetrar aproximadamente 150 mm de los blindajes más habituales.
Versión corta de la Panzerwurfmine
ESTAS HISTORIAS DE BHM OS PUEDEN INTERESAR:

"La Panzerwurfmine, la granada anticarro con paracaídas" 

Francisco García Campa - Bellumartis Historia Militar 

Comentarios

SÍGUENOS

  Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter Siguenos por RSS Siguenos en YouTube Siguenos en Pinterest Siguenos en Blogger