Es habitual encontrar personajes pintorescos o
cuanto menos singulares en los cuerpos especiales de la Segunda Guerra Mundial.
Uno de estos hombres tan peculiares como extraordinarios es Orde Wingate, creador de los Chindit, una fuerza especial que
operó contra los japoneses en Birmania.
Wingate nació en la India británica en
el seno de una familia profundamente religiosa. Durante su infancia y su
juventud, Wingate resultó ser un hombre muy poco sociable y tras ingresar en
1921 en la Academia Militar Real de Woolwich, se convirtió en oficial de
artillería en 1923.
Hay que destacar que, a lo largo de su
vida, Wingate se había sometido a un estilo de vida espartano, muy duro y
marcado por las privaciones era un hombre implacable al que le encantaba comer
cebollas. Acérrimo defensor de la causa judía, antes de que estallara la guerra
sirvió como oficial en Palestina. Su personalidad y su ansia por conseguir sus
objetivos le granjearon varios enemigos.
Al igual que a muchos célebres oficiales
británicos, el estallido de la Segunda Guerra Mundial le brindó la oportunidad
de demostrar su talento militar. La presencia del ejército italiano en África
Oriental constituía una amenaza para las fuerzas británicas. Las tropas de
Mussolini en África superaban en número a los británicos. Una de las pocas
opciones que les quedaban a los británicos era emplear a los insurgentes
etíopes contra los italianos. Con la autorización del exiliado emperador Haile
Selassie, los británicos procedieron a la creación de una fuerza compuesta por
refugiados etíopes.
Así pues, se ordenó a Wingate que se
encargase de organizar a los etíopes, que bautizó a su unidad como Fuerza
Gideon. Los etíopes de Wingate fueron complementados con personal sudanés. La
idea de Wingate era penetrar profundamente en territorio enemigo para atacar,
siempre y cuando sus tropas estuviesen bien abastecidas.
El Emperador de Abisinia (el moderno Etiopía) con el Brigadier Daniel Arthur Sandford a la izquierda de la fotografía y el Coronel Wingate a la derecha, en el Fuerte Dambacha después de haber sido capturado, el 15 de abril de 1941
Los hombres de Wingate atacaron a las
guarniciones italianas con gran éxito y causando importantes pérdidas al
enemigo. Ya el 5 de mayo de 1941, el depuesto emperador Selassie regresó
triunfalmente a Addis Abeba. Pero llegaron más éxitos tras la conquista de la
capital de Abisinia, pues miles de soldados italianos fueron capturados y
desarmados por la Fuerza Gideon.
Llegado el 1 de junio de 1941, la Fuerza
Gideon fue disuelta y Wingate, enfermo de malaria, regresó a Gran Bretaña para
recuperarse. Pero la guerra aún no había terminado para Wingate, que más tarde
en 1942 fue enviado a la India.
Conocido y respetado por sus éxitos en
el África Oriental Italiana, Wingate se encontraba una vez más bajo el mando
del general Wavell, que también había sido enviado a la India.
Así pues, la idea de Wingate consistía
en la creación de varias columnas bien organizadas y abastecidas que operasen
tras las líneas enemigas causando verdaderos estragos entre las fuerzas
japonesas. Para poder aprovisionar a sus tropas era necesario contar con un
buen abastecimiento desde el aire.
Inicialmente, los planes de Wingate
provocaron recelos entre la oficialidad británica, pero su éxito al frente de
la Fuerza Gideon en África terminó por ayudarle a obtener el visto bueno. Así,
su fuerza de ataque estaría compuesta por gurkhas
y personal indio, africano, australiano, neozelandés y británico. Dado que iban
a realizar tareas de demolición, zapadores e ingenieros pasaron a engrosar las
filas de los chindits. Su unidad, procedente
en su mayor parte de la 77ª Brigada
india fue bautizada como los chindit. Este nombre procedía de una mala
pronunciación de las estatuas que guardaban la entrada de los templos birmanos,
llamados Chindés.
Los pertrechos de los chindits serían
transportados en mulas, a las cuales se les extirparon las cuerdas vocales para
que no pudieran mugir además de por los propios soldados (Nota
BHM: muy parecido a las mulas de Mario de la Roma Antigua). Por otra parte,
las tropas de Wingate siempre serían abastecidas desde el aire. En cuanto al
orden de sus formaciones, un pelotón encabezaba la marcha, seguido por un
segundo pelotón al que sucedían las mulas y finalmente, el resto de la columna.
En febrero de 1943, los chindits llevaron
a cabo su primera incursión: la Operación Longcloth. Unos 3.000 hombres se
infiltraron tras las líneas japonesas, saboteando las vías ferroviarias y
cosechando pequeñas victorias. Acosados por los japoneses, los chindits se
vieron obligados a retirarse a través de la inhóspita jungla. Las pérdidas
habían sido muy elevadas, pues de 3.000 hombres, habían regresado unos 2.200.
La primera incursión de Wingate con sus chindits no había dado los resultados
esperados.
Pese a que el fracaso de la Operación Longcloth
parecía dar la razón a los más críticos con Wingate, sus acciones captaron la
atención de la prensa y el propio Churchill quedó muy impresionado por las
hazañas de los chindit.
Wingate conversando con uno de sus chindits |
Wingate decidió cambiar su modo de
operar. Entrarían en territorio enemigo, construirían pistas de aterrizaje para
ser aprovisionados y se harían fuertes levantando bases fuertemente defendidas
tras las líneas enemigas.
Llegado el 5 de febrero de 1944, los
chindit de Wingate se adentraron en territorio hostil para cortar las
comunicaciones japonesas. La Operación Thursday estaba en
marcha y los chindits erigieron tres bases tras las líneas japonesas, conocidas
con los nombres de Piccadilly, Broadway y
Chowringee. Estos emplazamientos debían servir como zonas de aterrizaje para
que los C-47 estadounidenses les aprovisionasen desde el aire.
La vida de los chindit no era fácil,
pues la jungla estaba poblada por especies muy agresivas (serpientes, arañas y
escorpiones). Para añadir mayor dureza a su trabajo, durante el desarrollo de
sus misiones, debían ejecutar a cualquier compañero cuyas heridas les
incapacitasen para el combate.
Cargado en un avion C-47 los suministros para ser lanzados a los chindits |
Por su parte, los japoneses lanzaron
varios ataques contra las bases de los chindits por tierra y aire, pero las
bases de Wingate resultaron ser inexpugnables. Era evidente que la segunda
operación de los chindits había sido todo un éxito. No obstante, el carismático
Wingate murió en marzo de 1944 cuando se estrelló el B-25 en el que volaba
rumbo a Imphal. Con la muerte de Wingate, el general David Leintagne fue puesto
al mando de los Chindits.
Así pues, los chindits erigieron una
nueva base denominada Blackpool, desde la que causaron
importantes complicaciones a las fuerzas japonesas. Sin embargo, la base de White City fue abandonada y tras
resistir varios ataques en Blackpool, ésta última también fue abandonada el 25
de mayo de 1944.
Exigidos hasta el límite, desnutridos y
enfermos, los chindits fueron retirados del combate. Por otra parte, los
últimos chindit continuaron luchando junto a la infantería británica,
participando en los combates en el denominado Railway Valley que se extendía al sur de Mogaung.
Tampoco hay que olvidar que la 23ª
Brigada, como parte de los chindit se desempeñó con gran éxito en la batalla de
Kohima.
En sus últimas operaciones, los chindit
terminaron por combatir como unidades de infantería convencional y ya en 1945
la unidad terminó siendo disuelta. Pero el legado de los chindit permanecería
vivo y serviría de inspiración a los estadounidenses con la creación de los Marauders y posteriormente en la
guerra de Vietnam.
Wingate mostrando un plan de ataque a sus oficiales. Birmania 1944 |
ESTAS HISTORIAS DE BHM
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