Los
soldados estadounidenses tras los duros combates por tomar las playas de Normandía
se encontraron con un sorprendente adversario. En alguno de los bunkers o
trincheras estaban repletas de soldados con rasgos asiáticos que se habían unido
al Ejército Alemán tras un largo viaje que ya os contamos hace tiempo, cuando os
hablamos de Yang Kyoungjong un joven que sirvió en tres ejércitos durante la
SGM.
Pero no fueron estos coreanos los únicos
Asiáticos de Hitler como descubriréis
en la obra de Rubén Villamor. El Eje se sirvió de
miles de soldados voluntarios de los territorios capturados al enemigo, desertores
que no compartían la causa de los aliados o creían que era una buena
oportunidad para liberar sus naciones de las potencias coloniales, e incluso de
potencias neutrales que por motivos ideológicos se unieron a la lucha.
Entre los veinte movimientos
colaboracionistas que reconoció el Eje, y entre los nacionalistas de las
colonias británicas, francés y holandesas encontraron los reclutas para la creación
de una “fuerza militar multiétnica” con dos claros objetivos: en primer lugar
conseguir “carne de cañón” es decir más soldados pero por otro lado, un
objetivo a largo plazo, crear los cimientos de los ejércitos de los gobiernos títeres
que se crearían al finalizar la contienda.
A lo largo del libro iremos conociendo
a la Legion SS India o el batallón “Azad Hindustan” del Ejército Italiano,
creada por el movimiento nacionalista de Chandra Bose a partir de desertores indios
del Ejército Británico o de la población de las regiones indias capturadas por Japón.
Mientras que en el caso de los habitantes del Asia Central su lucha fue más bien
por motivos religiosos ya que consideraban al comunismo como un enemigo del
Islam lo que dio lugar a la creación de unidades turquestanas o turcomanas en
las SS y la Wehrmacht. Hay que destacar el caso de los tártaros, también musulmanes,
que aunque siendo de origen asiático vivían en las orillas del Volga y en
Crimea. No puedo olvidarme de los Calmucos, un pueblo de jinetes que aportó el
Cuerpo de Caballería Calmuco formado por 5.000 voluntarios para luchar contra
los soviéticos.
Por supuesto Rubén no se olvida de los
coreanos y demás pueblos del Lejano Oriente que se unieron a la Wehrmacht en
los batallones orientales. Tras ser empleados al comienzo como hiwis, es decir tropas auxiliarles y no
de combate, a partir de 1944 se fueron creando las Ostlegionen que fueron agrupados en Ostbataillon destinados a Normandía los chinos, japoneses, coreanos
y mongoles, mientras que tailandeses, camboyanos, vietnamitas, laosianos
sirvieron en el Mediterráneo.
En resumen una oportunidad casi única
en castellano de conocer estos cuerpos asiáticos en una obra monográfica
acompañada de varias ilustraciones a color y numerosas fotografías.
Personalmente me sirvió para conocer un tema que es malinterpretado por ciertos
sectores ideológicos, y que nos demuestra que la Historia no es ni blanca ni
negra sino una tonalidad de grises que es necesario conocer en profundidad.
FICHA TÉCNICA:
Título: Los Asiáticos de Hitler
Autor: Rubén Villamor
Páginas: 96 con
ilustraciones en color
Encuadernación: Tapa
Blanda
ISBN: 978-8494586354
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