Esta
vez David nos lleva al Pacífico a bordo del portaaviones Hornet para conocer la
respuesta de los norteamericanos al ataque japonés a Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) que había fue un duro varapalo y una afrenta para la moral
estadounidense.
Tras
declarar la guerra a Japón, el
presidente Roosevelt quería responder al golpe nipón y restañar la moral
norteamericana. Para ello, los estadounidenses prepararon una arriesgada misión
cuyo objetivo era bombardear el corazón de Japón.
La
base más próxima a Japón se encontraba a una distancia superior a 5.000
kilómetros, por lo que un ataque aéreo parecía antojarse imposible. Los bombarderos
estadounidenses no disponían de una autonomía de vuelo tan elevada. Las
derrotas se sucedían en el Pacífico y los japoneses conseguían rápidamente
grandes conquistas territoriales. Pero era imperativo responder y hacer creer
al pueblo estadounidense que la victoria era posible.
EL PLAN DE JAMES LOW
El capitán James Low,
de la marina de los Estados Unidos, ideó un plan para poder bombardear Japón.
Su idea consistía en transportar bombarderos medios en portaaviones y
acercarlos lo suficiente como para que pudiesen atacar tierras niponas. En un
principio, la iniciativa de Low parecía disparatada, pero finalmente se aprobó
el plan propuesto por el imaginativo oficial naval.
Para
tan difícil cometido se puso al frente al teniente
coronel James Doolittle, que había sido el primer piloto que había
completado un vuelo guiándose exclusivamente mediante los instrumentos de
navegación. Sin duda alguna, el carismático Doolittle era la elección adecuada
para aquella incursión aérea.
James Doolittle |
Tras
entrenarse en Florida, el 2 de abril de 1942, los bombarderos y sus
tripulaciones, a bordo del portaaviones
Hornet, partieron para atacar Japón. Tal era el secretismo de la misión que
solo se les informó de sus objetivos cuando se encontraban en alta mar.
Doolittle y sus hombres debían bombardear Tokio y otras ciudades japonesas.
Ahora
bien, una vez bombardeado Japón, Doolittle y sus pilotos necesitaban un lugar
donde aterrizar. Inicialmente se intentó acordar con los rusos que los B-25
aterrizasen en territorio de la Unión Soviética, pero Stalin descartó esta
opción porque acababa de suscribir un pacto de no agresión con Japón.
Finalmente, los estadounidenses lograron convencer al líder chino Chiang
Kai-Shek para que los aviones aterrizasen en suelo chino.
DESPEGAN LOS BOMBARDEROS DEL HORNET
El
18 de abril de 1942 los estadounidenses entraron en alerta. Habían sido
descubiertos por la patrullera
Nitto-Maru, que rápidamente consiguieron hundir. El portaaviones Hornet
estaba expuesto y era imperativo que los B-25 despegasen con sus 4 bombas de 250
kilogramos de alto poder explosivo. Sin otra opción mejor, los pilotos
despegaron. La misión se había complicado, pues se habían añadido 300
kilómetros de trayecto, lo que agravaba los problemas de escasez de
combustible.
Tras
seis horas de vuelo, los bombarderos sobrevolaron Japón. La respuesta japonesa
fue desorganizada e ineficiente. El fuego antiaéreo fue incapaz de derribar los
B-25 y los artilleros de los bombarderos estadounidenses lograron derribar tres
cazas. En su camino, los estadounidenses arrojaron sus bombas sobre objetivos
en Tokio, Yokohama, Nagoya, Osaka, Kobe y Yokosuka.
Habiendo
bombardeado los blancos militares e industriales, los 16 aviones se
escabulleron. Uno de los B-25 volaba tan escaso de combustible que puso rumbo a
la Unión Soviética, aterrizando en Vladivostok. Una vez en suelo soviético, el
capitán York y su dotación fueron arrestados y su bombardero confiscado.
Vista desde uno de los B-25 del puerto de Tokio |
EL LARGO REGRESO A CASA
El
trayecto final de los pilotos de Doolittle fue de lo más agónico. Dos aviones
se desplomaron sobre el mar, muriendo ahogados dos hombres. Otro de los B-25
aterrizó en una playa y cuatro hombres sufrieron heridas graves. La mayoría se
vieron obligados a saltar en paracaídas y un hombre perdió la vida en el salto.
Una
vez en tierra, los supervivientes tuvieron que huir de los japoneses, que
estaban al acecho. Ocho hombres fueron capturados, de los que tres fueron
fusilados, mientras que uno pereció en la cárcel y el resto logró volver a
Estados Unidos tras concluir la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los hombres de Doolittle capturado por las tropas japonesas. |
Quienes
lograron escapar deben su éxito a la ayuda proporcionada por la Resistencia
china. En el caso del grupo de Doolittle, fue fundamental el papel de un
misionero estadounidense llamado John Birch, quien conocía el idioma y se
desempeñó a la perfección como guía.
Los
supervivientes que habían logrado burlar la persecución japonesa consiguieron
llegar a la capital china, que en aquel momento estaba situada en la ciudad de
Chongquing, para posteriormente regresar a Estados Unidos.
Los
hombres que aterrizaron en la Unión Soviética fueron retenidos por los rusos,
quienes dos años después los trasladaron a una ubicación próxima a Irán. Se
dice que consiguieron escapar pagando a unos traficantes que les ayudaron a
cruzar la frontera. Sin embargo, se cree que esta fuga fue una estratagema
orquestada por el NKVD para librarse de la incómoda presencia que suponían
aquellos estadounidenses.
De
un total de 80 hombres que formaron parte del ataque de Doolittle, 69
regresaron con vida. Por su parte, el éxito de Doolittle le valió ser ascendido
a general ya que se la estimación previa era del 50% de bajas entre los
tripulantes de los bombarderos.
Los hombres más afortunados de Doolittle, a salvo en China. |
El
bombardeo ocasionó escasos daños en Japón 50 muertos y unos 400 heridos, aunque sus efectos fueron muy
positivos sobre la moral norteamericana. Por el contrario, en Japón se sentían
amenazados, por lo que el almirante Yamamoto elaboró un plan para acabar con
los portaaviones estadounidenses en Midway. Sin embargo, el enfrentamiento
entre las flotas estadounidenses y niponas en Midway terminó con una decisiva
victoria de los Estados Unidos.
GALERIA DE IMAGENES
RETURN TO SENDER Teniente coronel James Doolite atando una medalla japonesa a una bomba de 500 libras |
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