Desde su creación su papel principal
fue la salvaguardia de la persona del Emperador, como indica el nombre del
comandante de la Guardia, el akolouthos.
El acólito o seguidor era la persona más cercana al emperador y tenía como
símbolo de su rango un hacha sobre su hombro. Que como veremos eral el arma más
común entre los guardias y se convertiría en el símbolo de identidad de este
cuerpo que se conocería como “los portadores de hachas”.
En el campo de batalla el akolouthos y sus hombres lucharían normalmente
como infantería con el papel de defender la posición donde se encontraba el
emperador o basileos. Este fue su
papel en la batalla de Dirraquio en el 1081, donde formaron dos columnas y
defendieron el centro de la formación donde se encontraba Alejo I. Si el
emperador no estaba en el campo de batalla sus funciones en los ejércitos de
campaña podían cambiar y convertirse en una unidad de choque que rompiese las
filas enemigas.
Pero no podemos olvidar su papel de
escolta en el día a día de la vida palaciega en el Gran Palacio y en la ciudad
de Constantinopla. Su misión principal era la custodia de las Puertas de Bronce
que daban acceso al recinto imperial. También eran los responsables de la
vigilancia de las cámaras de recepción y las oficinas del Palacio de
Blanquerna, situado en la parte noroccidental de Constantinopla (actualmente el
barrio de Ayvansaray de Estambul).
Aunque sus funciones iban más allá de los muros de los palacios imperiales y
realizaban funciones policiales en la ciudad como también de guardia de
prisioneros en la cárcel de los Nóumera,
anexa al recinto imperial. Esta última misión es la causa de que se suela
representar en la iconografía ortodoxa a la Guardia Varega como los que
arrestan a Cristo, entendamos esta imagen no como una crítica sino como muestra
del poder real.
Viendo su papel en el campo de batalla
como su función de representación del poder imperial su presencia en el campo
de batalla debía ser imponente y mostrar en su panoplia el poder imperial. Además
como ya veremos la Guardia Varega en el periodo que nos interesa, siglo X y XI,
muestran una heterodoxa amalgama de elementos nórdicos, eslavos y por supuesto
bizantinos.
Despliegue en batalla. primera fila con escudos y segunda con armas a dos manos |
Como es lógico el
primer contingente de Varegos enviado por Vladimir llegó armado a la manera de
los pueblos del Rus. En la obra De Ceremoniis compilada en tiempos del
emperador Constantino VII (913-959) se
nos dice que los Varegos portaban lanzas, espadas, escudos y estandarte de su
propia tierra. Aunque al poco de llegar
a las tierras imperiales tuvieron el acceso a las armas de los almacenes
imperiales y a los botines de guerra en las distintas campañas contra rebeldes,
persas o búlgaros. Tenemos que olvidar cualquier visión de uniformidad o
estandarización ya que estos hombres eran
diferenciados del resto de soldados por su apariencia física, tanto su
altura y color de pelo como por sus
ricas telas (según la iconografía vestían principalmente colores como naranja,
escarlata, blanco crudo) pero sobre todo
por los hachas que portaban orgullosos como símbolo de poder.
Vamos a conocer en primer lugar sus hachas que le dieron la fama y les
distinguían de los demás soldados. Estos pelekeis,
como se denominaban en griego a los hachas, eran de clara influencia escandinava,
más exactamente danesa, y se caracterizaba por su largo mango de entre 1,20 a
1,40 metros que debía ser esgrimida a dos manos. La cabeza según los
contemporáneos eran conocidos como bidentibus
caudatis, es decir de doble hoja con cola, por lo que según algunos autores
debía ser decorado con plumas pero no está claro. El filo tenía unos 17
centímetros de hoja y un ancho total hasta el enmangue de unos 18 cm. Los
restos arqueológicos hallados en Bulgaria y la iconografía religiosas nos
muestran que las hojas estaban decoradas con filigranas de animales o plantas
elaboradas en cobre y plata.
Los Varegos eran apodados también como aspidifori, es decir “equipados con
escudos” lo que implicaba que su famosas hacha a dos manos no podía ser
empleada en la primera línea y se utilizaba o bien la espada o la lanza. Como podéis observar en la ilustración de un
despliegue habitual de la Guardia en el campo de batalla la primera fila
estaría formada por un muro de escudos. Por tradición nórdica los escudos eran circulares de un radio
entre los 80 a 100 cm. que se colgaba mediante correas a la espalda fácilmente
para poder blandir sus largas hachas sobre la primera línea. Con el tiempo
comenzaron a emplear escudos de influencia bizantina como el escudo de cometa o
los conocidos como “largos escudos”. Es interesante resaltar la rica decoración
de algunos de los escudos con perlas y normalmente con la imagen de un cuervo
negro que se transformó en uno de los distintivos del cuerpo.
Las
espadas de los primeros varegos eran de clara procedencia escandinava
como se ve gracias a los ejemplares hallados en Rumanía y Bulgaria. También las
vainas son de clara influencia nórdica con decoración con los llamados estilos germánicos
“de ave” y “de bestia de cuatro patas” u otras conocidas como “romano-vikingas”
o “de palmeta oriental”. Normalmente se llevaban colgadas en un tahalí o valtidion, colgado sobre el hombro
derecho o directamente en el cinturón, siempre en el lado izquierdo del cuerpo.
No nos podemos olvidar del rhomphaiai, un arma de doble mano con un
solo filo y hoja recta o un poco curva y que con la empuñadura llegaba a al
metro de longitud. La empuñadura de madera de manzano era de la misma medida
que la hoja. Esta arma de origen tracio es muy similar a la falx dacia pero esta última es más
curva.
Los
Varegos tenían gran fama como jabalineros y de hecho antes de formar la guardia
solían ser contratados como akontiasti,
expertos en el akontion (tipo de
jabalina). Los Varegos empleaban varios tipos de lanzas, kontaroi, como nos muestra la iconografía y los yacimientos arqueológicos.
Las más habituales eran: largas con cruceta, lanzas nieladas, cabezas dentadas.
Para
acabar vamos a conocer las protecciones corporales más comunes en los miembros
de la Guardia. En batalla solían ir equipados como infantería pesada con cota
de malla, armaduras laminares o de escamas. La más popular era la hauberk, una cota de malla larga que solía
cubrir hasta las pantorrillas. Normalmente los soldados bizantinos solían poner
encima un coselete de láminas o placas y se usaban en combinación con unas
tiras de cuero que protegían el pecho y la espalda además de los hombros (como podéis
observar en la ilustración del despliegue en batalla). La equipación se
completaba con las podpsella y las cheiropsella, es decir grebas y brazales
elaborados con laminas de hierro.
La
cabeza solía ir cubierta con un casco tipo spagenhelm
frecuentemente con protector nasal. Los ejemplares encontrados en tierra de los rus solían tener enganches para poner plumas por lo que sería
habitual esta costumbre en los primeros guardias. Por influencia bizantina se
empleaban cascos con almófares, cubre nucas y cuello realizado con una cortina
de escamas. Bajo los cascos o llevaban la cofia de la cota de malla o el
turbante militar romano, phakeolios,
que solia ser blanco.
Descripción
de la lámina de portada de Javier Ferrando:
El
guardia Varego porta un casco e Giezc con cubrenucas de malla en su mano, una
espada de tipo Petersen S, una vaina de
espada bizantina, un corselete de escamas con sujeciones en el pecho y
hombros, bajo el cual porta una cota de malla, cubrebrazos y grebas en láminas
metálicas, a su espalda un escudo circular y un hacha Pettersen tipo M.
A
su izquierda aparece un hacha bipenne, un casco de San Wenceslao, una espada Petersen
tipo Z y una espada Bizantina. A su derecha una lanza Bizantina.
“La Guardia Varega, iii parte. Principales
funciones y su armamento” Francisco García Campa – Bellumartis Historia
Militar
Comentarios
Publicar un comentario