Estatua Mariano Benlliure, Bellumartis |
El mundo está repleto de estatuas
dedicadas a grandes generales y reyes en conmemoración de las batallas que
otros lucharon y muy pocas recuerdan e esos soldados que dieron su vida para
lógrarlo. Un ejemplo es la capital de España, que está adornada con numerosas
esculturas decimonónicas en recuerdo de las gestas militares españolas.
Gran
parte de estas obras son fruto de la genialidad de Mariano Benlliure. En el Parque del Retiro se encuentran dos de sus
obras maestras, la más conocida es el monumento a Alfonso XII que preside el
estanque y tras este se halla la dedicada al General Martínez Campos, pero será
en el otro extremo de Madrid donde se encuentra su más heroica obra que
prescinde de todos los adornos e
iconografías simbólicas que rodean a las otras obras ya que la sola presencia
de un joven soldado desfilando hacia su destino refleja el sacrificio de un
hombre por los demás...
En
la plaza de Oriente, oculto tras los
bustos de los Reyes y Condes de la “España Medieval” se encuentra un pequeño
jardín presidido por la heroica presencia de un joven soldado español con el
uniforme africano, caracterizado por el ros
(gorro similar al quepi)
con cubrenuca. ¿Quién es este
gallardo héroe?
Grabado
en la piedra que sustenta la estatua de bronce encontramos la respuesta:
Donantes del monumento, Bellumartis |
“Iniciado por
las MUJERES ESPAÑOLAS se eleva este monumento a la gloria del soldado LUIS NOVAL Patria no olvides nunca a
los que por ti mueren”
En
el otro lado de la base se encuentra la descripción de su muerte heroica pero
debido al vandalismo no se puede apreciar ni entender el porqué de su fama, que
llevó en una época de oligarquías a conmemorar la muerte de un simple soldado.
LUIS NOVAL FERRAO
nació el 15 de noviembre de 1887 en Oviedo en la casa de sus padres en la Calle
de Santa Susana y era el mayor de tres hermanos. Los que le conocían le
describían como “un muchacho imberbe,
tímido y apocado como un niño”. En su adolescencia trabajo como ebanista
mientras acudía a clases nocturnas en la Escuela de Bellas Artes.
Portada del periodico "El Comercio" con foto de estudio de Luis Noval |
En
1908 fue llamado a filas como quinto, es decir por sorteo debía cumplir el
servicio militar, e ingresó en febrero de 1909 en el Regimiento Príncipe Nº 3 acuartelado en la capital asturiana. El
recluta hacia la instrucción en el Parque de San Francisco al lado de su casa
natal e imagino el orgullo del joven ebanista paseando uniformado por el paseo
de Bombé (nota para los no carbayones, en el Oviedo de la época y todavía hoy
la diversión favorita de la ciudad es pasear para ver y ser visto), como se aprecia en la foto de estudio se siente orgulloso con su nuevo uniforme.
Pero lejos de la verde Asturias la
situación se complica, en los territorios africanos limítrofes con las ciudades
de Melilla y Ceuta, la población Rifeña comienza una revuelta contra las
autoridades españolas.
Las tropas rebeldes habían atacado a los
trabajadores que construían el ferrocarril minero en la zona de Beni-Fru-Ifrur
a las puertas de Melilla y el gobierno mandó a los reservistas catalanes al
frente marroquí. Esta orden dio lugar en julio a una revuelta civil en
Barcelona conocida como la Semana
Trágica. La
situación en África se volvió peligrosa por lo que se debía enviar nuevos
refuerzos, el estado mayor decidió enviar al Regimiento Principe nº3 junto con el de Burgos a la Campaña de
Melilla.
Me
imaginó al joven Luis Noval con una mezcla de miedo por su vida y una alegría
por conocer nuevas tierras como describió en una carta su compañero de armas
Cesar Pineda:
“En cuanto
tuvimos noticias de que iríamos para Marruecos, todos nos hemos mostrado
sumamente alegres. En pocos regimientos reinará tanta cordialidad como en éste
para partir a la guerra. Querido padre: Nuestro regimiento marchará muy pronto
para Melilla, es un sagrado deber defender a la patria. Dígale a mi madre que
acordándome de ella, de sus caricias, de lo buena que siempre fue para mí,
tendré en su persona puesto el pensamiento cuando esté en la guerra. Yo lo que
siento es que en el tiempo que yo esté en Melilla no pruebe la sidra que tanto
abunda en nuestra casa”
El
9 de septiembre a las 5 de la madrugada los soldados son despertados por el
toque de Diana floreada “la Triunfal”, tras un desayuno contundente, arroz con
patatas, carne, fruta y vino se dirigen a la estación de ferrocarril, al cruzar el Pajares muchos reclutas abandonan por primera vez su Asturias querida y traspasan pueblos y
ciudades que jamás oyeron hablar, pero para su sorpresa fueron recibidos por
bandas de música y civiles con la bandera nacional que agradecían a los
asturianos su sacrificio por todos los españoles, así sucedió en Medina del
Campo, Valladolid, Madrid, Castilla la Nueva, Andalucía, y en Málaga donde
fueron embarcados. Al llegar a Melilla
las gaitas asturianas resonaron por encima del gentío que les recibió en
el muelle.
Ilustración basada en relato popular |
El
regimiento fue enviado al frente nada más llegar y seria el 29 de septiembre en
el ataque moro al zoco El Hadde Beni-
Sicar cuando nuestro héroe pierde su
joven vida a cambio de la de sus compañeros de armas. Existen varias versiones
de como ocurrió siendo la más popular: Que mientras realizaba una acción de
reconocimiento fue apresado por los rifeños que le ofrecieron no matarlo si los
acompañaba a las avanzadas españolas. Luis acepto y los moros lo siguieron
gozosos, creyendo que podrían sorprender al campamento. Pero al acercarse a las
líneas españolas, el guardia grito “¿Quién
vive?”. Entonces el cabo Noval, a grandes voces, gritó: “¡España, pero tirar, que los moros vienen
conmigo!”. Los españoles disparan a discreción hacia la voz, Luis dio su
así su vida por salvar la de sus compañeros.
Pero
esta versión no es del todo correcta ya que el propio General Brualia,
gobernador militar de Asturias en febrero de 1910 da una descripción distinta
que no le quita heroísmo a su sacrificio sino lo contrario, así fue en palabras
del general [1]:
“El cabo Noval no fue
apresado por los moros y conducido después hasta las alambradas, según
aseguraban los relatos públicos. El acto del cabo Noval ha sido más consciente,
más espontáneo y más libre. Hallábase prestando el servicio de escucha entre
dos campamentos que distaban entre si varios centenares de metros. A eso de las
tres de la mañana se sintió una descarga que puso en guardia a los centinelas.
El ruido de una segunda descarga hizo comprender a Noval que los moros se
acercaban a la alambrada, y entonces se dispuso a dar la voz de aviso al
campamento más próximo. Cuando se dirigía a éste, los moros arreciaron las
descargas. La vida de Noval corría inminente peligro y únicamente podía
salvarse escondiéndose en alguna de las sinuosidades que el terreno ofrecía,
con la circunstancia favorable, además, de hallarse protegido por la oscuridad
de la noche.
Pero la salvación de la
vida por este medio llevaba consigo la sorpresa del destacamento español. Noval
continuó su marcha en dirección al campamento para dar el aviso. Cuando se
acercaba a éste fue distinguido su bulto por un teniente de la avanzada, el
cual, en el momento en que se disponía a ordenar el fuego conoció al cabo
Noval, exclamando rápidamente: "¡Esperar, no hacer fuego todavía, que
viene un centinela nuestro!". Pero Noval, que veía a los moros que se
acercaban dispuestos a sorprender al campamento, contestó en voz alta: "¡No importa hacer fuego, que los
moros se acercan!".
“Las fuerzas españolas
hicieron entonces varias descargas cerradas rechazando a los moros. Cuando
terminó el combate se hizo el reconocimiento, encontrando al cabo Noval con la
bayoneta ensangrentada, lo que hace creer que luchó cuerpo a cuerpo con los
moros.”[1]
Aunque
no fue capturado como cuenta la leyenda popular si dio su vida por sus
compañeros, prefirió luchar fuera de sus líneas a que su supervivencia
permitiese a los moros acercarse a las trincheras españolas e incluso llego a
combatir cuerpo a cuerpo con los rifeños llevándose por delante a un par de
ellos.
Mausoleo Cementerio del Salvador, Oviedo |
Cuando
la noticia llegó a Oviedo su madre lloraba su perdida en su humilde casa pero a
la vez su heroísmo le hizo sentirse orgullosa de su primogénito cuyas exequias
se celebraron el 19 de abril de 1910 en la catedral de Oviedo. Se le concedió a
título póstumo, la cruz de segunda clase de la Orden Militar de San Fernando y
su cuerpo fue enterrado con la bandera ( véase
bandera de mochila o percha) por la que entrego su vida en un
mausoleo del cementerio del Salvador en Oviedo, obra de Victor Hevia Granda.
Estatua Cuartel "Cabo Noval" |
Su
hazaña heroica fue empleada por los africanistas para ocultar las posibles
consecuencias negativas en la moral de los reclutas de los sucesos de la Semana
Trágica y de las protestas políticas en contra de la guerra marroquí. Su
sacrificio sirvió de ejemplo a seguir por los españoles y en todo el país
comenzaron a surgir comités para homenajearlo, colectivos de veteranos,
empresarios y mujeres como ya vimos comenzaron a erigir placas o estatuas en su
honor. En su Oviedo natal erigieron placas en su casa natal y se le dedico una
calle que confluye al Parque San Francisco donde él y sus compañeros realizaron
la instrucción. En Madrid se erigió la mencionada estatua de Mariano Benlliure y existieron varios
proyectos inconclusos en otras ciudades españolas que finalmente no se
realizaron. Su historia fue inmortalizada por varios dramaturgos como Francisco
Jiménez Campaña y Julio Sánchez Godínez. En 1985 con el cambio de acuartelamiento del Regimiento Principe nº 3 del Milán, en
pleno centro de la ciudad, a las afueras se bautizó a la nueva sede como “Cabo
Noval”, y en la letra del himno de la unidad se menciona su nombre y legado.
HIMNO
DEL REGIMIENTO DEL PRÍNCIPE
Orgullosa está
la Infantería
porque orna en
su escudo el laurel
y de gozo vibra
el alma mía
pues es mío ese
escudo también.
Soy
soldado que anhela victorias,
descendiente
del Cabo Noval;
quiero dar a mi
Patria más gloria
jalonando con
lauros la Historia
de mi Madre, la
España Inmortal
Regimiento
Príncipe,
las rosas rojas
de tu primavera
trenzadas están
en verde laurel.
Por España y su
Bandera
Gozosos la vida
dieran
los Soldados del
Príncipe
¡Por la Patria y
su Bandera!
¡Regimiento
Príncipe!
Al combate voy
con alegría
es mi lema
luchar con valor
y en los hechos
de aquel Lombardía
se forjaron mi
temple y honor.
Si en la Lucha
la muerte viniera
mi deseo, sería
al morir,
que el sudario
que el cuerpo cubriera
La Bandera rojo
y gualda fuera
pues morir por
la Patria es vivir.
Regimiento
Príncipe,
las rosas rojas
de tu primavera
trenzadas están
en verde laurel.
Por España y su
Bandera
Gozosos la vida
dieran
los Soldados del
Príncipe
¡Por la Patria y
su Bandera!
¡Regimiento
Príncipe!
“Cabo Noval, un héroe
asturiano en África” Francisco García Campa – Bellumartis Historia
Militar
Fuentes:
-
El Comercio, “Luis
Noval, el cabo que murió en Melilla”
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