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Fabrica de la Vega |
Colaboración
de Artemio Morena
La
Fábrica de Armas de Oviedo –la Fábrica de La
Vega-, a lo largo de su trayectoria, había
seguido la práctica, habitual en toda fábrica de armamento, de conservar
los prototipos, piezas de ensayo, ejemplares iniciales de producción... de los
materiales que construía al mismo tiempo que había ido reuniendo, bien por
adquisición directa en el extranjero, bien tras su paso por las Comisiones de
Experiencias del Ejército español que evaluaban los diferentes tipos de armas
fabricados en el exterior con vistas a su posible adopción, aquellas piezas
que, por su significación tecnológica o por la incorporación en ellas de
adelantos evolutivos, consideraba dignas de estudio con el fin de extraer ideas
o comprobar la efectividad de sus innovaciones con las que orientar el
desarrollo futuro de su producción...
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Bellumartis |
Por
desgracia, durante la guerra civil –en Asturias, desde julio de 1936 a octubre
de 1937- sus instalaciones fueron sometidas a intensos bombardeos que, aparte
la ruina de la Fábrica, provocaron la pérdida de la mayor parte de los ejemplares
históricos acumulados a lo largo de su trayectoria. Paradójicamente, esa misma
guerra civil, que causó la destrucción de su colección, sirvió de forma pródiga
para reconstruirla toda vez que, como es bien sabido, durante la misma llegaron
a España armamentos de todos los sistemas, procedencias y épocas –esto último,
claro está, dentro de unos límites- y la Dirección de la Fábrica se apresuró,
tras el final de la contienda, a requerir de los diferentes Parques y Maestranzas de Artillería, en que se habían
ido acumulando los excedentes de material bélico, un ejemplar de cada tipo de
fusil, subfusil o ametralladora de que dispusieran con el propósito de
constituir un fondo de investigación que sirviera de sustrato a la producción
que debía acometer sin tardanza para renovar el armamento de nuestro Ejército,
obsoleto y desgastado durante el conflicto.
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Hall de entrada de la Delegación de Gobierno, vidrieras de Paulino Vicente, Bellumartis |
Estos materiales, a los que se
sumarían los modelos proyectados y experimentados en la propia Fábrica –en los
que fue pródiga durante los años 40/50 del pasado siglo, a causa del
aislamiento al que España se vio sometida- y los primeros ejemplares de los
materiales adoptados por el Ejército español, producidos en ella en gran serie, así como una
inigualable muestra de miniaturas de armas, máquinas y otros elementos
realizados en su día por los alumnos de su añorada Escuela de Aprendices, son
los que han constituido la colección que ahora, al cierre de La Vega, revierte
al Ministerio de Defensa que, en realidad, siempre había sido su propietario. La
Delegación de Defensa, se ha prestado a acoger en su sede de Oviedo –con
carácter permanente, evitando así su dispersión y su salida del Principado- la
colección de los citados bienes históricos procedente de la Fábrica de La Vega,
que con motivo de la “Noche Blanca, 2014” presentó al público asturiano.
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Foto de la exposición, Bellumartis |
Para poder visitar la exposición, por
ahora no está abierta de forma permanente al público, se puede concertar citas
para grupos
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Artemio Mortera, durante el montaje de la exposición, Lne.es |
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Armas reales en miniatura realizadas por los alumnos de la Fabrica, Bellumartis |
Artemio Mortera,
historiador y presidente de ARAMA (Asociación para la Recuperación de la
Arquitectura Militar Asturiana)
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