Kaga era un portaaviones construido para
la Armada Imperial Japonesa (IJN) y fue nombrado en honor a la antigua
provincia de Kaga. Originalmente destinado a ser uno de los dos acorazados de
clase Tosa, Kaga se convirtió, según los términos del Tratado Naval de
Washington, en un portaaviones en sustitución del acorazado Amagi, que había
sufrido daños considerables durante el gran terremoto de 1923 en Kantō. Kaga
fue renovado en 1933-1935, aumentando su velocidad máxima y adaptando sus
cubiertas de vuelo a aeronaves más modernas y pesadas.
El buque tuvo un papel destacado en el
desarrollo de la doctrina de la fuerza de ataque de los portaaviones de la IJN,
que agrupaba a los portaaviones para dar mayor masa y concentración a su poder
aéreo. El empleo de esta doctrina, un concepto estratégico revolucionario en
aquel momento, fue crucial para que el Japón alcanzara sus objetivos
estratégicos iniciales durante los primeros seis meses de la Guerra del
Pacífico.
Los aviones del Kaga apoyaron por primera
vez a las tropas japonesas en China durante el incidente de Shanghai de 1932 y
participaron en la segunda guerra chino-japonesa a finales de la década de
1930. Con otros portaaviones, participó en la incursión de Pearl Harbor en
diciembre de 1941 y en la invasión de Rabaul en el Pacífico sudoccidental en
enero de 1942. Al mes siguiente, sus aviones participaron en un ataque aéreo
combinado de portaaviones en Darwin, Australia, ayudando a asegurar la
conquista de las Indias Orientales holandesas por las fuerzas japonesas. Se
perdió la incursión en el Océano Índico en abril, ya que tuvo que regresar al
Japón para reparaciones después de chocar con un arrecife en febrero.
Después de las reparaciones, Kaga se reincorporó a la 1ª Flota Aérea para la Batalla de Midway en junio de 1942. Después de bombardear las fuerzas americanas en el atolón de Midway, Kaga y otros tres portaaviones de IJN fueron atacados por aviones americanos de Midway y los portaaviones Enterprise, Hornet y Yorktown. Los bombarderos en picado del Enterprise dañaron gravemente a Kaga; cuando se hizo evidente que no se podía salvar, fue hundido por los destructores japoneses para evitar que cayera en manos enemigas. La pérdida de cuatro grandes portaaviones de ataque, incluido el Kaga en Midway, fue un revés crucial para el Japón y contribuyó significativamente a la derrota final del país.
Y aunque ya sabemos su lamentable final, no os podéis perder a Antonio Gómez, relatando sus peripecias, en este podcast.
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