Una de las unidades más peculiares de la guerra del Pacífico fueron los Alamo Scouts. Creada en el verano de 1943, mientras estadounidenses y australianos combatían a los japoneses en la isla de Nueva Bretaña, se desempeñaron con gran eficacia como exploradores.
Los
éxitos cosechados por esta improvisada unidad terminaron por atraer la atención
del teniente general Walter Krueger. Dado que Krueger mostraba especial
admiración por la épica defensa de El Álamo (1836), terminaron siendo
bautizados como Alamo Scouts.
Al frente de la unidad quedó el teniente coronel Frederick W. Bradshaw, mientras que su centro de entrenamiento se estableció en la Isla Frederick, en Nueva Guinea. Como en todo cuerpo de operaciones especiales, los aspirantes debían contar con una excelente condición física.
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El entrenamiento de los Alamo Scouts consistía en patrullas a través en la selva, infiltración, manejo de botes de goma, tareas de reconocimiento, primeros auxilios, combate cuerpo a cuerpo, el uso de diversas armas y de equipos de comunicaciones.
Se trataba de una fuerza de reducido tamaño, pues estaba conformada por un total de 21 oficiales y 117 soldados y suboficiales. Cabe señalar que entre los componentes de los Alamo Scouts había un buen número de indios americanos procedentes de tribus como: Cherokee, Navajo, Chippewa, Sauk, Seminole, Papago, Lobos, Chitimacha, Sioux y los Pawnee.
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Estos
hombres saltaron a la fama cuando lograron rescatar a un total de 197
prisioneros que permanecían confinados en un campo en Nueva Guinea. Es más, su
pericia les llevó a desempeñar numerosas misiones en Nueva Guinea y durante la
campaña de las Filipinas.
Su
reputación y destreza les condujo a participar en el conocido “gran
rescate”, prestando un apoyo imprescindible para que el 6º Batallón de Rangers
lograrse liberar
a los más de 500 prisioneros recluidos en el campo de Cabanatuan.
Con
la Segunda Guerra Mundial entrando en su fase final y los estadounidenses a las
puertas de Japón, los Alamo Scouts se prepararon para la denominada Operación Olympic, la invasión de la
isla japonesa de Kyushu. Sin embargo, el lanzamiento de las bombas atómicas
sobre Hiroshima y Nagasaki terminó precipitando la rendición japonesa, por lo
que los Alamo Scouts pasaron a actuar como parte de las tropas de ocupación.
Tras
ser desmantelados, los Alamo Scouts habían cumplido nada más y nada menos que
106 misiones en escenarios como Nueva Guinea y Filipinas. Su palmarés de
condecoraciones es una muestra de la valía de esta unidad. 44 estrellas de
plata, 33 estrellas de bronce, 4 medallas al valor y varios corazones púrpura
dan fe de sus hazañas.
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David López Cabia – Bellumartis Historia Militar
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