Nada
más oír la palabra Gestapo, a casi
todos nos viene a la mente la imagen de una policía que controlaba toda la vida
de la población alemana. Hombres de gabardina de cuero negro que entraban en la
oscuridad de las noches a por los enemigos del Estado Nacionalsocialista de
Adolf Hitler. ¿Pero cuánto de esta visión de la policía secreta alemana
es mito o realidad?
Con esta obra de Frank McDonough nos adentraremos
en los escasos archivos de la Gestapo,
que sobrevivieron a la guerra, y a los testimonios de supervivientes y miembros
de la policía secreta. A lo largo del relato iremos descubriendo cómo
funcionaba y cuáles eran sus métodos pero sobre todo que no era tan poderosa
como nos imaginamos en la actualidad. Nuestra imagen influenciada por el cine
nos hace verla como una especie de Policía
del Pensamiento, como la del libro 1984
de George Orwell, pero más bien su poder se basaba en la buena relación con los
ciudadanos que colaboraban gustosamente con la Gestapo para acabar con los
enemigos del Estado...
Placa de la Gestapo. Warrelics |
Hasta
su propia creación demuestra la singularidad del Régimen Nazi y de la propia
Alemania. Los dirigentes nazis trataron desde un principio controlar a las
fuerzas policiales de los distintos territorios alemanes especialmente en
Baviera y Prusia. Los encargados de este control fueron respectivamente Himmler y Goering que fueron nazificando
los cuerpos policiales sin prescindir de los policías de carrera que con su
experiencia hacían más valiosa a la policía política de los territorios (Departamento IA en Prusia y la Seccion 1C
en Baviera).
Geheime Staatspolizei, en español “Policía
Secreta del Estado”, fue creada por decreto el 26 de abril de 1933. Según Hermann Goering, “Jefe de la Policía
Secreta” su misión era “investigar las
actividades políticas en todo el estado que constituyan un peligro para el estado,
así como recopilar y evaluar los resultados de dichas indagaciones”. Pero el
día a día y el mando de los funcionarios correspondía al “inspector de la
Gestapo” Rudolph Diels, su poder se veía minado por las SS, no le
consideraban digno del cargo por considerarlo un burócrata reaccionario.
Tras
las luchas de poder en el seno del partido nazi entre las SA y las SS, motivadas
por los personalismos y por las distintas visiones políticas que condujeron a
la Noche de los Cuchillos Largos. Heinrich
Himmler consiguió apoderarse de la Gestapo
y unirla a la Orpo, Kripo y el SD junto a las policías locales bajo la
nueva Oficina Central de Seguridad del
Reich dirigida por él.
Cuarteles generales de la Gestapo en Prinz-Albrecht-Straße 8 |
Pese
al control de la Gestapo de las SS, el día a día del cuerpo policial residía en
manos de los 16.000 policías de carrera que solo una minoría, alrededor de 3.000
se afiliaron al partido nazi, se encargaron de perseguir a colectivos
considerados “enemigos del estado”. Para lograr una mayor eficacia de su
reducida plantilla se dividió en seis secciones especializadas: IV.A para
marxistas, liberales, reaccionarios; IV.B en temas religiosos; IV.C custodia
preventiva, es decir cárceles e interrogatorios; IV.D territorios conquistados;
IV.E espionaje y contraespionaje; IV.F policía de fronteras e inmigración.
Tras
esta breve introducción a las cloacas del poder nazi, os invito a leer este magnífico
libro “Gestapo. Mito y Realidad de la policía
Secreta de Hitler”, donde descubriréis su funcionamiento y las experiencias
de muchos de los hombres y mujeres que pasaron por sus celdas.
Miembros de la Gestapo de paisano. Wikicommons |
Nº de páginas: 328 págs.
Encuadernación: Tapa dura
“Gestapo. Mito y Realidad de la
policía Secreta de Hitler. Libro” Francisco García Campa –
Bellumartis Historia Militar
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