NOCHEVIEJA Y LOS HISPANOS

Recreación guerreros celtíberos;Celtiberiahistorica.es

Cada 31 de diciembre celebramos el fin de año, pero esto no fue siempre así.

         El ser humano desde los albores de la civilización ha tratado de medir el tiempo y controlar la repetición de ciclos lunares o solares para predecir los cambios de estaciones tan esenciales en las sociedades agrarias y ganaderas. Nuestro calendario actual deriva del romano más exactamente del establecido por Julio Cesar que divide el año en 12 meses con 365 días y uno más los bisiestos.

         Como muchos ya sabéis los meses actuales provienen muchos de ellos de nombres latinos: Enero de Jano, marzo de Marte, julio del propio Julio Cesar y agosto de su sucesor Octavio Augusto. Otros de su orden en el calendario: septiembre, octubre, noviembre y diciembre; ya os disteis cuenta que no coinciden con el mes actual...

Calendario romano de la epoca de Nerón, 84-85. Wikicommons

         ¿Cuál es el motivo de este desajuste? ¿Cómo diciembre es el mes doce?

         La tradición romana estableció el primer del año en marzo dedicado al dios de la guerra, Marte. Pero este calendario de 10 meses debía ser modificado para ajustar los ciclos lunares y solares por lo que en la época del Rey Numa Pompilio (753 a. C. – 674 a. C.) se añadieron dos nuevos meses al final del ciclo, eran enero y febrero en homenaje a Jano y a Februus más conocido como Plutón.

         Por lo que durante siglos los romanos comenzaban el año en marzo debido a que en este mes comenzaba la primavera. Aunque también en este mes comenzaba el periodo de guerras, ya mencione alguna vez de que en la antigüedad las batallas se solían producir en los meses de primavera y verano.

         En el idus de marzo, fecha que todos asociamos a la muerte de Julio Cesar, que coincide con nuestro 15 de marzo los cónsules romanos comenzaban su Imperium, mandato militar. Tras esto los cónsules formaban los ejércitos y daban comienzo a las campañas militares hasta el fin de su mandato de un año.

         Pero en año 154 a.C. una ciudad hispana cambio el calendario romano y el de toda la humanidad.  En la provincia Citerior, la ciudad de Segeda capital de los belos rompió el acuerdo de paz que había firmado en el 179 a.C. Su acto de rebeldía fue la ampliación de sus murallas hasta completar un perímetro de 8 km, aunque este acto no estaba expresamente prohibido en el tratado, los romanos lo interpretaron como un acto hostil.

Confederación Celtibera. Pelendonia.net

      El senado de Roma tenía un Casus Belli para ocupar las tierras de los belos y lograr un buen botín de guerra. Pero los celtiberos en espera del ataque romano crearon una red de alianzas con sus vecinos, entre los que destacaban los arévacos cuya capital era Numancia.  Estos pueblos formaron la gran confederación celtíbera y es difícil situarlos con exactitud, pero se acepta que Bilbilis (Calatayud) y Nertóbriga (Calatorao), fueran ciudades de los Lusones. Segontia (Siguenza) y Uxama (Osma) de los Arevacos. Savia (Soria) y Augustobriga de los Pelendones. Segeda (Mara) y valle del Jiloca de Belos y Titos.

         Roma precisaba dar una respuesta rápida, teniendo en cuenta la lejanía de estos territorios cuando llegasen a Hispania ya habría finalizado el verano, si partían de Italia en la fecha tradicional.

Por lo que el Senado autorizó el nombramiento de los dos nuevos cónsules Quinto Fulvio Nobilior y Lucio Mumnio en las calendas de Ianarius, el día 1 de enero, es decir, dos meses y medio antes de lo normal.

Reconstrucción murallas de Numancia, similares Segeda.
Wikicommons

En el año 153 a. C., se enfrentaron los 30.000 romanos comandados por Quinto Fulvio Nobilior,  y las huestes celtibéricas de segedenses y numantinos al mando de Caro de Segeda. El resultado de este primer combate fue a favor de los celtíberos, falleciendo 6.000 romanos. Pero los romanos no cesarían hasta derrotarlos  20 años más tarde tras el largo asedio a Numancia capital de los arévacos.

 Con el tiempo esta medida provisional se convirtió en la regla, ya que era mucho más útil para una sociedad en guerra. Según Theodor Mommsen en su "Historia de Roma" seria Julio Cesar el que cambiase definitivamente el calendario, convirtiendo la nueva fecha para los cambios institucionales, grandes magistraturas como el consulado, en la oficial para los usos civiles. Preparar los ejércitos en invierno para dar comienzo a las campañas militares en primavera con los primeros deshielos.

En resumen, podemos presumir que gracias a los hispanos el mundo celebra el Fin de Año cada 31 de diciembre.

“Noche Vieja y los hispanos” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar

Créditos fotográficos:

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