A finales
del siglo XX se erigió en Moscú una grandiosa escultura ecuestre de uno de los
mayores héroes de su historia, el Mariscal de la Unión Soviética Gueorgui Konstantínovich Zhúkov (1896-1974).
Según el gobierno de Boris Yeltsin el objetivo era
recuperar la imagen del responsable de las victorias contra los nazis en la
Gran Guerra Patria, cuyo recuerdo fue sepultado en parte por los celos de
Stalin. Conocido por vencer a los japoneses en 1939 durante la Batalla de
Jaljin Gol y durante la Segunda Guerra Mundial a los alemanes en las batallas
de Moscú, Stalingrado, Leningrado, Kursk, en la Operación Bagratión y en la
toma de Berlín...
Zhukov en la revista Life, 1944 |
En 1994 se instauró la medalla de la Orden de Zhukov siguiendo el ejemplo de otras que rememoran a los
generales Zuburov y Kutuzov responsables de la derrota de Napoleón en 1812.
Pero se deicidio darle más visibilidad a su figura en las calles de la ciudad
que salvo de la invasión nazi en octubre de 1941.
El escultor elegido fue Vyacheslav Mikhailovich Klykov (1939-2006) que fue uno de los
artistas críticos con el Realismo Socialista. A finales de los 80 sus obras de carácter
religioso se convierten en un hito al ser erigida la de Sergio de Radonez sin
autorización de las autoridades.
La obra se iba a situar en plena Plaza Roja pero al final
el gobierno de Yeltsin decidió situarla en la
plaza de Manege. Su localización justo en el acceso norte, en la parte
trasera del Museo Histórico del Estado lo convierte en paso obligado de todos
los visitantes y desfiles que se adentran en “la bella plaza” (significado de
roja en ruso).
¿Por qué ecuestre? La verdad esa pregunta me vino a la
cabeza nada más verla ya que en el siglo XX además de algunos dictadores se realizaron
pocas ecuestres para militares actuales. La respuesta está en la Historia: todo
sucedió en el Desfile
de la Victoria de 1945 cuando Zhukov entró a lomos de un bello caballo
blanco en la Plaza Roja. Miles de soldados del Ejército Rojo formados ante su Mariscal
que pasaba revista y observaba los estandartes alemanes inclinados a sus pies,
gritaron ¡HURRA!
Zhukov pasa revista a las tropas. Estandartes alemanes capturados a sus pies |
Mientras en la tribuna situada sobre la tumba de Lenin,
Stalin observaba como su máximo colaborador en la victoria le quitaba todo el
protagonismo. La realidad que todo estaba previsto para que fuese el propio
Stalin el que entrase a lomos de un caballo, pero su falta de costumbre y el
miedo a una caída delante de todo Moscú hizo que se lo ofreciese a Zhukov este
privilegio.
Es interesante el simbolismo de la escultura que lo representa como si un San Jorge del siglo XX venciendo al diablo (fijaros en el escudo de Moscú en la base de marmol). Como con su
mano parece decir alto o no te levantes al Reichsadler
(el águila nazi), que herida está bajo los cascos de su montura. La base de la
pieza de bronce está repleta de estandartes y banderas de la Wehrmacht y del
NSPD.
“Estatua ecuestre
de Zhukov” Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
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