CARTAS DE AMOR DESDE LAS TRINCHERAS A LA BELLA FLORA



 He aquí un curioso texto sobre la Primera Guerra Mundial que el amigo del Blog Ion Urrestarazu descubrió en el diario La Voz de Guipúzcoa en 1917. Se trata de una sátira sobre la neutralidad de España durante el conflicto. La parodia, resume la situación en una serie de cartas ficticias donde algunos soldados, representantes de los países contendientes, muestran su interés por "casarse" (aliarse) con "La Bella Flora", caricatura de la propia España.
Os dejo con estas peculiares cartas de amor...
 De un inglés
«All right miss»: Tomando el «five e'clok te» recibí el retrato que me envías.
España y sus mujeres han sido siempre el amor predilecto de todo inglés, por eso os hacemos el honor de ocupar una ínfima parte de vuestro solar.
Después de afeitarme, matar quince alemanes y fumarme una pipa, he mirado detenidamente tu retrato y, como me gusta todo lo extraordinario, te buscaré después que hayamos restaurado Bélgica, Servia, Rumanía y el Luxemburgo, consolidando el principio de las nacionalidades. Es nuestro deber.
Te llevaré á mi hotelito del condado de York, si no lo han destruído los zeppelines, y te pasearé por el mundo gastándonos las libras esterlinas que mi padre ganó con los empréstitos patrióticos.

De un alemán
Kaiserina mía: Vuestra kolosal belleza me ha trastornado de tal forma, que he sufrido una indigestión, cosa rara en mi país. Os juro por la esfinge claveteada de Hindenburg que, en cuanto conquistemos Verdún, París, Calais, Londres y otras capitales, he de ir en vuestra captura para ofreceros un porvenir económico espléndido. Habéis de saber que mi padre, que es un gran sabio—en mi patria hay más sabios que en la vuestra toreros—tiene una fábrica de hacer chorizos á base de suelas de zapatos, colillas y raspas de boquerones.
Impuesta nuestra cultura al mundo, os buscaré, montaré la industria de mi padre en vuestra tierra, nos casaremos y, como sois hermosa y yo fuerte, os juro que hemos de dar más soldados á mi patria que el propio Kaiser.

De un francés
Soldado escocés escribiendo a su amada
«¡Voila! mademoiselle»: Ingeniosa idea ha sido la de mandarme vuestro retrato. A la belleza que atesoráis unís una elegancia irreprochable, buen gusto—supongo que os vestiréis en casa de Paquín—y, además, debéis ser encantadoramente frívola. La gracia de vuestro cuerpo desnudo me obsesiona y pienso en el culto que había de rendirle enardecido, en amorosa pasión, por el fuego de vuestros ojos.

De un italiano.
«Per San Giovani, mía carina», que sois «bocato di cardinali». Si no me obligara la patria irredenta á su salvación, correría en pos de vos para ofreceros un corazón ardientísimo y un plato de macarrones, en mi casita de Palermo.
¿Sois cantante?
¿Os gusta el raviole?
¿Habéis leído a Dante?
Contestad y, apenas hayamos entrado en Trieste, soy vuestro y de la mía Madonna.

Por la indiscreción:
Luis RODRIGUEZ CUEVAS.

FUENTE: La Voz de Guipúzcoa. Domingo 14 de Enero de 1917. Pág. 12.

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