La
Caída de Jerusalén en manos de Saladino provocó una consternación en la Cristiandad
que provocó una rápida respuesta para recuperar la Ciudad Sagrada. Dos reyes,
Ricardo Corazón de León de Inglaterra y Felipe Augusto de Francia, junto al Emperador
Federico I Barbarroja se unieron a la Cruzada.
Acertadamente según mi gusto los editores de Desperta Ferro decidieron contarnos La Tercera Cruzada conocida también como de los Reyes, en dos números para no perder detalle de esta gesta. En el número 58 se centran en las victorias de Saladino y por supuesto en la campaña de Federico Barbarroja, dejando para la siguiente parte las campañas de los reyes de Inglaterra y Francia.
Tras
la victoria en los Cuernos de Hattin, Saladino fue tomando numerosas posiciones
cristianas para dirigirse finalmente a la capital del reino de Jerusalén. Adrian
J. Boas nos cuenta en “La caída de Jerusalén (1187)” la
resistencia de Bailán de Ibelín ante la superioridad de las tropas de Saladino.
Para conocer el contexto político de este conflicto es preciso conocer “Las relaciones entre Bizancio y los estados latinos de Oriente, 1148-1187”. Gracias a Jonathan Harris veremos como de la política de cooperación entre los reinos cristianos en época de Manuel I Comneno (1143-1180) se pasara a otra en las que las relaciones de Bizancio y Saladino eran demasiado amistosas, por decir algo. Más importante si cabe son las reacciones en la Europa Occidental que Carlos de Ayala Martínez nos muestra en “Audita tremendi. El eco de la caída de Jerusalén en Occidente y el llamamiento a la cruzada”.
Algo que siempre trato de hacer es comprender los
hechos históricos con los ojos de sus protagonistas por eso el artículo de John
France “Tomar el cielo por asalto” me
ha gustado mucho ya que refleja la mentalidad del combatiente cruzado. También sabéis
que en BHM nos encanta describir las panoplias por lo que os recomiendo el
trabajo de David Nicolle “Me agrada el sonido de la loriga” en él que
conoceremos las armas y armaduras de los cruzados.
Javier Albarrán nos describe las campañas de “Saladino, el relámpago sirio
(1187-1189)” que le llevaron a arrebatar a los cruzados la mayor parte
de sus posiciones de ultramar. La primera respuesta a los éxitos islámicos fue
la cruzada de Federico Barbarroja que Ferdinad Opil nos relata en “OH mar, oh
tierra, oh cielo”, siguiendo el itinerario que llevaría al emperador a su fatídica
muerte en el río Göksu.
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“La
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Reseña
de Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
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