El
general Mack entrega la ciudad de Ulm a Napoleón. Óleo de Charles Thévenin
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Hoy en BHM se
estrena Ricardo Sánchez Calvo como
colaborador del Blog. Espero os guste su relato sobre la batalla de Austerlitz:
En
la noche del 1 de diciembre de 1805, en el campamento francés junto a la
pequeña población de Austerlitz, Napoleón
Bonaparte caminaba junto al mariscal Berthier
entre sus soldados, para conocer la moral de sus hombres horas antes del
combate. Los franceses estaban superados en número y tenían una línea de
suministros larga a través de Europa. Por ello, el emperador se movía entre los
soldados ya que el estado de ánimo era primordial.
Tras
un largo paseo entre ellos, los soldados sorprendidos por ver a su comandante
en jefe, y con la preocupación de que se perdiese de regreso al cuartel
general; desmontaron los vivaques que habían levantado con ramas y pajas, y les
prendieron fuego a modo de antorchas improvisadas. En poco tiempo, todo el
campamento ardía en honor de Napoleón, ya que ese mismo día se cumplía el
primer aniversario de la coronación como emperador. Los soldados gritaban: Vive
l'empereur!
Poco después el propio Napoleón afirmó: “Esta
noche ha sido la más feliz de mi vida”...
Sin
embargo, Austerlitz solo sería el final a una campaña magistral por parte del
emperador. Tras su salida de las costas de Boulogne, realizó una rápida marcha
por toda Europa hasta llegar a territorio austríaco. Allí viéndose en la
retaguardia del general austríaco Mack
decidió envolverlo, y el 20 de octubre el general se rindió con más de 20.000
hombres en la población de Ulm. Lo mismo sucedió con otros destacamentos, por
lo que la gran parte del ejército austriaco fue derrotado sin apenas combates
en pocos días.
Grabado de Napoleón con la Vieja Guardia |
El
25 de noviembre, el general francés Savary
fue enviado al cuartel general aliado, con el deseo por parte de Bonaparte de
evitar la batalla y examinar a su vez las fuerzas enemigas. Dos días más tarde,
el emperador Francisco I ofreció a los franceses un armisticio, lo que fue
acogido por Napoleón con alegría y entusiasmo. A su vez, retiró a sus tropas de
la posición elevada que poseían en los Altos de Pratzen y se retiraron también
del pueblo de Austerlitz. Napoleón había ordenado que estas maniobras se
realizasen de una manera desordenada y caótica. El día 28, el emperador francés
pidió una entrevista personal con el zar Alejandro I, pero fue recibido por Dolgorouki, uno de los ayudantes del
zar que más despreciaba a los franceses. Para esta ocasión Bonaparte se mostró
nervioso y dubitativo. Cuando el ruso informó a sus superiores, todos en el
campamento aliado estaban seguros de la debilidad del ejército francés. La
noche del 1 de diciembre, el encendido de las antorchas fue mal interpretado
por los aliados debido a que estaban ya influenciados por los acontecimientos
previos, y quisieron ver en ello otra muestra más de debilidad y una retirada
francesa. El único que no creyó en la debilidad de los franceses fue el
veterano general ruso Kutuzov que
conocía ya a Napoleón, y sospechaba de una trampa, no obstante, tanto el zar
como sus ayudantes creían que lo mejor era atacar inmediatamente.
En
el campo de batalla, los franceses ocupaban los pueblos de Telnitz, Sokolnitz
en la zona sur y el de Bosenitz en la zona norte. En el centro, estaba situada la colina de Pratzen, una pequeña
elevación de 12 metros aprox. que había sido abandonada por los franceses el
día 27, dejándosela a los aliados.
El
plan de batalla de los aliados consistía en un ataque sobre el flanco derecho
francés en los pueblos de Telnitz y Sokolnitz, ya que era el lugar más débil
del despliegue francés. Después las tropas girarían y atacarían al resto del
ejército francés desde el flanco. En el resto del campo de batalla, las tropas
harían ataques para anclar a los franceses y que no pudiesen desplegarse en la
zona del ataque principal.
Por
su parte, Napoleón basándose en el engaño, dejó deliberadamente el flanco
derecho débil para incitar a los aliados. Sin embargo, había ordenado varios
días antes al mariscal Davout que se reuniese con él desde Viena a marchas
forzadas, para defender las poblaciones de Telnitz y Sokolnitz. Esto haría que
los rusos tuviesen que destinar más tropas a su plan y dejar libres los Altos
de Pratzen. Napoleón lo sabía, y afirmó: “Si
la fuerza abandona los Altos de Pratzen, será derrotada sin duda.”
Situación de la batalla a las 18:00 del 1 de diciembre. US Military Academy |
Soult con su IV Cuerpo fue el elegido
para tomar los altos y dividir así a la fuerza aliada en dos grupos separados.
La
batalla comenzó sobre las 8 de la mañana bajo una espesa niebla que ocupaba
casi todo el lado francés. Los aliados decidieron avanzar hacia el flanco
derecho enemigo para tomar los pueblos de Telnitz y Sokolnitz, siguiendo sus
propios planes. El pueblo de Telnitz, estaba defendido por el 3º de Línea que
aguantó las acometidas aliadas durante un tiempo; pero finalmente se vieron
obligados a abandonar el pueblo. Pocos instantes después, el cuerpo de Davout
llegó al campo de batalla y entró en escena para ayudar a sus camaradas a
recuperar el poblado.
En
Sokolnitz la situación fue similar, las columnas aliadas procedentes de los
Altos de Pratzen descendieron la colina para tomar el pueblo, defendido por el
26º Regimiento de Línea y hostigadores franceses. Ambos pueblos aguantaron gran
parte del peso de la batalla y cambiaron de manos varias veces a lo largo del
día.
Por
otra parte, Kutuzov, viendo lo
desprotegido que había quedado el centro aliado, y aún preocupado por las
posibles estratagemas napoleónicas, puso a su IV Cuerpo a lo largo de los Altos
de Pratzen, pero el zar de Rusia creyó que era mejor destinar ese cuerpo a
otros cometidos retirándolo inmediatamente.
Alrededor
de las 8:45, Napoleón creía que era el momento de atacar el centro aliado, y
asestar un golpe definitivo al ejército enemigo. Para ello ordenó el avance de Soult, que oculto por la espesa niebla,
pudo sorprender a los pocos soldados y oficiales que estaban sobre los altos. A
medida que avanzaron, la espesa niebla fue desapareciendo, lo que fue tomado
por los soldados franceses como un buen presagio del resultado de la batalla, y
que después la propaganda imperial usaría para hablar del legendario sol de
Austerlitz. Como dijo Napoleón: “La niebla para la trampa, el Sol para la
victoria”.
Situación de la batalla a las 9 del día 2 de diciembre. US Military Academy |
Tras
la conquista francesa del centro, los aliados se vieron obligados a
contraatacar y durante una hora, Pratzen estuvo en disputa. La llegada de la
división francesa de Vandamme, decantó la lucha del bando francés. En ese
momento, los aliados solo tenían disponible la Guardia Imperial rusa, que fue
enviada al combate junto a su caballería. Los franceses contraatacaron enviando
a su caballería y refuerzos para poder frenar a las tropas de élite rusas. De hecho,
el propio Napoleón había trasladado su
cuartel de operaciones a lo alto de la colina, para tener un mejor
conocimiento de la situación en ese sector.
La
batalla estaba llegando a su final. En el norte Murat y Lannes se
enfrentaron al comandante ruso Bagration
que quiso atacar el flanco izquierdo francés, pero que se vio obligado a
retroceder tras combates de caballería. Por su parte, en el flanco sur los
franceses y los aliados seguían combatiendo por los pueblos de Telnitz y
Sokolnitz. En un movimiento de pinza, las columnas rusas se vieron rodeadas desde los pueblos y desde los altos, por lo que el
pánico comenzó a adueñarse del campo de batalla. Con la huida de los rusos, se
produjo uno de los incidentes más famosos y discutidos del día. Los soldados
aliados intentaron escapar hacia unos estanques helados y se convirtieron en el
objetivo de la artillería francesa, que al disparar; rompió el hielo e hizo que
muchos de los soldados, caballos y artillería cayesen al agua. Según las
crónicas francesas, entre 200 y 2000 rusos murieron ahogados, junto con gran
parte de la artillería; no obstante según otras investigaciones y documentos de
los pueblos cercanos, apenas fueron encontrados unos pocos hombres y algunos caballos.
Situación al final de la batalla, a la 14:00 del día 2. US Military Academy |
Tras
el enfrentamiento, quedaba la tarea desagradable de contabilizar las bajas, un
trabajo mucho peor en el campo de los aliados, que contaron unas 20.000 bajas,
frente a los 8.000 de los franceses. La
batalla había significado el completo final de la Tercera Coalición. Rusia
aun poseía una gran cantidad de tropas, pero el desánimo general hizo que se
comenzasen enseguida las negociaciones de paz. La primera consecuencia fue que
Prusia decidió no intervenir por el momento en los acontecimientos, ya que
había estado pendiente del resultado para decidir si entraba en la coalición o
no. También supuso que Napoleón se convertía en dueño de gran parte de Europa.
Austria era obligada a convertirse en un estado aliado y perdía parte de sus
posesiones territoriales.
La batalla fue
una muestra de estrategia perfecta, al nivel de Cannas o Gaugamela y ponía a
Napoleón a nivel de Anibal, Alejandro Magno o Julio Cesar. El emperador francés
supo explotar el exceso de confianza que había en el campo aliado,
especialmente la del zar Alejandro I, principal causante de la derrota, ya que
el deseaba ser conocido como el hombre que había derrotado a Napoleón, por ello
mostró la debilidad que tanto deseaba ver Alejandro I para hacerle caer en la
trampa. Hasta día de hoy sigue siendo estudiada en las academias militares.
Al final del día,
Napoleón agradeció el trabajo de sus soldados con un mensaje que comenzaba: “Soldados, estoy orgulloso de vosotros...”
Para terminar con su famoso: “Bastará con
que digáis: Yo estuve en Austerlitz, para que os respondan: Ahí va un valiente”.
Para saber más puedes leer estos libros
·
“Las campañas de Napoleón. Un emperador en el campo debatalla, de Tolón a Waterloo (1796-1815)”. CHANDLER, D. Esfera de loslibros. 2005.
“El
sol de Austerlitz, La gran victoria de Napoleón” Ricardo Sánchez Calvo – Bellumartis
Historia Militar.
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