Para muchos la guerra de Cuba es sinónimo de 1898 y del
conflicto Hispano-Estadounidense. Pero “el problema” cubano fue mucho más largo
y cruel de lo que muchos pensáis.
Sin entrar
a fondo, que para esto está el libro de Andreas
Stucki, las Guerras Cubanas se prolongaron durante 30 años. Tradicionalmente
se dividen en: Guerra de los Diez Años
o Guerra Grande (1868-1878); Guerra Chiquita (1879-1880); y
finalmente la Guerra de Independencia
Cubana (1595-1598) que en su último año se uniría al conflicto contra los useños...
El ELC, Ejército Liberador Cubano, sabedor de su inferioridad numérica dio
comienzo a una guerra de guerrillas, que ahora se denominaría asimétrica. Tras cada
asalto las tropas rebeldes se escondían entre la población civil que en parte
apoyaba las ideas independentistas por distintos motivos, fin de la esclavitud
unos mientras que otros para poder comerciar con los vecinos estadounidenses.
Las
autoridades españolas trataron por todos los medios de evitar el movimiento de
las unidades rebeldes mediante la creación de líneas defensivas, conocidas como
trochas. Pero esta medida precisaba
de una medida inusual (pero no empleada por primera vez) en aquella época, pero muy
normal en los conflictos asimétricos coloniales del siglo XX, la
reconcentración de la población civil para evitar el contacto con las
guerrillas.
“Ordeno y mando: todos los habitantes en los campos o fuera de la línea de fortificación de los poblados, se reconcentrarán en el término de ocho días en los pueblos ocupados por tropas”
 |
| Valeriano Weyler. Wikicommons |
Así decía el
bando de reconcentración aprobado por Valeriano Weyler y Nicolau en 1896 en el
que se creaban zonas de reconcentración en la provincia de Pinar del Río. El objetivo
puramente militar de los más de 80 puntos de reubicación, donde fueron
internadas más de 400.000 personas, era aislar a los rebeldes de sus fuentes de
reclutamiento y suministro.
Aunque en muchos libros se cita a estos campos como los
padres de los funestos campos de concentración del siglo XX, nazis o soviéticos,
nada tenían que ver ni en su causa ni en su funcionamiento. Sin ir más lejos
las torres de vigilancia y murallas estaban diseñadas para defender los campos
y no para evitar la huida de los civiles ya que durante el día podían salir a trabajar
en las tierras y cuidar a su ganado cuando no los habían saqueado alguno de los
bandos.
Tras años de estudio en los archivos cubanos Andreas
Stucki trata en este libro de dar la visión más cercana a la realidad de los
campos de reconcentración, eso sin olvidar su conexión con el desarrollo de los
combates. Se debe destacar que su estudio no olvida los fallos de este sistema que
debido al hacinamiento, la hambruna acabó con la vida de miles de los civiles
que vivían en los míseros bohíos (cabañas), barracones y almacenes.
Ficha
Técnica:
· Título: Las guerras de Cuba. Violencia y campos de
concentración. (1868-1898)
· Autor: Andreas Stucki
· Nº de páginas:408 págs. + 32 ilustraciones
· Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: La Esfera de los
libros
· ISBN: 9788490608524
“Las guerras de Cuba. Violencia
y campos de concentración. (1868-1898). Libro”
Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar
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