Dibujo de F. Quesada Sanz de una gladius hispaniensis recuperada en La necrópolis del ‘Cerro de las Balas" de Écija y una recreación de espada y vaina según Jorge Mambrilla. |
Durante
la II Guerra Púnica el legionario romano cambió su antiguo modelo de gladius, la xiphos hoplítica de tipo
campovalano, de hoja corta y punzante ligeramente lanceolada de unos 50-60
cm, con mango cruciforme y vaina mediterránea sustentada por tahalí, por el
modelo de gladius más largo, tajante y punzante, de origen hispano.
Esta
espada se denomina gladius Hispaniensis y para el referente mundial y especialista
en la materia F. Quesada Sanz la fecha adaptación fue probablemente la primera
parte de la guerra, entre el 216 a.C. (Cannas) y el 209 a.C. (Toma de Kart Hadaŝt).
Se
trata de una adaptación celtíbera de la espada gala “La Tène I”, resultando en una hoja larga de aproximadamente 60 centímetros,
punta aguda y afilada, de hoja recta con ligero estrechamiento en la parte
central y filos paralelos...
Réplicas de espadas usadas por la Legio Prima |
Entre
las adaptaciones realizadas estaba el cambio de pomo, la de la vaina celta de
hierro por una de tipo Mediterránea consistente en una vaina de cuero o madera,
con armazón metálico y suspensión de anillas móviles que se unían a un tahalí o
correa de cuero que se colgaba del hombro, siendo sujetada contra el torso por
del cinturón para evitar entorpecer los movimientos. Los milites lo llevarían colgando
del costado derecho, mientras que los centuriones y oficiales lo hacían en el
izquierdo.
La
eficacia de esta arma hispana fue relatada por Tito Livio (XXXI, 34) ante la
batalla que iba a enfrentar a los macedonios y romanos en el año 199 a.C.:
“Y es que, acostumbrados los macedonios a
luchar contra griegos e ilirios, habían visto heridas producidas por jabalinas,
flechas, y rara vez lanzas; pero cuando vieron los cuerpos mutilados por la
espada hispana, con los brazos amputados con hombro y todo, los cuellos
seccionados por completo con las cabezas separadas del tronco, las vísceras al
aire y otras horribles heridas, se daban cuenta, en una reacción general de
pánico, de la clase de armas y de guerreros con los que iban a tener que
combatir”.
Una
colaboración de Legio Prima
y de Muñoz Cánovas, G.J., 2015: "La
legión manipular romana y la anexión de la Contestania, 209-195 a.C
Comentarios
Publicar un comentario