El Reino Unido a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales
controla a mediados del siglo XIX la India tanto a través de alianzas como bajo
el control directo de ciertos territorios.
Si bien los británicos renunciaron a una
administración directa manteniendo los sistemas tradicionales de gobierno de
cada etnia, su actuación pronto agravió a los indígenas debido a la
introducción de costumbres occidentales como a la difusión del cristianismo. Entre
sus actuaciones más problemáticas destacan la prohibición del matrimonio entre
niños y de la cremación de las viudas en el entierro de su esposo conocido como
sati.
Además la explotación económica por
parte de la metrópoli de los recursos indios agravó aun más el resentimiento de
los nativos frente a la ocupación británica. Se les obligo a cambiar los
cultivos tradicionales que componían la base de la dieta tradicional por otros
como el té, café, algodón destinados al comercio internacional. El sistema
aduanero británico favorecía la importación de tejidos baratos del Reino Unido
que arruinaron a los telares tradicionales indios.
Por último los británicos utilizaron un
método para apoderarse poco a poco con todo el territorio indio gracias a la
llamada Doctrina del Lapso. Esta
norma establecía que tras la muerte de un terrateniente sea cual sea su rango
sin heredero directo las tierras pasarían a la Compañía.
Para controlar la cada vez más compleja
realidad india la Compañía disponía de un ejército privado, envidia de muchos
estados. Hacia 1857 estaba compuesto por unos 257.000 indígenas y unos 40.000
Casacas Rojas, soldados británicos. Los soldados nativos de infantería conocidos
como Cipayos (del persa Sepâhi que
significa soldado) eran reclutados entre todas las castas excepto la de los
brahmanes y del rajastán.
Entre los cipayos poco a poco fue creciendo
el descontento contra sus oficiales británicos tanto por la discriminación
racial como por los bajos sueldos. Además el desconocimiento de las tradiciones
hindús aumento el desencanto con la Compañía, en 1856 se decidió el envió de
unidades indígenas a Birmania. Esta actuación que desde el punto de vista
occidental no tenía importancia desde el punto de vista indio significa la pérdida
de la posición social de los soldados ya que según la costumbre “aquellos que
atravesaban las aguas negras” perdían su casta de origen al abandonar la India.
Cartucho del Enfield 1853 |
Pero el detonante de la revuelta fue un
nuevo fusil, el Enfield Modelo 1853. El ejército británico dotó a sus unidades
de una nueva arma de avancarga, que para ser cargada usaba unos cartuchos de papel
que debía ser mordidos antes de introducirlos en el fusil.
Un rumor que surgió en el arsenal de
Calcuta se propaga por todo la colonia, el aceite que cubría los cartuchos estaba
compuesto de una mezcla de grasa de cerdo y vaca, dos animales tabú para los musulmanes
e hindús. Los británicos dentro de su tradicional minusvalorización de las
costumbres indígenas tardo en reaccionar y cuando propuso que los nativos
hiciesen su propia grasa para conservar los proyectiles era ya demasiado tarde.
Mangal Pandey |
El 26 de febrero de 1857 los cipayos
del 19º Regimiento de infantería de Bengala se negaron a usar los nuevos cartuchos.
Dos días después cerca de Calcuta un soldado indígena, llamado Mangal Pandey, hirió a un sargento británico, se ordenó a un soldado nativo la captura del
agresor negándose a ello. Posteriormente fue capturado el atacante, y ejecutado
junto al que se había negado a capturarlo además el Regimiento 34º de Bengala
al que pertenecían fue disuelto para evitar un motín. Pero poco a poco
distintas unidades a lo largo de la india se fueron negando a usar los
cartuchos por lo que fueron duramente castigados, 10 años de trabajos forzosos
y despojados de su rango y uniforme.
Tras la sublevación de varias unidades
de caballería indígena la revuelta se convirtió en un verdadero enfrentamiento
militar entre los indígenas contra los soldados británicos. Se les unió a los rebeldes varios líderes locales
entre ellos el emperador mogol Bahadur Shah Zafar que tras varias negativas se unió
a la rebelión.
La guerra se centro en el norte y
centro de la india además pronto tomo un cariz de enfrentamiento civil entre
indios, dado que gran parte de los rajas se negaban a la vuelta del Imperio Mogol
o de la antigua Confederación Maratha. Por otra parte el enfrentamiento tomo un
carácter religioso ya que los líderes musulmanes declararon la Yihad contra los británicos y sus
aliados, además los Sikhs y Pathans tomaron partido por la Compañía.
Tras más de un año de combates se firmo
un tratado de paz el 8 de julio de 1858. Como consecuencia del motín, la India
paso de manos de la Compañía Británica de las Indias Orientales a la Corona británica.
Se nombró a un ministro del gobierno británico como responsable de la India
junto a un Virrey componían el ejecutivo de la india.
“Una
guerra por un fusil. La Rebelión de los Cipayos.1857” Francisco
Garcia Campa – Bellumartis Blog de historia Militar
enhorabuena por el blog
ResponderEliminarsobre esta entrada te recomiendo tener en cuenta el punto de vista del genial historiador Webster Tarpley:
Below are some quotes from the American historian Webster Tarpley's book Against Oligarchy. In Tarpley's view, the Indian Rebellion of 1857 was intentionally provocateured by the British government for the ultimate purpose of eliminating the remnants of Mogul power and consolidating British control over the Indian subcontinent.
http://creative.sulekha.com/an-interesting-view-of-the-indian-rebellion-of-1857-by-webster-tarpley_549176_blog
por otro lado, me sorprende que no menciones un tema curioso de la represión de dicha rebelión, que acabo de mencionar en mi blog:
http://nonius451.blogspot.com.es/2013/08/la-rebelion-de-los-cipayos-el-imperio.html
un saludo,
Mario, Nonius451