Torre Praiano. Coleción del autor |
Hoy de la mano de Angelo D´Ambra, creador de la página Historiregni, damos comienzo a una serie de
artículos para redescubrir el legado español en Italia.
Después
de la victoria de la Preveza aumentaron los ataques berberiscos y turcos a las
posesiones españolas en Italia. Las incursiones en el napolitano y en la costa
de Sicilia sufrieron un aumento, incluso después del acuerdo entre Francisco I
y Solimán el Magnífico. Las alarmas continuas y los saqueos a lo largo de la
costa napolitana perturbaron la vida cotidiana afectando a la pesca y el
comercio. Después de Lepanto hubo una tregua, desaparecido los corsos autorizados
por el sultán, pero se mantuvo la piratería.
En
el reino de Nápoles, el peligro constante de incursiones turcas a lo largo de
las costas obligó al gobierno central para organizar una línea defensiva
eficiente...
Mapa del Reino de Napoles. Enbach |
La
construcción de bastiones costeros protagonizó la política del virrey don Pedro
Álvarez de Toledo a partir de 1535. Una comisión de expertos estableció las
obras de construcción, costes estimados, tipo y su función. Se tuvo que crear
un sistema valido de alerta y defensa.
Don
Pedro de Toledo también ha querido involucrar al pueblo en los planes de
armamento y en los planes de evacuación. En 1541 el virrey mismo emprendió un
viaje en el reino a inspeccionar y verificar el estado de los castillos, pero fue
muy decepcionante. Por lo que el virrey Pedro de Ribera Afán cambió la
estrategia y en 1563 promulgó la construcción general de las torres costeras.
Se
procedió a levantar cientos de torres muy cercanas unas a otras con el fin de
permitir la transmisión de señales de alarma y las solicitudes de ayuda. Estas
edificaciones estaban instaladas a no más de 300 metros entre sí con los siguientes
tres objetivos:
1-
defender el uno al otro
2-
detectar al enemigo turco
3-
indicar el riesgo
Dependiendo
de su posición con respecto al mar cada torre podría servir como puesto de
observación o de la defensa, pero todos servían para dar la alarma con las
alarmas o señales ópticas.
Torre de Paestum del periodo Aragones |
Las
torres tenían que garantizar una mayor seguridad del territorio restando el
elemento de sorpresa al enemigo y hacer frente a los invasores con el fin de
permitir a la población a armarse o escapar.
Se
estima que las torres eran unas 400. De acuerdo con el Presidente de la Casa
Real de Sommaria, Salazar, fueron 312 en 1567. En 1590 fueron 339 y en 1594 fue
de 350. Después de un siglo una 377 y a finales del siglo XVIII fueron 381. Los
datos no son totalmente fiables, pero nos dicen que su construcción fue
disminuyendo a partir del siglo XVI, con la disminución de los ataques.
Las
torres tenían una planta cuadrada y sus muros eran los adecuados para dar una
mayor estabilidad a las tensiones causadas por la artillería durante el
disparo. El acceso a la torre se elevó al nivel de la primera planta en la que había
una sala donde había una chimenea, mientras que en el sótano estaba el depósito
de agua. En el exterior, en la parte superior, en cada uno de los cuatro lados,
estaban las troneras utilizados para la defensa cercana a través del uso de la
artillería secundaria como las catapulta para lanzar piedras y morteros.
Torre San Felipe. Wikicommons |
El
poder ofensivo de las torres estaba constituido por uno, a lo sumo dos piezas
de artillería de mediano calibre, con balas de peso variable de entre 2 y 8
libras, colocados en la terraza, capaz de golpear a un barco a una distancia de
600 metros. La reserva de municiones no era muy grande ya que el objetivo era
alertar y frenar el avance.
La
dotación era de dos o cuatro hombres: un comandante y dos o tres hombres
armados con mosquetes. También estaban apoyados por varios jinetes o remeros
empleados en tareas de logística. El comandante tenía que tener la nacionalidad
español y saber leer y escribir, era el responsable de toda la operación de la
torre. Sus hombres hacían los turnos de guardia y entre ellos se organizaban
para encender hogueras para las alertas. Los jinetes se encargaban de patrullar
tramos de costa y comunicar los mensajes o avisar a los pueblos de la amenaza.
El
sistema no pudo evitar por completo los ataques bárbaros aunque las mejoras fueron
sustanciales. Pero a la larga, sin embargo, este sistema se hizo insostenible
desde el punto de vista económico. Los gastos necesarios para la fabricación de
una torre dependían del municipio donde se instalaba, pero a menudo los vecinos
eran incapaces de pagar o eludían los costos con pretextos. Los municipios
también debían pagar el costo de mantenimiento. En 1612 la construcción de 372
torres había costado 34.416 ducados y otros 10.000 ducados se había asignado a
las nuevas torres. Aunque no todo era perjudicial ya que alrededor de las
torres surgió una intensa actividad comercial. Creándose una de carreteras y
tiendas de artesanía para el suministro de la guarnición.
Torre Colimena Manduria. Wikicommons |
Bibliografía:
- A. Pisapia, Città e funzioni militari nel Mezzogiorno Spagnolo, Salerno 2005
- A. Pisapia, Città e funzioni militari nel Mezzogiorno Spagnolo, Salerno 2005
-
G. Coniglio, Il Regno di Napoli al tempo
di Carlo V. Amministrazione e vita economico-sociale, Napoli 1951
-
M. Mafrici, Mezzogiorno e pirateria
nell'età moderna (secoli XVI-XVIII), Napoli 1995
“Las
torres costeras del Reino de Nápoles” Angelo D´Ambra – Bellumartis Historia
Militar
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