Nos
encontramos ante uno de los más famosos discursos políticos del siglo XX, icono
de la Guerra Fría y de la lucha del pueblo berlinés por su libertad. Fue
pronunciado por John Fitzgerald Kennedy el 26 de junio de 1963 en Berlín
Occidental, desde el balcón del “Rathaus
Schoneberg”, en recuerdo del decimoquinto aniversario del bloqueo de Berlín
por los soviéticos y del “puente aéreo” que EE.UU. realizó para socorrer a la
población berlinesa.
El
trigésimo quinto presidente de los EE.UU., conocido popularmente como J.F.K., de
origen irlandés y católico, gracias a su carisma y al apoyo de su familia logró
superar al republicano Richard Nixon en las elecciones de 1960, basándose en un
programa electoral conocido como la “Nueva
Frontera”, que conllevaba una serie de reformas de la política americana.
Los objetivos de la misma eran tanto la conquista del espacio, así como acabar
con los problemas sociales internos.
"Discurso: Ich bin ein berliner" Francisco García Campa - Bellumartis Blog Historia Militar
Kennedy
y sus colaboradores llamados “The best
and the Hightest”, eran sabedores de la importancia de la imagen en la
política moderna. Por lo que siendo tanto candidato como presidente guardó sus
relaciones con los medios, siendo el primero en dar ruedas de prensa en directo
a través de la televisión. Si bien será en los discursos donde el demócrata se
convierte en un icono de la nueva política, con mensajes pensados no solo para
los presentes sino también para los telespectadores. Ya en su discurso de
investidura, el 20 de enero de 1961, utiliza referencias históricas y mensajes
que usara posteriormente en Berlín. A lo largo del discurso insiste en la lucha
por la libertad “Que sepa toda la nación,
queramos bien o queramos mal, que por la supervivencia y el triunfo de la
libertad hemos de pagar cualquier precio…”. También recuerda a sus aliados
que EE.UU. les ayudara en su lucha “a los
viejos aliados, cuyo origen cultural y espiritual compartimos, les brindamos la
lealtad de los amigos fieles. Unidos, es poco lo que no nos es dado hacer, pues
reñidos y distanciados no os haríamos hacer frente a un reto poderoso”. Es
claro que este mensaje se refiere a las democracias europeas en su lucha contra
el comunismo.
La
llegada al poder de Kennedy coincide con un rebrote de la Guerra Fría. A
principios de los 60, Kruschev comenzó
a propagar “la Revolución”,
convirtiéndose en el azote del colonialismo. Por su parte Kennedy se
caracteriza por su duro discurso anticomunista. Su intención de frenar al
comunismo lo llevó a autorizar el malogrado desembarco en Bahía Cochinos, una
operación de la CIA en apoyo de la oposición castrista en el exilio.
Otro
lugar de enfrentamiento entre los dos bloques era Alemania. Dividida tras la
Segunda Guerra Mundial entre las cuatro potencias vencedoras; tras un periodo
de mantenimiento del Status Quo, los británicos y americanos crearon la llamada
Bizona (1947) y en mayo de 1948 junto
con Francia formaron la Trizona. Este
territorio fue el germen de la RFA., República Federal Alemana, en 1949. Este
acto fue respondido por la URSS con la creación de la RDA, República
Democrática Alemana. Incluso la propia capital alemana había sido dividida de
la misma manera, lo que conllevo que al crearse los dos estados, la parte
occidental quedo aislada del resto de la RFA.
Antes
de la creación de la RFA, Berlín ya había sufrido por parte soviética el
bloqueo de sus accesos por tierra. El 24 de junio de 1948 Stalin ordenó cortar
las comunicaciones con el fin de expulsar a los occidentales de Berlín. A dicha
estrategia respondió con un inmenso puente aéreo para abastecer a los dos
millones de berlineses.
Durante
los años 50 el status quo de Berlín
se mantuvo, si bien en los 60 con la nueva situación de “rebrote” de la Guerra Fría entre Kruschev y Kennedy la ciudad se vio afectada. Desde
hacía tiempo miles de alemanes orientales huían hacia la RFA, si bien será en
1961 con más de 50.000 emigrantes en solo dos meses cuando la situación se
vuelve insostenible para la RDA. Esta situación lleva a que Moscú autorice al
gobierno de la RDA la construcción del
muro, que fue levantado en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961; fue llamado
oficialmente por los órganos de propaganda comunistas como “Muro de Protección antifascista
(Antifaschirtscher Schutzwall)”.
Notas manuscritas de Kennedy al discurso |
En
este contexto, el presidente norteamericano necesita reforzar su posición en
Europa y decidió aprovechar el 15º aniversario del Bloqueo de Berlín. En su
visita dio su famosos discursos conocido como “Ich bin ein Berliner”. Kennedy pronunció su discurso en ingles,
siendo traducido simultáneamente al alemán; la frase “Ich bin ein Berliner” fue utilizada dos veces, una al inicio del
discurso, tras agradecer al alcalde Willy Brandt y al General americano Lucius D.
Clay, y la otra al final. Si bien esta no fue la única frase en lengua
germánica pero si la más recordada. La otra cita en alemán fue un rotundo “Dejad que vengan a Berlín, Lasst rie mach
Berlín Kommenr” que será objeto de explicación posteriormente.
Esta
anécdota sobre las frases, debe citarse por el hecho que en el discurso
manuscrito aparece escrito fonéticamente “Ich
bin ain Bearleener”, y por la manifestación de varios lingüistas indicando
que la frase estaba incorrectamente construida y significaba “Yo soy un berlinés (postre típico de la
ciudad, similar a un donut cremoso)”, debido
a la utilización del artículo indeterminado “ein”, siendo la forma gramaticalmente correcta “Ich bin Berliner”. Hoy en día no existe controversia sobre este
hecho y no se tiene duda que la intención de Kennedy y sus asesores al utilizar
“ein”, era decir que se sentía
berlinés.
En el discurso, Kennedy se solidariza con el
pueblo de Berlín, que con su experiencia son un ejemplo para el mundo libre.
Así expresamente dice “No conozco ningún
pueblo, ninguna ciudad que haya sido sitiada durante 18 años y viva con
vitalidad y fuerza…”.
Insiste
varias veces en que la “libertad es
indivisible” y que todos los hombres libres debemos luchar por ella. Una
libertad que Berlín Occidental tiene “como
una isla” rodeada de la tiranía comunista que no deja ser libre “a uno de cada cuatro alemanes”, haciendo
referencia a la RDA.
Para
finalizar se debe destacar que pese al marcado distanciamiento que Kennedy
propone entre los que defienden la libertad y los comunistas, su intención eran
otra. Todo se debe a un error en su discurso al olvidarse una palabra, un “no”. Cuando Kennedy comienza el
discurso con una serie de críticas a algunos políticos, intelectuales a los que
les invita a que “vengan a Berlín” a
conocer la realidad; “Y hay quien dice en
Europa y en otros lugares, que [No] podemos trabajar con los comunistas”.
Según
Richard Reeves en su libro “Kennedy:
Profile of power”, el presidente se dejo llevar por el entusiasmo,
olvidando su discurso original y su intento del acercamiento con Kruschev. Pese
al error, un mes después negociaron una prohibición de pruebas nucleares.
"Discurso: Ich bin ein berliner" Francisco García Campa - Bellumartis Blog Historia Militar
BIBLIOGRAFÍA:
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ALTED, A. y SANCHEZ BELÉN, J.A. (2011), Métodos y técnicas de investigación en
Historia Moderna e Historia Contemporánea, Editorial Universitaria Ramón
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KINDER, H., HILGEMANN, W. (2007), Atlas Histórico Mundial. De los orígenes a
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TORRE, J.L de la (coord.) (2010) Historia Contemporánea (1914-1989),
UNED, Madrid.
-
Biblioteca Presidencial JFK
-
Periódico “THE GUARDIAN” 27 de junio
1963
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