EL LEGIONARIO ROMANO DEL SIGLO III d.C.

EL LEGIONARIO ROMANO DEL SIGLO III d.C. Bellumartis Historia Militar
Desperta Ferro. Legionario de Severo,  P. Outeiral
Hoy un nuevo colaborador de BHM, Alguer Mas Rofes nos analizara como era la panoplia de un legionario de la tercera centuria de nuestra era.
La imagen de las legiones del Alto Imperio siempre ha causado furor entre los entusiastas de la historia militar. También lo han hecho las legiones republicanas de Escipión y en los últimos años se han sumado al carro las legiones del Bajo Imperio. Mucha gente sabría decir cómo lucía un legionario de esas épocas tan dispares. ¿Pero qué hay de los periodos entre los ya mencionados? Existe cierto vacío de información arqueológica en esos espacios, y en especial en el del siglo III d.C...

EL LEGIONARIO ROMANO DEL SIGLO III d.C. Bellumartis Historia Militar
Legionarios siglo III,
foto de Marcel Schwarzenberger
Qué ocurrió en el siglo III para que haya pocos detalles sobre cómo eran las legiones de Roma? Debemos ponernos en situación antes de analizar al legionario de ese siglo. Tras la muerte del emperador Marco Aurelio, ningún otro gobernante pudo mantener el Imperio Romano totalmente estable como lo estuvo durante el siglo II d.C (excepto algunas notables excepciones). Ello condujo a que los romanos vieran peligrar sus fronteras como nunca antes ya que los partos, los germanos y más adelante los persas sasánidas amenazaban con atravesar los limes imperiales. Tampoco ayudó el hecho de que durante ese siglo hubiera multitud de generales que, aclamados por sus legiones o bien con el apoyo de la guardia pretoriana, usurparan el trono para sí mismos.
Los acontecimientos sucedidos afectaron a la organización y sobre todo al aspecto del ejército romano del siglo que tratamos. No necesariamente de forma negativa, recordemos que si los romanos han triunfado en la historia, ha sido también por ser extremadamente adaptables a las situaciones con las que se encontraban, y el ejército no fue una excepción a esta norma; Tanto legionarios, como auxiliares y caballería se adaptaron a la situación del momento, haciéndole frente como habían hecho siempre los hombres de Roma, de forma eficiente y pragmática.
Empecemos por el pilum, una de las más emblemáticas armas de las legiones republicanas e imperiales. A estas alturas casi todos sabrán que el pilum era una jabalina o lanza arrojadiza que servía tanto para herir o matar al enemigo, como para inutilizar sus escudos. Así, diezmando con oleadas de pila al enemigo, se pasaba al combate con el galdius. El pilum aun seguía en vigencia en el siglo III, de hecho se usó en gran parte del mismo a pesar de ir quedando relegado a un segundo plano por nuevas armas arrojadizas como por ejemplo el spiculum, más pequeño y ligero. El arma que reemplazó el pilum sin embargo fue la hasta, la clásica lanza volvía a los campos de batalla de la antigüedad y de la mano de los legionarios. La lanza nunca fue abandonada en el ejército romano, las unidades auxiliares del Alto Imperio siempre las usaron en favor del pilum, pero las legiones del siglo III d.C decidieron adoptarlas de nuevo para hacer frente a sus enemigos más inmediatos, que no eran otros que los partos y luego los persas sasánidas de oriente. Esos pueblos se caracterizaban por incluir enormes contingentes de caballería pesada de catafractos en sus ejércitos y la lanza era la herramienta más útil para contrarrestar los caballos acorazados de los aguerridos reyes de Oriente.
EL LEGIONARIO ROMANO DEL SIGLO III d.C. Bellumartis Historia Militar
Legionarios siglo III. Ilustración de John Shumate
En segundo lugar hablaremos de la espada del legionario en el siglo III. Fue durante este siglo en el que el mundialmente famoso gladius desapareció definitivamente del ejército romano. En un proceso que se alargaría durante la primera mitad del siglo, el gladius fue cayendo en desuso en favor de lo que hasta entonces había sido la espada de la caballería romana, conocida como spatha. Dicha espada fue introducida por los auxiliares celtas de caballería en la época temprana imperial, y se mantuvo como arma exclusiva de la caballería romana durante los dos primeros siglos de la era imperial. La spatha era más larga que un gladius, acercándose más a la forma que tendrían posteriormente las espadas medievales. La infantería la adoptó como su arma debido al cambio de tácticas de ese siglo, que hacían hincapié en la defensa. La spatha estaba diseñada para atacar haciendo grandes arcos para asestar tajos a los enemigos, todo lo contrario que el gladius, que recordemos era sobretodo para apuñalar. Esto permitía a los legionarios atacar a oponentes alejados del suelo como podían ser los jinetes de los pueblos germánicos o, de nuevo, los sasánidas en Oriente. También añadir que se pasó de llevar el galdius en la cadera derecha, a llevar la spatha en la izquierda. De esta manera se conseguía desenvainar de una forma más rápida y cómoda.
Pasando al eterno compañero del gladius romano, hablaremos brevemente del pugio: el puñal que reposaba en la cadera opuesta a la de la espada legionaria. Recordemos que se usaba sobre todo en las tareas del campamento, pero también podía ser usado en combate, si el armamento principal había sido dañado o perdido en el fragor de la lucha. Durante el siglo III no hubo apenas variaciones con respecto al pugio, se siguió utilizando. Fue a finales del mismo siglo y en los posteriores cuando su uso quedó en algo meramente ceremonial o para distinguir algún rango o cargo importante dentro del ejército.
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Panoplia siglo III d.C. Populares Vindelicenses
Para terminar con el apartado de armas dedicaremos las siguientes líneas al scutum (escudo). El escudo en las legiones siempre fue de importancia capital, pues la eficiencia de éstas se veía incrementada y se cimentaba, sobre todo, en el uso de formaciones de infantería cerradas. Con el escudo, las legiones romanas eran capaces de usar una variedad muy amplia de formaciones de combate, tanto defensivas como ofensivas, que eran fundamentales en su manera de hacer la guerra. El testudo o el fulcum eran unas de esas formaciones. En el siglo III convivieron diversos modelos de escudos en las legiones. El clásico scutum rectangular que todos conocemos de las legiones Alto Imperiales se siguió utilizando casi hasta el final del siglo que tratamos hoy, pero su uso se fue reduciendo poco a poco hasta que desapareció con las reformas de Diocleciano. Hubo momentos en los que dicho escudo solo fue utilizado por los legionarios de vanguardia en batalla, dejando otros modelos de escudo para los legionarios del centro y el fondo de la formación. Este escudo, combinado con las lanzas que los legionarios habían recuperado, hicieron frente a la caballería sasánida en Oriente en multitud de ocasiones, dando exitosas victorias a los romanos en ese frente. Un modelo que fue encontrado en Dura Europos ha servido para comprender mucho mejor como eran los escudos romanos de esa época. Sin embargo los verdaderos protagonistas de este apartado son los escudos que fueron suplantando al clásico rectangular. A medida que el siglo avanzaba y el modelo anterior iba cayendo en desuso, las legiones cada vez adoptaron con más frecuencia los escudos que hasta entonces habían usado los auxiliares o la caballería. Escudos circulares y otros con forma oval fueron los predominantes ya hacia el final del siglo. Como detalle, me gustaría añadir que la decoración que hasta entonces había predominado en los escudos imperiales fue reemplazada por nuevas modas que surgían y también por las nuevas corrientes religiosas del imperio.
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Casco modelo Niederbieber
Ahora daremos paso a la descripción de la armadura de los legionarios del siglo III. Iremos de la cabeza a los pies, así que empezaremos por la galea (casco). A lo largo del siglo I y II fueron muchos los modelos gálicos o itálicos que surgieron en las armerías romanas. Al empezar el siglo III se utilizaron frecuentemente los que fueron el último modelo de la variedad itálica, los cascos nombrados Imperial Itálico H o "Niedermörmter". Este casco se caracterizaba por poseer un cubrenucas mucho más grande de lo habitual, hecho que nos ha dado a entender que se buscó la mejora de la protección en esa zona, por ejemplo, contra las temibles lanzas de los catafractos persas. Este modelo fue el último de una larga serie de cascos que se remontan hasta los primeros años del imperio. Por lo tanto, podríamos decir que fue el último casco típico de las legiones imperiales clásicas que todos conocemos. Su uso se cree que se extendió desde finales del siglo II y gran parte del siglo III, desapareciendo aproximadamente a mediados del mismo. Otro modelo muy predominante en esta época es el "Niederbieber", un casco muy utilizado en la caballería de finales del siglo II d.C en la época de Marco Aurelio o Cómodo, que la infantería legionaria adoptó alrededor del año 200 d.C como sustituto a los típicos modelos de casco itálico y gálico. Este ofrecía una mayor protección, haciendo más grandes las carrilleras y cerrándolas en la barbilla, por otro lado con este modelo se perdió la capacidad de oír a la perfección las órdenes ya que no se dejaron espacios para las orejas, cosa que sin duda se juzgó necesaria dado los enemigos de su tiempo. El "Niederbieber" fue el nuevo casco de moda legionario al empezar el siglo III y su uso se extendió hasta mediados o finales del mismo.
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Casco modelo Niedermörmter
Hablemos ahora de la armadura del torso, de la famosa lorica. Empezaremos hablando de la lorica segmentata, quizás la pieza de armamento romano más famosa de todas y con el que toda persona asocia el término "romano". Esta armadura de placas se venía usando ya desde el siglo I, sufriendo una evolución que culminaría con el modelo "Newstead" a finales del siglo II y que se cree que perduró durante gran parte del siglo III. Pese a considerarse una armadura de excelente calidad y que ofrecía mucha protección, entró en desuso paulatinamente debido al alto coste del mantenimiento y reparación de la misma. Algunos indicios sugieren que se utilizó hasta principios del siglo IV en tiempos del emperador Constantino, pero lo más probable es que para mediados o finales del siglo III ya estuviera prácticamente en desuso. La otra lorica más popular entre las legiones era la clásica lorica hamata, ya en uso desde la época de las Guerras Púnicas. La armadura de malla tuvo ligeras variaciones a lo largo de los siglos, pero fue una constante en los ejércitos de la república y el imperio. En el siglo III la lorica hamata era prácticamente la misma que en el siglo anterior, pero a medida que el tiempo pasaba se le eliminaron las hombreras de inspiración helenística. Hay evidencias de que muchos legionarios usaron malla para cubrirse la cabeza al estilo de los caballeros europeos de la Edad Media, sin duda otra medida práctica y económica para los que no podían permitirse un casco. El último modelo de relevancia fue la lorica squamata, armadura compuesta por pequeñas escamas de metal cosidas para formar la pieza. Las escamas solían ser de hierro o bronce e incluso se podían mezclar los diferentes metales para confeccionarlas. Esta tipo de armadura, como la lorica hamata, tuvo presencia también en la época republicana, aunque no fue tan popular como en la era imperial. En el siglo III era común ver legionarios, auxiliares o caballeros llevarla para el combate. Todos los tipos de armadura a veces podían llevar tiras de cuero tanto en los hombros como en la cintura, las conocidas como pteruges llevaban usándose en la guerra desde los tiempos de los antiguos griegos.
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Legionario siglo III, foto de Paul Elliott
Sin dejar aún el tema de la armadura del torso, hablaré brevemente de la manica, la protección para los brazos que se desarrolló durante el siglo I d.C y que fue de especial uso en las Guerras Dacias del emperador Trajano. Esta pieza de armadura fue también una constante a lo largo de la historia del armamento legionario imperial, extendiendo su uso hasta incluso los últimos años del imperio, ya fuera en la infantería o la caballería de catafractos. El siglo III no es la excepción, ya que esta pieza se combinó tanto con la lorica segmentata como con la squamata y la hamata.
Otra pieza que se mantuvo en uso en el siglo III fueron las grebas. Las protecciones para las piernas de esta época suelen ser parecidas a las del siglo anterior, pero fueron cayendo en desuso a medida que se entraba en el siglo IV. Para entonces las grebas eran ya simples placas de metal muy básicas que poco tenían que ver con las de la era Alto Imperial o de la República.
Si pasamos a la parte inferior del cuerpo podemos encontrar que los legionarios usaban diversas prendas de ropa que llevaban debajo de la armadura. En concreto, para la época era muy común verles ya con pantalones. El calzado seguía siendo el mismo, caligae (sandalias) para las zonas más temperadas o cálidas y botas cerradas en las zonas mas frías del norte. Se sabe incluso que muchos legionarios o fuerzas auxiliares no empleaban en absoluto una protección de metal para el cuerpo.
Todos estos cambios hicieron únicos a estos legionarios. Hubo un momento en la historia de Roma en que las tendencias armamentísticas del Alto y el Bajo Imperio convivieron el mismo espacio, y fué en el siglo III después de Cristo. Con las reformas militares de Diocleciano a finales del siglo se simplificó la producción de equipo, haciéndolo más barato y accesible para los legionarios. Pero también se perdió en muchos aspectos lo que hacía el ejército romano verdaderamente único. A partir de ese momento las legiones cada vez se parecerían más en aspecto y tácticas a sus enemigos, encuadradas en la nueva organización de los limitanei y los comitatenses.
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Legionario siglo III d.C. Populares Vindelicenses

“El legionario romano del siglo III d.C.” Alguer Mas Rofes – Bellumartis Historia Militar


Comentarios

  1. Esto se debió al proceso de "barbarizacion" del imperio acelerado tras las guerras marcomanas y sobre todo la peste Antonina que devasto el occidente bajo Marco Aurelio el norte de Italia sobre todo quedo tan despoblado que muchos Germanos capturados en la campaña del norte fueron usados para repoblar la zona.

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  2. Este texto, con tanto detalle sobre el armamento militar de las legiones romanas, como casi todo lo que se describe en el blog, me parece fruto de una investigación elogiable.
    Contrasta con esa casi muletilla "como todos sabemos" o similar
    (pocos, creo yo, tengan ese conocimiento)

    Muchas gracias

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